Primer encuentro.
Tener la habilidad de escribir y poder hacerlo con un mínimo de destreza supone dos hechos anteriores a ello, el primero está relacionado con nuestra necesidad por escribir, esa fuerza que empuja a tomar un lápiz si aún usan papel, y colocar las primeras palabras de un gran tren de ellas. Para la mayoría que nos consideramos escritores, sea por afición o profesión, sabemos que sin una buena motivación el texto resultante, sin tener que ser un desastre, podría no ser de la mejor calidad.
Esta experiencia es el diario vivir para los redactores de contenidos, por colocar un ejemplo contemporáneo del inmenso mar digital, quienes se ven en la "obligación" de generar material que presente de forma clara y atractiva un tópico cualquiera para cumplir con su trabajo - y créanlo, pues a eso me dedico-. Y no siempre se sabe por donde empezar e imaginen cuando ni siquiera el tema les es atractivo. Por eso sentarse a escribir puede convertirse en una situación cargada de estrés y mucho cansancio, en la que al igual que el capitán Ahab no se logra dar con la gran ballena blanca, la motivación.
Hay que admitir que no todos lograremos ser una J. K. Rowling o un Stephen King, pero no es motivo para caer en la mediocridad, por el contrarío, como escritores debemos exigirnos e ir subiendo un escalón a la vez. Particularmente para vencer el estancamiento y poder iniciar con la escritura me ayuda mucho leer, leer y volver a leer. Todo buen escritor asegurará que ahí está la clave, hacerlo te da la posibilidad de encontrarte con nuevos estilos, nuevas palabras e intenciones, además de fomenta la tan necesaria autocrítica.
Entonces surge una pequeñísima pregunta ¿Qué leer? Eso no tiene una respuesta sencilla, cada quien tiene una inclinación predilecta hacia un tema u otro y gusto por un escritor u otro, pero lo importante es saber porqué estamos leyendo. Recuerden que hablamos sobre escribir así que ¡queremos leer para encontrar una ruta hacia nuestro texto ideal! Si se tiene eso en mente entonces les puedo asegurar que casi como magia aparecerán las primas palabras.
Escribir es una cacería de ideas en la que hay que aprovechar el momento en que aparecen y ponerse en a redactar y ya vendrá el tiempo para hacer los ajustes, pero hay que evitar dejar pasar demasiado tiempo antes de hacerlo ¡No hagan eso! Esos pequeños y valiosos minutos en los se crea el bosquejo del texto son una verdadera inversión a futuro, son el homologo de nuestro BCH.
El segundo hecho es la práctica, y aunque esto parezca obvio es una verdad grabada en piedra que se debe aceptar y vivir si se proyectan como escritores. Practicar permite encontrar una voz propia y reconocible entre tantos otros.
Junto con el inicio de la redacción de presentan los grandes monstros que debemos derrotar: El frustración, el autoengaño, los vicios y el plagio. Para eso es importante desarrollar estrategias que ayuden manejarles. Para el primero y posiblemente el más intimidante puede ayudar saber que García Márquez tardo 30 años para escribir "Crónica de una muerte anunciada", obra que es referencia obligatoria en la literatura hispana. El proceso de escritura muchas veces es cuesta arriba en búsqueda de esa idea que no termina de cuajar, en el que se va ajustando el texto palabra a palabra, frase a frase hasta cuando entramos en la guerra de tener que modificar un punto o una coma. ¡Eso si es adrenalina! Pero caer en el derrotismo no es una opción, hay que tener convicción. Recuerden que hacer una pausa también es válido para tomar fuerzas.
¡Esto es simplemente genial! Así nos engañamos. Principalmente en un inicio pensamos que lo que hemos escrito no puede ser mejorado y que cambiar cualquier cosa lo arruinaría pero todo texto recién escrito y aun contando ya con algunas modificaciones puede ser mejorado. Aquí el plan de acción es de tres pasos:
Realizar alguna actividad que distraiga nuestra mente o simplemente dejar pasar unos días antes de volver a trabajar en la redacción.
Permitir que otra persona nos de una opinión objetiva sobre el texto.
Reescribir ese pedazo parte del contenido desde una nueva perspectiva, esto es mas efectivo de lo que se cree.
Hay muchas otras alternativas pero teniendo presente estas estoy seguro que les irá bien.
Un problema en el que incurrimos es caer en vicios lingüísticos como al ambigüedad, el arcaísmo, el uso excesivo de modismos o el tan común dequeísmo, todos estos hacen que el texto se sienta torpe y la lectura molesta. Pero este es el problema mas sencillo de resolver al retroceder, identificar cada uno de estos vicios y simplemente eliminarlos con un replanteamiento. Sin embargo, el reto está en la habilidad del escritor para lograrlo y por ello quienes se dedican a la edición; pero de eso hablare en otro post.
Por último esta el plagio que se explica con facilidad ¿han escuchado del Copyright o los derechos de autor? .- claro que si o no estarían en read.cash- Utilizar el contenido total o parcial del trabajo de otra persona sin consentimiento es considerado un delito, así que es algo de lo que todo escritor debe abstenerse. Y no solo por las implicaciones legales sino por el compromiso que tenemos con la originalidad de nuestro texto. Incurrir en el plagio significa una falta total de respeto al trabajo e ingenio de otros escritores y el desprestigio del nuestro.
Es importante aclarar que hay una diferencia clara entre la inspiración y el plagio, la primera se usa como base para generar algo nuevo aunque en el fondo se parezcan, mientras que el segundo es solo el descaro de cambiar dos o tres palabras y decirle nuestro. ¡Cuidado con eso!
Ser escritor no es un trabajo sencillo, pero sin lugar a duda uno de los mas gratificantes ¿Opinan igual?
.....
@VictorMorantes Contenido Curioso y Original
Muy bueno y esclarecedor.