Hagibis

Por aquello de la casualidad, es fácil perder el sentido del mundo en el que vivimos.

Nos embarcamos en la búsqueda de lo cotidiano, olvidando el sistema. Nos zambullimos tan llenos desgano en un mar capaz de escorar Titanics y que pronto veremos, lo tendremos en lo cotidiano.

Un huracán histórico recorrió el Pacífico, hace meses indagaron en la verdad de un expresidente, hoy Senador.

En Barrancas, mi pueblo, llovió rápido y fuerte, coletazos de un viento lejano, huracanado, al paso. En Venezuela, golpes se gestan, parece que el mundo lo tienen en la mano.

En Pancho ya no quedaron guerrilleros, falta ver quién los sacó de ese ensueño. Y después dice la gente, que los locos son los otros.

Te canto sin prisa, pero sí con una barniza. Buscando escribir una canción que haga erizar y sacar sonrisas.

Lluvia y despilfarro, gastos de ocasión, lo que unos ven como grave, a otros les parece lo peor. Y así pensamos bailar con Silvestre, con el Churo y con la que nos transformó.

De aquí que mi tiempo escasea en cada rincón, porque lo que es de uno, por todos pasó. Así termino ésta función, sin olvidar recordarle al lector, que hoy es un huracán, mañana puede ser otra cuestión.

– ¿Qué nos queda entonces, señor?
– Pues, causa y efecto, corazón.

Hoy no salimos de las casas, ¿cómo vamos a poder? Lo sanitario resulta lo prioritario, no tanto lo humanitario.

Ya ha vuelto la temporada de lluvias, nuevamente se indaga sobre la verdad. Antes era porque no se decía nada, hoy porqué todos los tienen en su voz.

Ya le colocaron nombre a un nuevo huracán, haberse leído el Popol Vuh. Por éstas costas aún no llega, espero no le manden invitación.