📃 Carta a Rosa

Para: la que fue mi bóveda, aquella quien guardaba todos mis tesoros: Rosa Ziólka.

Lo declararé rápido: Detesto cuando me involucras en tus planes poco éticos. Aún no soy tan bueno como quisiera; trato de limar todas mis palabras para no ofenderte. Sé que me libraré de este mal.

Te pregunto: ¿Ves acaso en mí la representación de alguna fantasía tuya? Me llevas a tus juegos y dejo que lo hagas.

Piensas que respondo cordialmente porque me ves asentir frente a tus ideas; pero en esas reuniones solo uso educación. ¿Qué tan falto de cordura debo estar para dejarme someter de esta manera? Mejor te despacho y soy yo mismo. No puedo ser mejor siendo hipócrita. Y contigo me siento uno.

Esta vez quiero que entiendas que no seguiré tu juego, no importa que insistas. No me cuentes si es trágico el evento, o que adquiriste alguna deuda. Tú decidiste sin consultarme, no pretendas librarte conmigo.

Rosa: nombre de flor, delicada y radiante; eres esperma caliente cayendo en mis manos. Así es tu efecto en mí. Eres un surtido de arrogancia sorprendente. Cada anaquel tuyo esté lleno de eso mismo. Y aunque tú, de ti misma pienses que es la conducta correcta, una flor verdadera no utiliza; sino que engalana a quien la cuida. Y que bello, que grande; sí, cuan glorioso el que recibe tal afecto.

Rosa, solo puedo referirme a ti como un claro desconcierto. No sé si ir o venir; y en ese proceso termino haciendo lo que quieres. Ya basta mujer.

Parece que me amas profundamente, pero no me gusta que me uses. ¿Qué quieres demostrar conmigo? ¿No te es suficiente tenerme cerca? ¿también buscas que sea un trofeo? ¿Qué significado tiene lo que haces? No es amor; y si lo es, no lo entiendo.

Ahora mismo tengo la determinación para escribirte, y solo así me es posible decir lo que siento, ya que en presencia tuya, temo ceder a tus encantos.

Por favor pasa de largo y no llames a mi puerta, ya no buscaré tu compañía; me has vuelto un esclavo en tu vida. En verdad estimo ser libre; por tanto, siendo tuyo el rostro del capricho, no tendría sentido estar contigo.

Admito que es la cama el lienzo perfecto donde recreamos la panacea y nuestro destino parece tener solución; pero ese fuego ardiente de caricias capaz de encender la Divinidad, no es eterno sino finito. Por lo que te dejo esta pregunta, creyendo tal vez ayude a cambiar tu futuro:

¿Es la paga que ofreces al escolta de tus sueños? ¿Solamente placer?

Entiende que no volveré a caer en tus redes. Ya está bien de ir y venir donde quieras, y cuando quieres.

Espero entiendas que estoy dejando tu juego, tu cama, y tu vida.

Att: Sebástian Brioggi

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