Entré en el mundo de las cripto monedas de la mano de Bitcoin, si no recuerdo mal allá por 2016 un poco antes del segundo arrebato en el precio.
El mundo de la tecnología es algo próximo a mi, uso la informática activamente desde hace ya muchos años, un 286 fue mi primer ordenador con sus flamantes 40mb de disco duro y 1mb de RAM.
En un momento dado ya en el tercer milenio, salió una noticia de un tipo que había creado una moneda electrónica, me llamó la atención y curiosee un poco la noticia, sin embargo no le presté la atención que debía, supongo que no tenía la preparación ni los conocimientos necesarios para entenderla entonces.
Sería más o menos 2016 cuando de nuevo esa moneda electrónica volvió a cruzarse en mi camino, ésta vez mis conocimientos sobre el dinero, la economía y las instituciones financieras habían dado ya un salto cualitativo, no era un experto ni lo soy ahora, sin embargo por vicisitudes de la vida ya no era un analfabeto.
De pronto aquel experimento de moneda electrónica tenía un valor cuantificable en $, rondaba entonces los 300$ o algo parecido, pensé que había sido estúpido por no darle importancia cuando supe de ella, sin embargo ese pensamiento nunca me torturó, simplemente decidí empezar a comprar dentro de mis posibilidades con la idea de ahorrar aquello que me podía permitir, y empecé a aprender, leer y entender las bases y filosofía del Bitcoin.
Me impactó desde el principio. Había estado relacionado con diferentes movimientos de monedas sociales a nivel pequeño y local, en ese círculo se aprende lo injusto, manipulado y controlado que es el sistema monetario en el que estamos acostumbrados a vivir y sobre todo el poder que otorga a quién lo controla, de verdad, piénsalo detenidamente, no es fácil al principio y requerirá un esfuerzo por tu parte para formarte, pero te sorprenderá.
Éste tipo, alguien con un nombre que parecía japonés, había inventado un sistema monetario el solito, funcionaba sin entidad central en la cual tener que confiar, era infalsificable, se basaba en unas reglas escritas inmutables, sin fronteras y el único requisito para poder usarlo es tener conexión a internet. Un dinero que podías enviar a cualquier persona en cualquier lugar del mundo casi instantáneamente y básicamente gratis. ¿Y sabes que es lo mejor de todo? Que funciona.
Deslumbrante desde el punto de vista económico y técnico, un genio está detrás de la idea de la cadena de bloques y cómo ella es mantenida por los llamados mineros para ser utilizada como moneda por los usuarios finales. Fascinante política y socialmente hablando, por lo que implica el poder revolucionario que tiene en sí la idea, una tecnología neutral que emite una moneda neutral que nadie puede controlar. Muy ambicioso incluso extremadamente ambicioso, sin embargo quédate con una idea, funciona.
Entonces, allá por 2017, el caballo se desbocó y el precio empezó a subir escandalosamente, eran días de muchas sensaciones, unos pequeños ahorros que en pocos días dejaban de ser pequeños, un festival generalizado, algo que seguramente hoy en 2021 mas de uno está experimentando. Un día tuve la necesidad de transferir un poco de Bitcoin. de una billetera a otra, como había hecho otras veces meses atrás, sin embargo esta vez fue diferente. Aunque no era una cantidad importante de dinero tampoco era despreciable, le di al botón enviar y se fue, se fue y desapareció en el limbo durante casi 6 días, lo único que sabía era que no llegaba donde debía hacerlo. Acababa de darme de bruces con el drama del tamaño de los bloques y las dichosas comisiones, una transacción por lo que yo había pagado unos pocos céntimos en concepto de tarifa para los mineros establecida por defecto por mi monedero electrónico, como siempre había hecho antes.
Me tocó volver a aprender, -que mierda es esta!! ¿de verdad tenía que haber pagado 10$ por esta transacción? ¿Pero no era un dinero para todo el mundo?¿No era rápido? ¿No era barato enviarlo? Aprendí que era ya un problema que se estaba discutiendo hacía tiempo, me la había perdido por la barrera idiomática, en castellano no había tanta información, no había buceado por los foros anglosajones, había oído algo pero todo bastante limitado y con argumentos muy simples, lo había dejado de lado, no vi qué era lo que estaba pasando. Escuchaba algo sobre un fork y no lo entendía, incluso me molestaba, pensaba.. -ya lo están empezando a joder otra vez. Puro desconocimiento por mi parte.
Bucee y mejoré mi inglés, los traductores automáticos se convirtieron para mi en una herramienta primordial, aprendí sobre el escalamiento de Bitcoin., leí lo que su creador decía al respecto dejándolo muy claro, eso no era un problema para él ni para los desarrolladores que le ayudaron en el origen, sin embargo Bitcoin. no escalaba y lo que era más preocupante los que parecían controlar los foros donde se hablaba sobre Bitcoin. negaban la solución lógica y simple de aumentar el tamaño de los bloques como ese tipo japones, ese genio, dejó escrito. En dichos foros se practicaba una sistemática y eficaz censura a toda persona que plantease seguir el camino marcado, el lógico, el simple, quitar ese dichoso límite de un 1Mb escrito en una linea del código, un límite que Nakamoto estableció con el único objetivo de evitar problemas de spam cuando todavía la red era frágil, eran 5 o 6 personas en ese momento, un valor que había que eliminar en el momento que fuese necesario, sin más, no había ningún problema.
Sin embargo Bitcoin. no escalaba, empezaron a aparecerme nombres como AXA, Blockstream, Master-card. En mi interior y se que en el interior de mucha gente, lo sabíamos, quienes entendían lo disruptivo y radical que era este invento entendíamos que las grandes mafias bancarias tratarían de poner todas las piedras posibles en el camino, y que cualquier debilidad mostrada por el sistema la explotarían, encontraron esa linea de código y la grabaron en piedra. Acababan de destruir Bitcoin. Si conseguían mantener inamovible esa linea de código y además modificar una parte de él para añadir lo que ellos llaman segunda capa, Bitcoin estaba muerto y además convertido en otra cosa.
Todos los caminos condujeron a la última trinchera ideada por Satoshi para proteger el sistema, era la más radical y menos deseada por aquellos que habían visto nacer Bitcoin., Satoshi lo licenció como software libre y en el software libre existen los forks (bifurcaciones). Y el fork había que hacerlo antes de que ellos metiesen su mierda en el código puesto que sino la mierda se propagaría al resto de bifurcaciones que pudiesen surgir.
En agosto de 2017 nació Bitcoin Cash, gracias al empeño, determinación y recursos de unos cuantos que hoy son cabezas visibles en éste mundillo de Bitcoin Cash, el fork se llevó a cabo y el código original sigue siendo el adn que mueve actualmente a Bitcoin Cash. Muchas cosas han pasado desde entonces, muchos sinsabores y muchas alegrías. El código ha sido modificado, pero ha sido modificado para añadir características y mejorar su rendimiento, nunca para modificar su sentido, su adn, su objetivo de ser un dinero neutral, eficaz y barato para todo el mundo, pobres y ricos.
Por mi parte, ya no tengo nada de Bitcoin(BTC) ni me interesa, todo lo cambié por Bitcoin Cash(BCH), quizá no lo hice en el mejor momento posible pero tampoco en el peor, está todo bien, de nada me arrepiento. Actualmente lo que más me preocupa es ver a ese monstruo con pies de barro llamado BTC crecer y crecer como una burbuja insana, el día que caiga va a esparcir mierda y nos va a salpicar a todos en el mundo de las cripto monedas. Solamente aquellas con unas firmes bases como utilidad, descentralización y eficacia podrán capear el temporal. No me cabe duda de que Bitcoin Cash (BCH) posee todas ellas y más.
Bitcoin ha vuelto y le han puesto apellido, se llama Bitcoin Cash.