Venezuela no se ha arreglado, se está resolviendo
Venezuela, sustantivo que resuena en la memoria de cada ciudadano que percibe un vínculo con este territorio. Nombre propio responsable de remover sentimientos que quizás la diáspora puede entender desde la distancia como su real terruño, por ello también es nuestra preocupación permanente ya que muchos de los logros ejecutados por connacionales fuera del país se titulan en nombre de Venezuela y de su gentilicio, lamentablemente no todo es color rosa debido a las enormes carencias padecidas hoy por todos lo que nos hace repensar sobre diferentes aspectos tanto del deber ser como de su no procedencia por mancillar nuestra dignidad al someternos a dichas penurias.
En esa relación de diferentes realidades, internamente el país sufre la crisis de servicios públicos que muchas veces no se puede resolver con dinero; porque si no tienes electricidad por un corte denominado racionamiento y posees un generador alterno quizás con la inconstancia de los combustibles no te sirva de mucho tu planta de electricidad, de la misma manera sucede con el agua de consumo humano, los servicios privados muchas veces están colapsados y no logran dar cobertura con cisternas a todos los que lo requieran, no obstante en ese mar de dificultades la vida continua y todos son capaces de soñar con un mañana mejor.
En este punto todos los venezolanos esgrimimos ese artilugio que reza “yo resuelvo” capacidad única de amalgamar cualquier dificultad padecida en una solución única, es como una metodología que te obliga a repensar las cosas y valerte de tus medios disponibles y ejecutar en pro de resultados inmediatos, así es como los venezolanos enfrentamos nuestros problemas y para quienes poseen medios de producción seguro ocurre idénticamente, porque de no ocurrir de esa manera el país estaría paralizado y no sería posible el pan nuestro de cada día, ese que es resultado del trabajo del campo y de la inventiva del venezolano que resuelve y mira hacia adelante.
De igual forma, en lo que respecta a los empleos existen grandes realidades; la primera es que el gran empleador del país sigue siendo el Estado Venezolano que tiene a su disposición diferentes instituciones comenzando en temas de servicios como educación, salud y seguridad por lo cual posee unas nóminas inmensas eso sin mencionar a quienes son de la tercera edad que poseen algún tipo de pensión, todas esas personas dependen de pagos emitidos por el ejecutivo nacional y su poder adquisitivo queda atado a la cantidad de bolívares que su profesión perciba, esto lastra muchas dificultades porque la principal fuente de ingresos es ejecutada como una política monetaria que debe frenar la inflación. Por otra parte, los empleos de la iniciativa privada en su mayoría deben ser de atención al público y otros trabajos conexos o relacionados al consumo porque a nivel industrial los empleos son muy pocos.
Estas realidades quizás desconocidas por muchos conforman la cotidianidad de un país convulso y en ruinas, hoy más que nunca visibles ante los embates climáticos, puesto que las lluvias comienzan a corroer todas las vías urbanas lo cual se puede apreciar en los reportes de la prensa nacional donde se ven las fotografías de trincheras más largas y profundas que las de una guerra del siglo pasado; observándose también las vías rurales las cuales son un componente necesario para abastecernos de alimentos, comienzan a ceder ante el abandono gubernamental, incentivándonos a despertar y así ser capaces de crear planes, proyectos y diferentes acciones según nuestras posibilidades para reconstruir la nueva Venezuela que vamos a reiniciar.
Finalmente, puedo prever que tenemos una tarea deducida la creación del túnel, que será el sendero a recorrer para culminar con nuestras dificultades, siendo capaces de generar la luz que nos de la esperanza para seguir resolviendo ante nuestras dificultades porque si de algo está segura la Venezuela actual con respecto a la solución de sus problemas es que ésta será el resultado obtenido según el nivel de participación que le impregne a su problemática, porque sólo en las manos de la ciudadanía queda ese futuro virtuoso que todos anhelamos.