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Todo sucedió la mañana de hoy.
Hoy como todos los días me encuentro en mi trabajo en la caja y sistema cobrando las compras de los clientes con tarjeta de crédito o débito para procesar sus compras. Ya en horas del medio día llega una señora anciana junto a un niño muy pequeño el tendría unos 4 o 5 años de edad y ella unos 80 con ropa de dormir y un carrito donde quería comprar una botella de agua potable de 19 litros, al momento de pagar con su tarjeta intentamos pasarla 3 veces pero el sistema arroja que no tiene fondos suficientes, era medio día y hacía calor y había más personas atrás impacientes esperando su turno también y ya estaban algo incómodos, yo sentí pena y pesar por la anciana y el niño pues se notaba necesitaba su botella de agua para su casa cuando al tratar de marcharse la señora vino desde atrás el último señor de la fila que había llegado en una buena camioneta y muy educado se dirigió a mi al momento y exclamó!! Joven un momento por favor pase mi tarjeta y cobreme 4 botellones para mi más el de la señora y también un helado para el niño ok procedimos y todo salió bien pero aún no termina pues el señor muy amablemente dijo señora espere un momento no se valla yo la llevo a su casa y le ayudo a bajar su botellón de 20 litros además a esta hora hace un sol inclemente como para que este en la calle caminando. Tal acción me lleno de gusto y de satisfacción a mi y a los otros presentes y concluyó que muy a pesar de los tiempos difíciles que se están viviendo tanto en mi país como en el mundo aún los valores de solidaridad y de humanidad aún están presente pero no solemos verlos todos los días...
Me emocione mucho al leer esta anécdota, realmente ese tipo de acciónes nos recuerda que aun hay amor al prójimo y gente buena. Y que las cosas negativas que pasan en el mundo no tienen porque definirnos como sociedad.