La basura: Problema u oportunidad.| Por: Miryan Rivas. |
Si fuera tan fácil producir dinero como basura, quizás no existieran tantos pobres en el mundo…
Esta aseveración me lleva a cuestionarme sobre el desconocimiento general que se tiene sobre el aprovechamiento de lo que desechamos, la generación de ingresos a partir de ellos y al mismo tiempo, la contribución que podríamos hacer al saneamiento ambiental, que a su vez, se traduce en el mejoramiento de nuestra calidad de vida.
Sintetizando un poco el tema de la producción de basura, específicamente, de los desechos sólidos a nivel mundial, la organización británica Verisk Maple Croft, en un informe reciente, pone la alarma por el crecimiento vertiginoso, sobre todo de los desechos plásticos, revelando que se están produciendo más de 2.100 millones de toneladas cada año. ¡Una barbaridad!
De éstos, solo un 16% son reciclados. Otros estudios como el de Jenna Jambeck de la Universidad de Georgia, sostienen esta realidad.
Los científicos, además de cuantificar la enorme cantidad de plástico que va a parar a los mares, también se han percatado del gran daño que se está provocando a las aves, mamíferos marinos y peces. Imagínense entonces, el gran deterioro que se está generando a la vida en general del planeta y por si puesto, a los seres humanos.
En efecto, “si no se adoptan medidas urgentes, para 2050 los desechos a nivel mundial crecerán en un 70% con respecto a los niveles actuales”, así se encuentra expresado en el informe del Banco Mundial titulado: Los desechos 2.0: Un panorama mundial de la gestión de desechos sólidos hasta 2050 (su traducción en español).
¿Se imaginan, la enorme cantidad de material potencialmente reciclable que se desperdicia y los recursos que se pudieran obtener a partir de éste? Pues ya en algunos países se han percatado de esto, de los beneficios del reciclaje como una alternativa al problema de los desechos y a su vez, de la oportunidad de generar ingresos o minimizar costos en la producción de nuevos bienes.
El top 5 en materia de reciclaje es el siguiente:
En primer lugar se destaca Suiza, donde se recicla el 93% del vidrio, 91% de las latas y el 83% de las botellas de plástico. Allá, el reciclaje es obligatorio ya que de no cumplirse se pueden contraer multas de hasta 10.000 euros; sin embargo, las personas en general, son conscientes de los beneficios que genera el reciclaje y lo hacen sin ningún problema.
En segundo lugar está Austria con el 63% del reciclaje de sus desechos. Una de las regiones con gran fama en estas actividades es Estiria que se ha convertido en un referente mundial en gestión de residuos y es visitada cada año por muchos estudiosos en materia ambiental, para aprender de las experiencias implementadas y aplicarlas en sus países.
Alemania se encuentra en el tercer puesto ya que ha logrado reciclar el 62% de sus residuos. Su gestión se ha centrado en promover el mínimo uso de la bolsa plástica, clasificar eficientemente sus desechos, crear un compromiso y responsabilidad principal del estado en la problemática, generar estrategias de educación ecológica desde los primeros años de escolaridad y fomentar una elevada conciencia social sobre la conservación del ambiente.
Por su parte, Bélgica y Los Países bajos ocupan el cuarto y quinto puestos con niveles de reciclaje del 58% y 51% respectivamente. Así mismo y de acuerdo con una revisión bibliográfica, se podría decir que en casi todos los países se hacen actividades de reciclaje, en unos más que en otros, pero efectivamente, existen prácticas destinadas a reciclar sus residuos.
Ahora bien, estas experiencias solo constituyen el 16% del reciclaje de los desechos a nivel mundial, tal como se mencionó en los primeros párrafos. En otras palabras, la producción de desechos va a un ritmo mucho mayor que su tratamiento y conversión en materia reciclada.
Esta situación genera curiosidad, ¿Cómo es posible que no se recicle a un mayor nivel, aún sabiendo que con ello se pudieran obtener muy buenos beneficios, tanto socio económicos como medio ambientales?
Para responder a esta interrogante me parece muy pertinente resaltar la publicación de Correal, Rhim y Zambrano de la división de agua y saneamiento ambiental del Banco Interamericano de Desarrollo. Según ellos, existen unos problemas muy puntuales que no permiten ir lejos en una buena gestión de los desechos, específicamente en América Latina y el Caribe; sin embargo, causas semejantes pudieran estar limitando las acciones en todos los rincones del mundo.
Veamos cuáles son estos problemas:
Falta de planificación de acciones concretas y realizables por los gobiernos, tanto a nivel nacional como local. En algunos casos se realizan los planes pero no siempre se ejecutan y si se ejecutan lo hacen con tecnologías poco eficientes, por lo que no se logran los objetivos. En tal sentido, los investigadores señalan la importancia de la cooperación entre países, de modo que se identifiquen soluciones exitosas que puedan ser replicadas en otros lugares.
Debilidades en cuanto a la aplicación de normas y leyes que regulen la gestión de los desechos, así como la vigilancia y el monitoreo de su cumplimiento. Las personas no se sienten responsables de los desechos que generan y por lo tanto, tampoco se sienten comprometidas con su disposición final, pero tampoco hay quien los obligue. Aunque nada obligado funciona, en algunos casos las normas son necesarias.
Falta de promoción de la economía circular, donde se establezcan obligaciones y metas de recuperación de desechos a los productores.
Falta de sistemas de información de datos y cifras oficiales que faciliten la evaluación de la gestión, su diseño y medición del impacto que generan los programas puestos en marcha.
Incertidumbre en cuanto a la sostenibilidad financiera de los proyectos en materia de gestión de desechos.
Por último, pero igualmente importante, se considera que hay una demostrada falta de cambios de comportamiento tanto de las empresas como de las personas en general o consumidores, quienes se muestran muy poco sensibles a los problemas producidos por la contaminación a consecuencia de los desechos. En este sentido, es necesario generar programas educativos y de incentivos, de modo que la ciudadanía se involucre y contribuya activamente en la solución. En otras palabras, que vea el problema no como tal, sino como una gran oportunidad para mejorar su calidad de vida.
Como se ve, no es nada fácil superar los inconvenientes ante el problema de la falta de gestión de los desechos. Son muchos los factores que limitan las acciones y van desde el ámbito gubernamental, pasando por el empresarial, el social – educativo y el individual o ciudadano.
En general, considero que la falta de liderazgo en los diferentes niveles y las pocas experiencias a nivel local son factores de peso que no han permitido avances acertados en la materia; sin embargo, las experiencias de Suiza, Austria, Alemania, Bélgica y Los Países Bajos, entre otras, son un fehaciente ejemplo de que sí se puede. En tal sentido, la invitación es a generar conciencia tanto a nivel personal como en todos los que nos rodean, mostrarles que el problema es de todos y por lo tanto, la solución también.
Por otro lado, seamos más curiosos y cada vez que tengamos en manos algo para tirar a la basura, pensemos en lo que pudiéramos hacer con él o en las condiciones en las cuales lo vamos a disponer, teniendo sentido de las consecuencias que pudiera generar su colocación final.
De igual forma, por qué no, revisar, preguntar, indagar, consultar, investigar qué empresas existen cerca de nuestra comunidad que requieran envases de vidrio o plástico, cartones de huevos, bolsas, latas, en fin, todo lo que se genera a diario en nuestras casas, hacer un directorio y acordar con las personas de la comunidad o con quien deseemos la comercialización de dichos productos. Esto seguramente puede dejar algunos ingresos, que si bien no sean muy altos, de seguro solucionan otras necesidades y quizás, hasta nos permita a futuro generar las condiciones para crear una empresa.
Por último, les invito a adquirir y utilizar lo realmente necesario, esto ayuda muchísimo al bolsillo y al ambiente en general.