Monitorización del campo energético de la Madre Tierra en vivo.
Escucha este relajante audio grabado con la frecuencia 7,83 Hz para tu reconexión con la vibración armónica de la Madre Tierra mientras te instruyes [recomendación del Comandante VrillOn]
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El gráfico que ves a continuación es una captura de pantalla del que puedes encontrar actualizado ahora mismo en la página web del Sistema de Observación Espacial de la Universidad de Ciencias de Tomsk, en Siberia, Rusia.
La representación nos muestra el pulso electromagético de la Madre Tierra en tiempo real, la llamada Resonancia Schumann , detallando con diversos colores las intensidades registradas. Azul para la baja intensidad, Verde para la intensidad normal y Blanca para la Alta intensidad.
Para ver en tiempo real la gráfica de la Resonancia Schumann haz clic Aquí .
¿Qué es la Resonancia Schumann?
Llamamos Resonancia Schumann al conjunto de picos del espectro electromagnético de la Tierra en la banda de frecuencias extremadamente bajas, ELF (extremely low frequencies).
La Tierra genera ondas de Frecuencia Extremadamente Baja (ELF) de forma natural debido a la resonancia de la región comprendida entre la ionósfera y la superficie.
Es el pulso natural de Gaia, la Madre Tierra, responsable del equilibrio de la Biosfera.
Estas ondas de Extrema Baja Frecuencia varían de intensidad y frecuencia, siendo emitidas, entre otras causas, por los rayos que se producen como descarga eléctrica natural de la electricidad estática acumulada, generando un pulso electromagnético que se expande por toda la atmósfera planetaria, creando esa resonancia.
Se ha comprobado que todos los vertebrados y nuestro cerebro están dotados de esa misma frecuencia de 7,83 hercios, y que para estar totalmente saludables debemos estar sintonizados con esta frecuencia biológica natural.
Existen diversas fuentes que aportan vibración para la creación y mantenimiento de estas resonancias naturales.
Igual que el cuerpo físico humano tiene una red neuronal eléctrica, la cual genera un campo energético registrable alrededor nuestro, en la Tierra existe una malla de naturaleza electromagnética, que en la superfície toma la forma de una red de patrón rectangular de 2x2'5 metros, que descubrió el Dr. Ernst Hartmann , médico de la Universidad de Heildelberg (Alemania) en 1954.
Es por esos canales por donde la madre Tierra intercambia información con en el resto de Universo, incluidos nosotros mismos.
Menhires paleolíticos se encuentran enclavados en las intersecciones de esta red invisible. Actuando en la Tierra como las agujas en la acupuntura en el Cuerpo humano.
El Menhir atrae y canaliza la red de energía telúrica que circula por la malla de Hartmann. Así donde situamos un menhir la red se deforma para adaptarse a esa atracción, formando un patrón de flujo toroidal.
Los menhires actúan como captadores y emisores de energías.
Nuestros antepasados conocían y sabían perfectamente cómo utilizar las fuerzas de la Tierra y la usaban en su provecho, utilizando esas piedras captadoras de energía en beneficio de la Agricultura, ya que convertían en más fértil un perímetro dado de Tierra.
El conocimiento de la existencia de este flujo energético toroidal natural era aprovechado por místicos, magos y demás seres dedicados a la Espiritualidad, para la creación de espacios físicos que facilitaban el manejo de las energías sutiles y la conexión con las Altas Frecuencias. Un ejemplo de estas construcciones , portales dimensionales, son los Dólmenes.
Los menhires, obeliscos naturales de Antiguas Civilizaciones, se usaban para canalizar la energía de la Tierra hacia el Cielo, y así evitar que la energía se acumulara en la Tierra circundante y generara efectos contraproducentes para la Vida.
En cambio, los Dólmenes se instalaban en las zonas libres de esa energía, en las zonas neutras de la red de Hartmann.
Estas zonas de energía neutra rodeadas por la fluctuación envolvente de las corrientes telúricas crea una especie de burbuja electromagnética que amplifica el trabajo espiritual desarrollado en su interior. La disposición de las piedras facilita la expansión de la conciencia de los trabajadores de la Luz que las utilizan.
Profundizaremos en la red de Hartmann y otras redes sutiles que existen en próximos artículos, para no desviarnos más ahora de la Resonancia de Schumann. Tan sólo introducíamos la existencia de estas redes para saber más sobre cómo se genera ese Pulso Natural de la Tierra, la conocida como resonancia de Schumann, que tal vez debería llamarse Resonancia Gaia o de la Tierra.
Los puntos de intersección de las líneas energéticas de la red Hartmann, de patrón rectangular, podríamos decir que intercambian energía de una forma similar a cómo lo hacen los poros de nuestra piel. Ambos vórtices son nodos de intercambio energético con otras dimensiones existentes.
Un ejemplo de este tipo de intercambio energético es el del sutil Aire (el éter), elemento de Alta Frecuencia, que entrando por los poros de nuestra piel, se incorpora a la realidad densa de nuestro organismo al anclarse al oxígeno a la hemoglobina de la sangre, traspasándole su frecuencia revitalizadora. Estos poros también sirven de canal de transformación y eliminación de toxinas, gases y demás vibraciones caóticas.
Las meditaciones masivas afectan el pulso de Alta Intensidad que en el gráfico vemos en color Blanco.
Las meditaciones masivas (redirección voluntaria de parte de la Conciencia Colectiva), las llamaradas solares y demás interacciones energéticas de la Luna y los planetas del Sistema Solar afectan la gráfica de la Resonancia Schumann. Todo está conectado.
Las frecuencias de resonancia de la Tierra varían según las condiciones, aunque se puede fijar en un valor promedio de 7'8 hercios.
Esta es la frecuencia principal aproximada y luego hay armónicos resonantes a 14'1 Hz, 20'3 Hz, 26'4 Hz y 32'4 Hz .
Frecuencia fundamental aproximada y primeros armónicos de la resonancia de la Tierra.
Añadir también que como su séptimo sobretono (armónico) se ubica aproximadamente en los 60 Hz, la resonancia terrestre puede afectar las redes de transmisión eléctrica en los territorios donde se emplea corriente alterna en esa frecuencia.
¿Cómo se interpretan los datos de este gráfico?
En la parte superior de la representación de las frecuencias de resonancia nos muestra los tres días que cubre el gráfico. En la parte inferior podemos leer la hora de la monitorización.
Para ajustar tu tiempo local tienes que saber que el gráfico está escrito en hora de Tomsk (Siberia), que es GMT +7 , donde GMT es la Greenwich Mean Time, Hora Media de Greenwich.
O sea, que si la última lectura que vemos en el gráfico se midió a las 16:40 h aproximadamente, entonces tenemos el registro de lo que sucedió aquí en España a las 12:40 h. tienes que hacer algunos cálculos matemáticos para encontrar tu tiempo de sincronización. Así en España es hora del gráfico +6h (7 h si es hora de invierno).
Por miles de años el palpitar del corazón de la Tierra ha tenido esta frecuencia de pulsaciones y la vida se ha desarrollado en un relativo equilibrio ecológico.
Gaia, el superorganismo vivo que es nuestra Madre Tierra, está encontrando formas de recuperar su equilibrio natural, alterado por la acción de la civilización industrial desconectada de Ella.
El cambio evolutivo actual, con la irrupción de la cuarta dimensión, ha traído mayor intuición, elevación de la conciencia espiritual y una sincronización colectiva disruptiva con el biorritmo de la Tierra. La Tierra se está reequilibrando, y todo aquél que no se realinee con las Altas Frecuencias de la Vida será barrido de esta realidad tridimensional.
No pretendo reforzar este tipo de interpretación. Solamente enfatizo la tesis recurrente entre grandes cosmólogos y biólogos de que la Tierra es, efectivamente, un super-organismo vivo, y de que Tierra y Humanidad formamos una única entidad.
Nosotros, los seres humanos, somos Tierra que siente, piensa, ama y venera. Y por serlo, poseemos la misma naturaleza bioeléctrica y estamos envueltos por las mismas ondas resonantes Schumann.
Si queremos que la Tierra reencuentre su equilibrio debemos comenzar por nosotros mismos: hacer todo sin estrés, con más serenidad, con un Amor incondicional, que aporta frecuencias esencialmente armonizadoras.
Para eso hemos de tener el valor de enfrentarnos a la cultura dominante, que nos obliga a ser cada vez más competitivos y eficientes. Necesitamos respirar juntos con la Tierra para conspirar con ella para la Paz.
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