Bélgica y Países Bajos son dos estados limítrofes con gran cercanía cultural y geográfica. Tal es así que comparten la ciudad con las fronteras más complejas del mundo.
Del lado holandés se llama Baarle Nassau, mientras que del lado belga es conocido como Baarle Hertog. Unos 8000 habitantes viven en Baarle.
La complejidad consiste en que son:
22 exclaves belgas en Países Bajos, denominados del H1 al H22.
Y 8 exclaves holandeses, denominados del N1 al N8, de los cuales 7 están dentro de los enclaves belgas.
Esta situación no es producto de un mero capricho o casualidad, su origen se remonta a la Edad Media, entre los siglos X y XIII fueron tierras de señores feudales, quienes compraban, vendían, se regalaban y hasta apostaban las parcelas de campo. Ahí radican los difusos límites, pero no era algo llamativo si lo comparamos con el resto de Europa. El tema es que en 800 años no se hayan podido simplificar, por más que hubo algunas iniciativas, la última en 1996, nunca se llegó a un acuerdo.
Las ciudades están realmente divididas: dos gobiernos locales, dos alcaldes, dos iglesias, dos banderas, dos policías, dos escuelas, dos oficinas de correo y hasta dos sitios oficiales distintos.
Igualmente, en algunas cosas sí están unidas. Por ejemplo, no se pide pasaporte en cada esquina, incluso antes de la Unión Europea. Además, hay un solo Centro Cultural, aunque tiene dos direcciones porque, claro, tiene una parte en cada país. Uno camina por la calle con una frontera internacional que está casi todo el tiempo a la vista, incluso traspasa negocios y casas.
Por más que tanto Bélgica como Países Bajos pertenezcan a la Unión Europea, ambos países tienen diferentes legislaciones. Esto hace que, por ejemplo, los impuestos sean distintos.
¿A quién le pago mis impuestos si tengo mi casa atravesada por la frontera? Bueno, ahí depende de dónde tengo la puerta. Esto hace que muchos quieran aprovecharse y cambien la ubicación de la entrada, para tributar en uno u otro país. ¿Cambiar la puerta de entrada para mudarse de país? Solo es posible en Baarle, en la frontera urbana más compleja del mundo.