La psicodelia de Antuan

Muchos han entrado a la pequeña cabaña de Antuan, pero han sido pocos los que realmente han podido descubrir, que es lo que realmente ocurre dentro de ese lugar, que afirman que es una especie de híbrido entre lo mental y lo real, pero que se difumina de tal manera que no se deduce a ciencia cierta que es.

Le había llamado psicodelia, porque era indescriptible como presentaba su obra, quizá en una cabaña la gente no haría tantas preguntas, ya que no estaba en medio de la ciudad.

Antuan fue como se quedó para los comunes citadinos, su nombre no se escribía así (sino más bien Antoine) pero jamás se preocupó por corregirlo ya que difícilmente le tomaban en serio. Venía de un lugar lejano intentando probar suerte como artista, pero su idea de expresión se vio netamente alterada cuando la ciudad le dio su golpe de realidad.

La depresión lo alcanzó, y algunos afirman que no se encontró bien de la mente luego de saber que su arte no fuera tomado en cuenta por las miles de personas que vivían en aquella metrópoli. Con los años, eso fue una realidad. Ya no estaba en sus cabales, y sus obras se fueron haciendo más abstractas; desde sus canciones hasta sus pinturas, todo era una experiencia.

Con el poco dinero que pudo reunir haciendo trabajos para los demás, pudo reconstruir una cabaña abandonada en los adentros del bosque, a las afueras de la ciudad, y allí poder realizar su sueño, donde descansara su propia inspiración.

De ahí, nació su cabaña psicodelia, un lugar donde la lógica no tendría cabida, y donde la extravagancia estaba a la orden del día. Finalmente y luego de tantos años, mucha gente se vio atraída por tal obra, ya que era algo fresco, y que a su vez invitaba a esos espíritus aventureros, a vivir toda una experiencia en la mente ya calcinada de Antuan.

La cabaña era un especie de museo, donde al fondo se podía escuchar música de la autoría de Antuan, y algunas obras de sus años más lúcidos, pero la verdadera atracción no se encontraba en la sala de estar, sino más bien dentro de la cabaña en sí, por donde se supone estarían habitaciones, Antuan las había convertido en colecciones muy exclusivas, que a su juicio, no todos podían pagar, eso aumentaba más su atractivo.

Cuentan sus clientes, (porque ya se ha hecho famoso, justo cuando su locura no lo deja saborear su triunfo) que lo que se vive ahí es indescriptible. Es un cúmulo de sensaciones fuertes, con colores extravagantes que por un momento, no te dejan pensar nada en lo absoluto.

De aquellos cuartos se han podidos escuchar gritos de alegría y miedo, ira y desesperación, y luego un profundo silencio. En dos ocasiones la policía ha intentado intervenir por algunos testimonios de gente que no ha entrado a las habitaciones, pero en reiteradas ocasiones, Antuan, los ha invitado a pasar, y tan solo se han conseguido con un cuarto repleto de luces de neón, y un espejo en cada pared.

¿Entonces que sucede aquí? Pues en palabras del Sr. Extravaganza (También le gusta ser llamado así) lo que la gente experimenta dentro de esas habitaciones es el reflejo de su propio ser y su opinión de si mismos, a través de una especie de viaje astral que los transporta a un mundo que nunca habían explorado.

Pues, aunque escépticos, esa fue la versión oficial que los agentes de la ley se llevaron para sus reportes. Lo exótico de todo esto, muy a parte de todo lo antes descrito es que Antuan, durante su proceso de construcción, descubrió muy escondidos dentro del bosque, un grupo de setas/hongos, con propiedades alucinógenas muy penetrantes, pero que mágicamente era imperceptibles en un estudio de toxicología.

Fue casi por accidente, en aquellas época donde el negocio no iba bien, donde Antuan se consiguió con esta particular especie de hongos, y para no morir de hambre, decidió comerlos. "Su viaje" fue excepcional y sin precedentes, sintió desde una epifanía, hasta como sus ancestros le hablaban, cuando en realidad estaba simplemente llorando en posición fetal al lado de un árbol. Pero fue gracia a esa experiencia, que decidió idear algo hermoso.

Era muy hábil, y durante meses, como si de un químico se tratase, estudió las setas a mas no poder y logro inventar su forma definitiva: Un ambientador que eventualmente a medida que te exponías a él sentías sus efectos, y de allí nacieron las habitaciones.

Antuan desarrolló el ambientador, pero se dio cuenta que su olor era un tanto curioso, así que para hacerlo más agradable, incluyó esencia de lavanda en él, y durante sus viajes de locura, se dio cuenta que las luces de neón eran un detonante perfecto para acelerar el proceso.

Luego de días y noches sin dormir lo logró, y hoy en día, es la cabaña con más historias jamás contadas, todo por un par de habitaciones que tienen la misma advertencia al entrar en ellas:

"Aquí no verás ángeles ni demonios, fantasmas o entes del mal, tan sólo es un reflejo de tu propia carencia convertida en una ilusión, que te llevará a otro nivel. No intentes comprenderlo, simplemente reflexiona, porque luego de que salgas de aquí, serás alguien más".

Una manera curiosa de decir que saldrás dopado al compás de música extraña y luces de neon que te iluminan tus pupilas dilatadas por una seta extravagante.

Foto de portada por  Taryn Elliott en Pexels