Luffa

La luffa o esponja vegetal es una de mis plantas favoritas, es una bellísima enredadera de la familia de las cucurbitáceas, de hermosas flores amarillas, te proporciona alimento y sombra y crece a una velocidad asombrosa. Se puede cultivar en macetas (grandes) y en canteros pero ofrece su mayor esplendor si se la cultiva directamente en tierra. Puedes obtener tus primeras semillas de las esponjas que compras en las tiendas pero te aseguro que ésa va a ser la última vez que tengas que comprarlas porque es una planta muy generosa a la hora de darte semillas. Yo la siembro a inicios de la primavera, cuando ya pasó el riesgo de heladas. Sus necesidades se reducen a mucha agua y mucho sol, crece incluso en tierras no muy buenas y sus raíces son profundas.

Por qué sembrar luffa?

Una de las primeras cosas que llamó mi atención cuando sembré por primera vez una luffa fue lo rápido que crece. El primer mes es una pequeña enredadera con un solo tallo largo y algunas hojitas pero después se impulsa y crece hacia todos lados hasta ocuparlo todo. Muchas veces es necesario podar las ramas que saca interminablemente para poder darle un poco de luz a las pobres plantas que han quedado bajo su sombra creciente. Es justamente esta capacidad de la luffa de formar rápidamente una capa vegetal muy frondosa la primer gran ventaja de tenerla en nuestros jardines, sobre todo en estas épocas en las que el calentamiento del planeta no nos da tregua. Si le armas una estructura tipo parra, te va a dar una rica y espesa sombra que tu salud va a agradecer en los días cálidos.

Otra consecuencia beneficiosa de este espectacular crecimiento vegetativo de la luffa es que te ves en la obligación de podarla periódicamente y, por supuesto, puedes aprovechar toda esa materia vegetal para alimentar tus composteras o vermicomposteras o bien puedes secarla para cubrir la tierra con una buena capa de acolchado de luffa. Las ramas de esta planta demoran bastante en degradarse cuando se las usa como acolchado y eso te permite tener tu tierra cubierta por más tiempo.

Con el tiempo vas a ver que tu luffa comienza a dar flores. Como buena representante de la familia de la cucurbitáceas, la luffa da flores "macho" y flores "hembra" que, polinización mediante, dan lugar a los frutos.

Los frutos de la luffa tienen dos usos, cuando están todavía inmaduros son comestibles y cuando se secan son la mejor esponja que puedas encontrar.

El fruto inmaduro puede comerse crudo en ensaladas o cocido formando parte de rellenos o salteado, la luffa rellena es deliciosa. El sabor del fruto inmaduro se asemeja al del zapallito de tronco o al del zucchini.

El fruto ya seco se cosecha, se le retira la piel y las semillas y se usa como esponja para la higiene personal y para lavar la vajilla (no te asustes, no marca los trastos)