¿Cuántas veces escuchaste en tu infancia que “el dinero no crece en los árboles”? Ésta es una frase utilizada en muchas culturas, para referirse a la dificultad para conseguir dinero.
Pero, ¿realmente es complicado conseguir dinero? Definitivamente no. Tal como menciono en mis cursos: que tú no sepas cómo conseguir dinero, no significa que sea complicado conseguirlo.
El dinero está ahí, esperando a que alguien llegue por él.
Y si no eres tú, otro lo hará. No es complicado conseguirlo, simplemente no sabes cómo atraerlo a tu vida.
Otra creencia profunda consiste en afirmar que mientras uno se hace millonario, otro se empobrece, es decir, para ser millonario, se debe empobrecer a otro.
Esta forma errónea de ver la vida, hace que tengas miedo a conseguir riqueza, pues supones que le estás arrebatando a otro el dinero que le corresponde.
Ambas creencias sólo están confundiendo tu mente, haciendo que te sea complicado conseguir riqueza.
Las dos son creencias y debes darte cuenta de todas las creencias respecto al dinero que tienes. Si tienes creencias limitantes respecto al dinero, vas a tener muchos problemas para conseguirlo.
Y esas creencias también se las vas a instalar a tus descendientes, complicándoles el conseguir su libertad financiera.
Imagina si te instalas la creencia potencializadora de que el dinero sí crece en los árboles, y en todos los lugares del mundo... ¡Nada te detendrá! Que instales en tu mente que en cualquier lugar hay posibilidades de crear riqueza, y que en cualquier parte del mundo puedes ganar dinero.
Si te instalas esa creencia potencializadora, no tendrás freno, pues encontrarás oportunidades donde otros encuentran problemas. Irás por la vida buscando las oportunidades y resolviendo los problemas del mundo.
De eso se trata: de instalarte las creencias que te ayudarán a ser mejor persona y a conseguir tu libertad financiera.
Si creces pensando que hay carencias, sólo limitarás tu potencial, si creces pensando que hay miles de oportunidades de construir riqueza, las encontrará rápidamente.
Hay dos formas de ver la vida: con abundancia y con carencia. Desafortunadamente, nos han educado desde la carencia. Por ejemplo, te dicen que tú no sabes matemáticas, es decir, tienes una carencia de esos conocimientos, por tanto debes enfocarte en conseguirlos.
Nos enfocamos en la carencia en lugar de la abundancia.
Si te dieras cuenta que hay miles de opciones para aprender matemáticas y te centraras en las oportunidades, nada te detendría. Pero la mayoría se centra en la carencia.
Es decir, se enfoca en lo que no tiene, en lugar de lo que sí tiene.
¿Qué pasaría si te enfocaras en la abundancia? Aprenderías que ya tienes ciertos conocimientos y que a partir de ellos, puedes desarrollar tus habilidades.
No debes enfocarte en la carestía, tienes que enfocarte en lo abundante, para que no tengas freno y busques más posibilidades.
Debes darte cuenta que en todo lugar hay posibilidades y en cualquier lugar hay oportunidades para construir riqueza.
En lugar de pensar en carencia, debes pensar en abundancia.
Tienes que descubrir que el mundo te ofrece abundancia, y tienes que administrar esa abundancia, para generar más.
En cualquier lugar hay oportunidades, sólo basta descubrirlas.
Pero… ¿cómo se construye una creencia? Es muy simple, sólo necesitas una idea y tres razonamientos.
Para que creyeras que el dinero no crece en los árboles (ya sabes, significa que es complicado conseguirlo), tuviste que tener una idea reforzada con tres razonamientos.
Ejemplo: Uno de tus profesores de educación básica llegó un día triste, porque su hija estaba enferma y él no tenía dinero para comprar los medicamentos. Él les mencionó que ustedes –los estudiantes-, debían trabajar muy duro, porque el dinero no se daba en los árboles.
La idea es que es complicado conseguir dinero, y los tres razonamientos probables que te expuso:
1. Nunca ganarás lo suficiente para cubrir las necesidades básicas de tu familia
2. Aunque te prepares académicamente, siempre tendrás problemas económicos
3. El dinero es esquivo, se esconde de todos
Antes de seguir, no debes culpar al profesor, él recibió una programación mental semejante de sus profesores, familiares y amigos. Él está repitiendo lo que aprendió, sin reflexionar si es útil o no.
Esta creencia limitante se construyó de esta forma, pero la buena noticia es que tú puedes construir una creencia potencializadora de la misma forma, para reprogramar tu cerebro.
Comienza con una idea clara, por ejemplo: “Puedo construir lo que quiera, sólo debo aprender cómo hacerlo”.
Ahora construye tus tres razonamientos para fortalecer esa idea:
1. Todo lo que existe, fue construido por una persona, por tanto, cualquier persona puede hacerlo.
2. Tengo que investigar cómo construir eso que deseo.
3. Si no sé cómo hacerlo, otro sí puede saberlo, por tanto, debo buscar a la persona correcta y pregúntale cómo hacerlo.
Siempre que quieras instalar una creencia, debes tomar en cuenta esa fórmula: una idea y tres razonamientos.
Como puedes darte cuenta, no se trata de repetir frases sin sentido o de ponerte a ver vídeos de motivación, sino instalar los pensamientos correctos.
Tenemos una actividad cerebral increíble, por eso debemos usarla para nuestro beneficio.
¿Qué creencias vas a instalarte desde ahora?