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En la búsqueda por el equilibrio, suelen encontrarse subidas, bajadas, escoras, aluviones, expropiaciones, traiciones, dolores, actores y actoras, todo igual de importante.

Buscamos vernos bien, sentirnos bien, estar bien. No sabemos en qué orden, en qué grado, en qué forma.

Buscamos actuar bien, vivir bien, reír bien. No sabemos cuánto tiempo, en cuáles situaciones, en qué sentido.

Buscamos ser, no ser; estar, no estar; morir, vivir. No lo sabemos, lo sabemos.

Desde hace ya un conjunto de meses vengo recopilando éstas palabras, suerte de intento por ilustrar a una mente que se oscurece en la obnubilación del vacío; más lleno de sentido que de vacío.

Corremos para gatear. Volamos para nadar. Entre epítetos nos conformamos. La vida mortal.

Viendo como todo cuadra, en un remolino de factos y de datos, mientras los fuegos viejos se hacen débiles y las nuevas llamas ya queman hoy más allá de la frontera, así observo el devenir.

Ya hoy, pinto lo que pienso. Pienso más, pinto menos.

Mañana, buscaré lo que no encuentro. Haré lo que no logrado. Viviré lo que en mi vida, aún no ha pasado.

En éste mero texto, donde no me busco, te encuentro.

Lo que se proyecta, es lo que uno encuentra. No porque lo diga yo, sino porque la misma vida, a diario nos lo muestra.

No hay orden en donde el desorden es regla. Aún en viceversa.