LA PIEL DEL AGUA
Te presentamos algunos de los poemas del libro La Piel del Agua:
UNA GOTA
Dicen que el agua no tiene piel
que es una metáfora;
si mi cuerpo no tuviera dermis
¿ quién sostendría el desfogue
de los pensamientos ?
Un viñedo recoge el sabor
en las membranas del fruto,
decantación aromatizada con las horas;
no me imagino la uva sin piel,
se acabaría el romance del rocío
y una flor…
Las palabras de cuerpos invisibles
también guardan su ropaje para
mantenerlas erguidas, conduciéndolas
entre brazos amorosos, en perfumes
de oriente, promesas y suspiros.
Los minutos también conservan sus
sombras, haciéndolas continuar
en su recorrido y no estancarse
en la ciudades que perdieron sus
formas, cuando se apartaron de las
costumbres heredadas por cromosomas
ancestrales, de voces desconocidas
que hicieron cambiar hasta la piel.
ALAS DEL ARCOÍRIS
Una oruga camufla su cuerpo
con rayas vivas y brillantes
para hacerse menos apetecida
a las garras carroñeras cuando
se desplaza lentamente entre
pétalos y tallos tiernos.
Tiene una coraza perfecta
para confundir a las aves
en el menú del día; también
hay personas que se ocultan
en los túneles del sonido,
marchitan las palabras
que se vuelven insensibles
en los poros y no permiten
detectar las mentiras.
Cuídate del beso brillante,
son rastreros, perforan las
horas y marchitan el alma.
Busca los colores del arcoíris
donde no llegue la oruga
en noches de plenilunio.
Compartimos una sola playa
pero no el mismo calor marino.
LO QUE EL SILENCIO OCULTA
No sé qué pensar de los problemas
que se convierten en compañeros
emotivos, durante el día forman
una pirámide ascendente
que en la tarde tiene el sabor
a manzana y la cortapisa de la solución.
Hay conflictos que aparentan ser
destructores, golpean los ánimos,
despiertan melancolías produciendo
sabores amargos; se trepan sobre
los hombros haciéndonos perder
la estatura y nos relegan
las cunetas de aguas estancadas.
No sé qué pensar de los problemas,
la muerte no tiene solución para
el vivo, pero es el paraíso donde
pernotan las vírgenes espirituales
recibiendo los guerreros de Alá.
No quiero verte con una burka
escondiendo los labios y tu tierna
sonrisa; tus ojos me dicen
lo que el silencio oculta.