Un día mientras saltaba de canal en canal buscando algo para pasar el rato apareció un tal Max Keiser hablando de bitcoin.
Una forma de pago que no entiende de fronteras, bloqueos o embargos. Sencillamente las llaves del paraiso para alguien que vive en un país sin acceso a paypal, visa o mastercard.
Luego de un poco de investigación escogí una billetera y conseguí unos 25 USD BTC.
Realmente estaba muy contento con mi inversión, hasta que decidí hacer un transferencia del exchange hacia mi wallet.
Los mineros se iban a quedar con algo más de 2 USD en BTC.
Esto no estaba en los planes.
El problema era que estaba usando direcciones legacy, esas que empiezan con “1”.
Pago mi fee y envío mis BTC a una billetera con segwit, “bc1….” con la esperanza de que nunca más suceda un episodio parecido.
La realidad es que, cuando fui usar los BTC la comisión de los mineros seguía siendo alta aunque la wallet y la dirección de destino fuesen segwit; unas veces 0,70 USD otras más según la congestión de la cadena de bloques.
En estos momentos según mempool.space las comisiones para los mineros están entre 1,58 y 1,86 USD con esa cantidad puedo pagarme un almuerzo fácilmente.
La red lighning soluciona eso dirán algunos, pero realmente no lo hace.
Conocer de la existencia de bitcoin ha sido muy importante, ha abierto las puertas a una serie de opciones más viables para mi.
Adios BTC, buena suerte siendo un almacen de valor, pues has fallado en el intercambio persona a persona.