Humanidad ¿hay bondad en ella?
Bueno para muchos es terrible para otros no tanto pero la verdad es que asi es como debe ser y es que nada en este mundo puede ser igual pues todos tenemos grandes diferencias y pensamos de maneras opuestas por lo que nuestras acciones no deben ser de igual forma. pero alguna ves se han preguntado a ustedes mismos que seria un mundo de igualdad sin rencor ni guerras, sin ricos que opriman a los pobres, sin dictadores que nos expriman, sin hambruna en fin una paz total pero de pronto nos damos cuenta que eso solo es un hermoso sueño y nada mas pero la cruda verdad es que tiene que haber de todo en el mundo para que el equilibrio que lo sostiene.
Pobreza en el mundo: causas y orígenes de la pobreza
Para poder luchar contra la pobreza en el mundo debemos conocer bien sus orígenes y causas. La pobreza en el mundo tiene diversas causas: el colonialismo, la esclavitud, la guerra, las invasiones... Y, además, existen diferentes factores que contribuyen a que perdure en el tiempo una situación de carencia extrema de recursos vitales.
En este sentido, podemos afirmar que la indiferencia de los países del Norte hacia los problemas de los países del Sur es uno de los factores que ha provocado la pobreza de estos territorios. Esta falta general de interés hacia sus preocupaciones contrasta con la desazón que la gente de los países ricos experimenta en referencia a las catástrofes humanas y materiales que ocurren en los estados vecinos. Por poner un ejemplo, seguramente no estaríamos hablando de unos índices tan elevados de pobreza en el mundo si el mundo desarrollado hubiera reaccionado diligentemente a la hora de ayudar en catástrofes naturales, como la del terremoto de Haití de 2010.
Otro factor claramente determinante de la pobreza en el mundo es el actual modelo comercial que aplican muchas de las grandes empresas multinacionales, porque su proceder no ayuda al desarrollo de los países pobres, ya que las empresas del primer mundo utilizan los trabajadores y los productores locales como mano de obra barata y como proveedores de materias primas a bajo coste. Esta inversión en los países del Sur, que bien podría ser el motor de su desarrollo, se acaba convirtiendo en una nueva causa de la pobreza de estos países. Esto es lo que algunos autores como Arghiri Emmanuel o Samir Amin definen como intercambio desigual, relación en la que un país percibe más valor que el que entrega a otro país. Una situación que no se llegará a solucionar hasta que, tal y como apuntan Emmanuel y Amin, no se constituya un valor mundial que convierta las relaciones comerciales en efectivamente equivalentes.
Queda claro pues que las más determinantes causas de la pobreza en el mundo son debidas a las prácticas de los países del Norte, que miran sólo por sus propios intereses y enriquecimiento y no ponen interés en conseguir un mundo mucho más justo y sin desigualdades.
Erradicación de la pobreza
La erradicación de la pobreza está en manos de todos, y tenemos mucho que hacer al respecto
La pobreza extrema mundial ya se está reduciendo, y frente a los 1.250 millones de personas que vivían en esta situación en 1990, actualmente hay 923 millones. Pese a estos datos que animan al optimismo, todavía hay mucho trabajo por hacer en este terreno.
Los ciudadanos de los estados del Norte no podemos sólo delegar en los políticos todo el trabajo a realizar en el desarrollo de los países del Sur y la erradicación de la pobreza, ya que esto es responsabilidad de todos. La pobreza extrema se da en los territorios más poblados de la tierra, y es por eso por lo que somos muchos los que nos hemos de preocupar por trabajar en solucionar esta situación. Cabe recordar que, pese a la crisis, según el informe Global Entertainment and Media Outlook de la consultora PriceWaterhouseCoopers, sólo el mercado español de ocio y de entretenimiento facturaría unos 40.636 millones de dólares el año 2013. No hace falta decir mucho más para demostrar que nosotros podemos hacer mucho para erradicar la pobreza, si sólo sacrificamos un poco de nuestro nivel de vida.
En esta línea, desde el Banco de Alimentos de Barcelona, su director, Rafael Ruiz, ha comentado que el hambre en el mundo se acabaría si todos los estamentos de la sociedad, desde las altas esferas de los gobiernos hasta los trabajadores más bajos , aportaran el 0,7% de sus ingresos. Un porcentaje que para nosotros no sería demasiado esfuerzo, y que a pesar de ello supondría una gran mejora en las condiciones de vida de todos aquellos que viven en pobreza extrema.