Había una niña piadosa en la ciudad de Bagdad, que siempre se dedicaba a orar, ayunar y recitar el Corán desde una edad temprana. De esta manera, la niña creció al mismo tiempo. Un día, los padres de la niña le pidieron su consentimiento para el matrimonio y ella estuvo de acuerdo. Sus padres prepararon una olla justa. Luego se fijó el día de la boda. Todos los arreglos para la boda se han completado como de costumbre. La niña estaba vestida de novia.
Mientras tanto, se hizo el llamado a la oración, la niña se levantó de la reunión y fue a ofrecer oraciones. Todos los familiares comenzaron a decir, oye, ¿qué estás haciendo? Ahora mismo vendrá el novio, se arruinará tu atuendo, ¿qué dirás si ves al novio en esta condición? La hija respondió: No temo a nadie más que a Allah, todo lo que Allah hará por mi bien. No puedo desobedecer el mandato de Dios por lo que alguien diga.
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