Muchísimas veces me ha pasado querer hacer algo y antes imaginarme varias escenarios que según yo podrían resultar de esa anhelada acción y sin más no lo intentaba porque en general esas imágenes o voces mentales no paraban de darme motivos para no hacer lo que deseaba. Mas allá de ideas procrastinadoras (que tambien aparecían) saltaban las inseguridades, los "y si"..., las evaluaciones de resultados que en contraste indicaban que no valía la pena hacerlo. Así he dejado de lado deseos que incluso regresaban en ocasiones a tocar de nuevo mi puerta mental. He notado que las veces que logré vencer esto, ha sido cuando actuaba sin pensar, o mejor dicho actuaba a pesar de que en mi mente habían mas de un razonamiento lógico tipo "no lo hagas" o "hazlo mañana". Todas las veces que con todas esas ideas en contra igual actué, valieron muchísimo, me divertí, aprendí, me sentí bien y aunque el resultado no terminaba siendo lo que esperaba siempre fue ganancia. Lo más difícil, creo yo, es tener el coraje de ignorarte cuando te estas metiendo el pie a ti mismo, pero como decía no hay forma de saber lo que puedes hacer si no lo haces.
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