Ovë Ash por fin había reconstruido un mundo,sacado tierras del vacío, era hora de reconstruirlo todo, de contar los desaparecidos, los muerto Pero ¿qué había pasado? Lo que Linnie entendió fue desolación, la Gallinácea, enfurecida, había batido sus alas con fuerza, con tanta fuerza, que se levantó el polvo y las casas, el cielo ya no se veía, y las temperaturas subieron tanto que el suelo empezó a calentarse.Estaba en Garlande, con Tiresias, había ido allí para hacer una enésima coronación, era la época de las coronaciones en el pasado. Por supuesto que estaba allí con su dulce niña, la bella Alexandra, la princesa rutena.
Para decirlo así, cómo todo era tan lejano, tan vago, tan anticuado.
En los vientos y tornados del gran pollo, ella quedó inconsciente, sosteniendo en sus brazos a su hijo, su vida. Se encontró en el mundo intermedio, ese lugar de descanso, en teoría, donde uno espera para mejorar un poco, para recargar las pilas, pero esta vez no fue así. Una vez destruido el mundo, devastado, la joven diosa, recién nacida, tenía apetito de infierno. Así que se fue a comer al mundo intermedio. Cuando Linnie y Alexandra recobraron el conocimiento, tuvieron que hacer todo lo posible para evitar que se las comieran. Linnie tiró su corona de laurel, no sin llorar al pensar en su marido a quien no había vuelto a ver. Luego vino la corona de armiño, la corona de la Gran Princesa, la triple tiara y las mitras, los mantos de coronación, el vestido de nacimiento de Alexandra, el que le regaló el Papess de Mirodin. Finalmente encontraron un escondite en un rincón, que parecía vivo, casi ligeramente húmedo. Linnie inmediatamente comenzó a rezarle a Axolotl, su salvador. Oró por Dany y se alegró por primera vez de que su dulce padre, a quien ama, no tuviera que pasar por esto.
Cuando el galinacio se acercó a él y a su creciente número de protegidos, Axolotl se levantó y reprendió a su hija: “La destrucción, hija mía, no es un acto de los dioses, los dioses deben ser buenos y benévolos, rectos y constructores, deben proteger a los hombres. y no comerlos. Los convoco a reconstruir el mundo”.
Como todo niño regañado, la diosa se puso de mal humor, caminó tanto y tanto, que llegó a Baighon, quien le dijo lo contrario. Pero Linnie no sabía esto.
Protegida por Axolotl, temía a Ovë Ash, pero comenzó a rezarle, para que aliviara su sufrimiento, para que la acompañara en su desarrollo, porque era hija del dios tutelar de su familia.
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Cuando finalmente se reconstruyó el mundo, llegó el momento de regresar, abrazando a su hija, se encontraron en una aldea en Samotras. ¿Qué había hecho ella para merecer esto? La que ama la nieve y el frío, Samotras, 17.000 N, estas latitudes estaban antes en el agua, más al sur de Pentos, más al norte de Negos. ¿Por qué Ovë Ash la odiaba tanto como para imponerle esto? Ella no tendría ningún derecho sobre estas tierras, las abandonaría e iría donde el hielo es el rey. No, de verdad, el calor tropical no es para ella. Pero mientras esperaba el tiempo asignado, tomó la pluma y escribió una breve carta a sus amigos: Synesios, Sonia, Anastasia, Danylo, Tiresias, Isabeau-Jade, sus primas, su hermana, Maryannick, Aethelwulf, Acedia, Ahrsehole, Zamli. , Eredyl, Tomás, Bodb, Leia, Vilgelm, Gwynleve, Sirisk, Phillipe, Lenka, Aaricia.
"Queridos amigos,
He podido llegar a este nuevo mundo y espero que tú también, actualmente estoy en Samostra, y espero llegar pronto al norte y recrear la academia allí. Espero verte allí de nuevo algún día con todo mi corazón.
Pequeña dama.
Luego le dio la carta a las personas que la rodeaban con la esperanza de que las encontraran.También dio algunas órdenes, para que los heraldos le advirtieran si aparecían.