El mundo (no) me sigue preocupando
No soy un fatalista, ni alguien que viva pegado a una profecía de Baba Vanga o del conocido barbudo de Nostradamus, pero el mundo por todos sus lados, me deja pensando bastante en que a veces, estoy mucho mejor que muchos.
Ya la pandemia está en un plano determinante en la que con fe puedo decir que es cosa del pasado, pero otros problemas aún más inmediatos, me dejan la certeza de que aún nos falta avanzar como especie pensante.
De lo único que no nos podemos sentir culpables como seres humanos, es por los desastres naturales, porque estos no avisan cuando llegan, o cuando se van, simplemente aparecen.
Soy consciente de que, hay mucho que arreglar, pero tengo cierto aire de optimismo en el que, al menos en mis manos, dentro de mi entorno, y en mis cercanías, realmente puedo lograr un cambio positivo.
Estamos hechos para asumir grandes retos, y que momento para dar seguridad de ello, que todo lo que en este segundo sucede. Si son personas de fe, sabrán de lo que hablo, que esto tiene todas las características de una prueba divina, y ante ellas, nuestra mejor versión es la necesaria.
Que todo quede a la reflexión, porque alguna lección debemos tomar de todo esto, de lo contrario no habrá servido de nada tanto sufrimiento, solo para quizá nuestra propia destrucción como especie humana.
Que nos os engañe el título
Porque me muestre preocupado no ha de significar que no avanzaré hacia adelante, porque al contrario, todo esto me motiva a ser el mejor en lo que me propongo, para no darle cabida a ninguna falla, sino más bien a una ligera "pausa".
Me siento con ganas de dar más, pero como todo buen proceso, esas cosas requieren su debido y necesario tiempo.
Llegaremos a la meta, jamás duden de ello, solo... tiempo.
Que la paciencia sea nuestra bandera
Lo malo, lo bueno, lo peor, y lo mejor, duran para siempre, si tenemos eso en cuenta, podamos estar en una sensación más oportuna de calma que de desesperación.
Es una pequeña enseñanza, que me ha tocado aprender a las malas.
Pensamientos finales
Lamento yo, que este post no sea tan extenso como lo suelo hacer, y que me fascina hacer, pero es que mi mente no se encuentra en el lugar adecuado ahora, pero sospechosamente, se encuentra en una poderosa sensación de calma que no me molesta en lo absoluto. Algo bueno puede gestar toda esta calma acumulada.
Les debo también el sentido de esto que les digo, porque más que para compartir, es una pequeña charla conmigo mismo en un domingo por la noche, para poner uno que otro pie en la tierra, y no dejarme llevar por tantas calamidades, ya vendrán posts un poquito más extensos, pero hoy, este me lo dedico a mi.
Imagen de portada cortesía de Pexels.
Me gustaron mucho las palabras de cierre. Debemos dedicar tiempo para nosotros, para desarrollar y perfeccionar esas cualidades que lo necesitan, cultivar nuestra paz y calma sabiendo que todo lo que hoy exige esfuerzo, en el futuro reportará beneficios inigualables. Sobre todo si miramos con los ojos de la fe.