Consideraciones acerca de la eutanasia

0 7
Avatar for emilio123800
1 year ago

Definición y clasificación de la eutanasia

1. Desarrollo histórico

Introducción

Son muchas las experiencias y connotaciones que se han desarrollado alrededor de la eutanasia desde épocas primitivas hasta la actualidad, ello porque los fenómenos de la vida y de la muerte han generado siempre profundas reflexiones en la conciencia de los pueblos. En ese periodo histórico se pueden señalar diversas etapas que derivan desde la época primitiva, pasando por el pensamiento clásico de la antigüedad, el pensamiento medieval, iluminista, e incluso hasta llegar al pensamiento humanista. Tales ideas serán abordadas someramente en el presente capítulo.

1.1. Etapa primitiva.
Datos históricos revelan que entre algunos pueblos primitivos se acostumbraba a matar o abandonar a los ancianos ya las personas muy enfermas. Se cuenta que entre los esquimales se practicaba una especie de “eutanasia voluntaria”, pues una petición del anciano o del enfermo se les abandonaba tres días en una iglú herméticamente sellada; no obstante lo anterior, la existencia de antecedentes reveladores de que las sociedades primitivas se distinguieron por elaborar códigos que protegían e incluso privilegiaban a sus miembros ancianos.

1.2. Etapa antigua.
Entre algunos pueblos, como entre los celtas, el designio eugénico se completaba con el propósito eutanásico, puesto que se le daba muerte a los ancianos valetudinarios. La práctica extendida entre algunas tribus antiguas y grupos salvajes imponía como obligación sagrada al hijo administrar la muerte buena al padre viejo y enfermo.

1.2.1.Pueblo judio.
En el capítulo I, 9 y 10 del Libro Segundo de Samuel de las Sagradas Escrituras hay un párrafo que narra cuando el Amalecita llega del campo de Saúl en busca de David, para contarle la muerte de su Rey en el monte de Gelboe. El Amalecita cuenta que estaba aquel clavado en su lanza tratando en vano de morir, pues lo espeso de la armadura de mallas que le cubría era obstáculo para que el arma penetrase enteramente en su cuerpo, por lo que Saúl le rogó al Amalecita que se colocase sobre él y le matase; éste le confesó a David que se puso sobre aquél porque sabía que no podría vivir después de su caída. Por esa forma de homicidio piadoso, David hizo matar al Amalecita por haber dado muerte al “ungido de Jehová”.
 
1.2.2. Pueblogriego.
Dentro de las ciudades griegas como en Atenas, el Estado tenía por costumbre suministrar el veneno –la cicuta– a quienes lo solicitaban limpiamente para poner fin a sus sufrimientos. Sin embargo, el término “eutanasia” no se empleaba para designar tales prácticas, las cuales eran catalogadas como “ayuda a morir” o la acción directamente occisiva. En el caso de la sociedad espartana, los niños deformes eran abandonados, mientras los ancianos eran con grandes respetados.

Según la historia, grandes pensadores de Grecia y Roma practican el suicidio eutanásico. Se cuenta que el filósofo griego Diógenes se suicidó cuando cayó gravemente enfermo; de igual manera, Zenón de Sitio, fundador de la escuela estoica, y Epicúreo de quien se dice, no llegó a suicidarse, pero se embriagó para no tener conciencia de su muerte.
 
Igualmente, la mentalidad eugenésica también condujo a la eutanasia. Platón en el Libro III de la República escribió: “…Por consiguiente, establecerás en nuestra república una jurisprudencia y una medicina tales cuales acabamos de decir, que se limitarán al cuidado de los que han recibido de la naturaleza un cuerpo sano y un alma hermosa. En cuanto a aquellos cuyo cuerpo está mal constituido, se les dejará morir y se castigará con la muerte a aquellos otros cuyo alma sea naturalmente mala e incorregible”.  También debe tomarse en cuenta al pensador Teofrasto (Siglo III AC), quien elogiaba a un tal Tracias de Mantenea que inventó remedios para inducir a una muerte fácil e indolora.

Es oportuno señalar que la cultura griega siempre estuvo regida por el autogobierno y que en la misma se acuñan diferentes ejemplos de eutanasia entendida como “correcto morir”.
 
1.2.3. pueblo romano.
En Roma, similar a lo que acontecía en el pueblo griego, existía un depósito de cicuta a disposición de quien mostrase ante la corte deseos de abandonar la vida lo cual, al decir de Jiménez de Asúa respondía a la costumbre de facilitar el suicidio, más que a fines eutanásicos. Por otro lado, la eutanasia neonatal estaba autorizada legalmente en Roma a través de la Ley de las XII Tablas donde el padre podía matar al nacer, a los hijos gravemente deformes.

1.3 Etapa medieval.
Durante la Edad Media se habló sólo de “matar por misericordia” a los que caían gravemente heridos en el campo de batalla. Las guerras, pestes y epidemias acontecidas inspiraron a causa del espíritu religioso, el “arte de bien morir”. Sin embargo, para los cristianos medievales la idea de matar por compasión resultó repugnante, pues admitieron que el dolor vino de Dios y seguramente serán aceptados como expresión de voluntad del Todopoderoso. El “no matarás” era considerado como el más importante de los diez mandamientos y ningún hombre podía infringirlo, aunque se tratase de los sufrimientos más crueles.

A pesar de que Santo Tomás de Aquino en su obra “La Suma Teológica” no hace referencia alguna a la eutanasia, dedica dos cuestiones al suicidio el cual reprueba por tres razones: “por ir en contra del amor que el hombre se debe tratar, por ir en contra de la sociedad, y contra el amor de Dios.”.

Tomás Moro en su obra “Utopía” manifestaba que, si bien a los incurables se les traía de aliviar de sus enfermedades, si se traía de un mal que no tenía cura y que causaba continuo dolor estaban convencidos de que, en vista de que eran inútiles para las tareas de la vida, molestos para los otros y una carga para sí mismos no dudasen morir. Además, pensasen en librarse de una vida tormentosa, procurándose la muerte o que otro se las diese.

De esa manera, aquellos que eran persuadidos se dejaban morir de hambre o recibían la muerte mientras dormían sin darse cuenta.
 Por su parte, en Inglaterra a Francis Bacon (1561-1623) autor de la Nueva Utopía “Atlantis” se le atribuye el uso del término eutanasia como se concibe en la actualidad. Con dicho término no postulaba la muerte del enfermo, sino sólo la “ayuda en el morir”. Bacon exhortaba a los médicos a no aceptar el dolor como una fatalidad, sino a la investigación de métodos tendientes a disminuir los sufrimientos ya hacer más benigno el último trance del moribundo.

1.4 Etapa moderna.
Tras su conformación, el derecho público europeo contó con un ingrediente filosófico fundamental, consistente en los principios de práctica moral devenidos de la religión católica.
 

1.4.1. Concepción eclesiástica .
 Para la Iglesia romana el bien por excelencia –la vida humana– era el valor ético por excelencia, por lo que su lesión o puesta en peligro ha sido objeto de condena, tanto en lo que respeta a conductas homicidas, como en el caso de suicidio . No obstante, existieron excepciones a esa particularidad fundamental de la tradición ética cristiana de cara a la vida humana como valor; entre ellas, la muerte del enemigo en situación de guerra “justa”, la del criminal por orden de la autoridad pública y según la ley, y el homicidio en legítima defensa. Frente a la regla general de respeto a tal bien en su función de carácter “sagrado”, de su “santidad”, de su origen “divino”, la mayoría de ellas representaban “concesiones de Dios” al poder humano, a la autoridad pública ; al orden social establecido.

Las concesiones al poder secular eran catalogadas como una característica armónica entre el poder divino y el orden jurídico estatuido. El único caso donde era inexcusable abordar el “conflicto de valores” era el aborto indirecto, aquellos en los que se conjura el riesgo para la vida de la gestante con el correlativo efecto de la muerte del feto. Sobre el suicidio deliberado, a excepción del martirio o el sacrificio, la moral católica tradicional resulta invariablemente condenatoria, lo mismo que con la eutanasia, a excepción de la eutanasia auténtica o genuina y en ciertos supuestos de adistanasia o antidistanasia, términos a los que se hará referencia en los párrafos siguientes.

1.4.2. La experiencia nazi.
La experiencia nazi revela la utilización en forma negativa del término eutanasia; al parecer, el mismo fue utilizado para poder desarrollar un plan de eugenesia negativa guiado por una mentalidad racista.

 El origen de la tragedia eutanásica en Alemania tuvo su origen en la publicación de un libro llamado “La distracción de la vida carente de valor” en el cual se destacaban las ventajas económicas que reportarían la supresión de determinados pacientes cuyas vidas carecían de valor.
 
En 1933 se promulgó la ley de prevención de las enfermedades hereditarias que justificó la esterilización necesaria. En 1939 al estallar la guerra, 375,000 personas, lo que apareció a obreros que habían perdido algún miembro en accidente de trabajo, habían sido esterilizados. A finales de ese mismo año, Hitler dio las órdenes respecto a la eutanasia, poniéndose en marcha un programa que tenía como objetivo “procurar la muerte por misericordia”. Aproximadamente, 25,000 hombres, mujeres y niños fueron exterminados invocando este tipo de muerte. En hospitales pediátricos se eliminó a miles de niños; al principio se mataba sólo a retrasados ​​mentales graves y los muy deformados; posteriormente, se cerraron a niños con orejas ligeramente deformadas oa los que se orinaban en la cama y plantearon problemas para ser trastornos.

Entre los métodos aplicados para la eliminación de los niños estaban las inyecciones de yodo, las que les provocaban convulsiones dramáticas; a otros solo los dejan morir de hambre; mientras que a los ancianos ya los débiles se les suprimía en cámaras de gases. Posteriormente, se les sumaron los asesinatos genocidas de gitanos, los judíos, polacos y rusos. Otros prisioneros eran mutilados o se les utilizaba para experimentos médicos, como el relacionado con el bacilo de la fiebre tifoidea.

Contra tan horrendos crímenes eutanásicos se emitieron muchas protestas; desde un principio los obispos católicos se opusieron a la esterilización eugenésica. De forma oficial el Vaticano condenó tales prácticas.

 Sobre la experiencia eutanásica en la Alemania nazi se han convertido en una serie de reflexiones entre las que es oportuno destacar:
Varios médicos al ser enjuiciados se defendieron aduciendo órdenes superiores; situación que plantea un problema jurídico grave: “La primacía de la conciencia y en consecuencia el deber deformarla rectamente. El médico nunca puede prescindir de la Ética Profesional”.

Toda la tragedia Nazi tuvo un comienzo muy pequeño, justificable a los ojos de algunos, pero poco a poco fue alcanzando proporciones gigantescas cuantitativas y cualitativamente. Primero se exterminaba a los gravemente enfermos, luego a los deformes, continuando con los improductivos, a los indeseables ideológicamente, a los indeseables racialmente y, finalmente, “a todo el que no fuera alemán”.

A los que eran “incapaces de trabajar” se les declaraba “incapaces de vivir”. El utilitarismo social, eliminar a todo aquel cuyo costo excede los beneficios no está muy lejos de “nuestra sociedad consumista y utilitarista.
 

1.4.3. Concepción humanista.
Las bases de una filosofía humanista exigen el reingreso de la muerte al discurso de los vivos; la reconquista de la conciencia de la propia muerte. Para el autor Luis Fernando Niño: “…rescatar la certidumbre de la muerte implica retrotraer a sus exactas dimensiones la angustia difusa y anónima que subsiste a su proscripción oficial de la vida cotidiana de los hombres. Y equivale a socializarla auténticamente.”
 
De conformidad con la corriente humanista, las relaciones humanas pueden contribuir a la realización de un individuo en ese momento decisivo de su existencia. El asumir con serenidad la propia muerte física es el equivalente de la restauración de la plena comprensión de un destino singular que forma parte del destino colectivo; por cuanto lo que resulta indiscutible es que la muerte al imponer un límite a nuestra presencia física, instaura una solución de continuidad y obtuvo un sentido a cada instante de nuestra vida. Por consiguiente, es imposible disociar la conciencia de la muerte de la exuberante voluntad de vida latente en la subjetividad esencial de cada ser humano.
 

2. Definición de eutanasia.
Como viene expuesto, en diversos estadios históricos el término eutanasia se ha utilizado para designar situaciones diversas y contradictorias; por ejemplo, una “buena muerte” en el ámbito religioso, o en el biológico, y una muerte provocada para aliviar los sufrimientos del enfermo, los cuales han tenido connotaciones disímiles.

Etimológicamente, el vocablo eutanasia deriva de dos raíces griegas “eu: bueno y thanatos: muerte”. Su creación se le atribuye al inglés Francis Bacon en el siglo XVII al estudiar el tratamiento de las enfermedades incurables, a lo que llamó “eutanasia”.

Han sido muchos los autores que han destinado esfuerzos por definir el término eutanasia, entre los que destacan el moralista español Gonzalo Higuera en su obra “Distanasia y moral: experimentos con el hombre”, citado por PEREZ VALERA, quien lo define como “la práctica que procurar la muerte, o mejor, abrevia una vida para evitar grandes dolores y molestias al paciente, a petición del mismo, de sus familiares o, sencillamente, por iniciativa de tercera persona que presencia, conoce e interviene en el caso concreto del moribundo” .

Para JIMENEZ DE ASUA el término eutanasia en sentido propio y estricto es: “la buena muerte que otro procura a una persona que padece una enfermedad incurable o muy penosa y la que tiende a truncar la agonía demasiado cruel o prolongada.”

El citado autor sostiene además, que a la finalidad fundamental de la eutanasia, puede añadirse un objetivo eugenésico y seleccionador relacionado con las antiguas muertes de niños deformes y el de las modernas prácticas propuestas para eliminar del mundo a los idiotas y locos irremisibles.

De las citadas definiciones del vocablo eutanasia se observa un común denominador, el cual consiste en procurar una “buena muerte” o “muerte dulce” a las personas que padecen enfermedades incurables, en aras de evitar mayores sufrimientos y agonías al moribundo.
 

2.1.Clasificación de la eutanasia.
Las exposiciones expuestas dan lugar a realizar la siguiente clasificación de la eutanasia:

a) Respecto del Modo.  Atiende a la forma como se realiza, ya sea por acción u omisión y puede ser:
 

  • - Eutanasia Activa:  Conocida también como eutanasia positiva. Se produce cuando se da una acción encaminada a provocar la muerte del moribundo; ejemplo: mediante la aplicación de una inyección letal.

    - Eutanasia Pasiva:   Se le denomina igualmente, como eutanasia negativa. Consiste en una omisión del tratamiento que lleva implícito, causar la muerte; ejemplo: la abstención o suspensión terapéutica. La primera consiste en no iniciar el tratamiento; la segunda se basa en la suspensión del tratamiento iniciado, ya sea que no se trate la afección inicial o, que no se trate la enfermedad emergente que surja coetánea a la principal.

    Esta forma de eutanasia pasiva no lleva aparejada el abandono total del enfermo, en virtud de que se le brindan cuidados higiénicos y el suministro de drogas sedativas del dolor, etc.

b) Respecto de la Intención:   Esta clasificación está vinculada a dar soluciones más humanas a casos dramáticos y complejos. Se subdivide en:

  • - Eutanasia Directa:  Alude a la realización de un acto en que de forma deliberada se provoca la muerte. Éstas se pretenden como un fin que se busca intencionalmente.

    - Eutanasia Indirecta:   Es la acción en que la muerte o la abreviación de la vida resulta como efecto secundario no pretendido en sí. En principio lo que se persigue es el alivio al dolor, a través de la utilización de medios que lo supriman o atenúen, como es el caso del empleo de analgésicos.

 c) Respecto a la Voluntad del Paciente:

  •  - Eutanasia Voluntaria:  Es la que se realiza a instancia o voluntad propia del enfermo, ya sea por insistentes peticiones o al menos con su consentimiento.

    - Eutanasia no Voluntaria:   En sentido contrario al anterior, es la que se practica sin contar con el consentimiento o la voluntad del paciente.

1
$ 0.00
Avatar for emilio123800
1 year ago

Comments