Esta mañana me desperté con un mensaje de uno de los tantos grupos de WhatsApp en los que estoy agregado, era una parábola que decía mas o menos de esta manera:
"Un día el diablo se le aparece a tres sacerdotes en un monasterio, les propone ir al pasado y cambiar un acontecimiento que ellos consideraran que pudiera cambiar su vida y la del mundo.
El primero respondió: -Yo cambiaria a Adán y a Eva y los haría mas fuertes para que no cayeran en tu tentación.-
El segundo oyendo esto, le replico al demonio: -Yo te cambiaria a ti, para que fueras bueno y no hicieras caer en tentación a las personas.-
El tercer sacerdote, oyendo a sus compañeros se puso de rodillas y le dijo: -Márchate, nadie puede cambiar el pasado ni cambiar lo que no puede ser cambiado-
Los otros sacerdotes se voltearon sorprendidos a ver a su compañero, quien al ver la confusión de estos respondió: -No vale la pena intentar cambiar lo que no pudo ser, lo que fue nos llevo a lo que somos ahora.-
El diablo al escuchar su respuesta se marcho..."
¿Cuántos de nosotros no vivimos con la mente en el pasado, pensando que habría sido de nosotros si las cosas hubieran sido diferentes? Todas las personas hemos sufrido perdidas, de una forma o de otra, muchas nos han marcado tanto que las recordamos toda la vida. Siempre nos queda ese mal sabor cuando lo recordamos, prácticamente lo revivimos mentalmente una y otra vez, sin poder superarlo en el tiempo presente.
La vida nos ha marcado tanto que no podemos evitar pensar que habría sido si las cosas hubiesen sucedido de una manera diferente y nos ponemos a pensar, a recrear en nuestra imaginación como habrían sido las cosas si los eventos hubieran sido distintos. Esta recreación de nuestra imaginación lo que hace es aumentar nuestra frustración, haciendo que nuestro resentimiento con la vida vaya en crecimiento y nuestra inconformidad con nuestra realidad vaya creciendo con el pasar del tiempo.
Vivimos creando una realidad probable en nuestra imaginación y terminamos negando nuestra situación real, no creemos merecer lo que vivimos, lo que hacemos, con quien estamos, todo porque un golpe de mala suerte nos arrebato todo aquello que en realidad era para nosotros. Pero... ¿estamos completamente seguros de ello?
Aceptar y cambiar nuestro presente
Nadie puede cambiar el pasado a voluntad, si lo pudiéramos hacer probablemente el mundo estaría sumido en un caos. Imaginen unos cuantos enamorados cambiando el tiempo por amar a la misma persona, otros tantos emprendedores modificando las causas que los hizo quebrar en el pasado y a su vez generando otras, creando toda una serie de paradojas temporales que distorsionan el presente. Nadie puede hacer eso, solo queda aceptar el pasado que vivimos y construir un mejor futuro con lo que esa lección nos dejo.
Se que muchos pensaran ¡Como si fuera tan fácil!, no lo es, ¿pero que otra opción tenemos? No podemos desperdiciar todo nuestro presente lamentándonos por todo aquello que pudo haber sido y no fue. Nuestro crecimiento como seres humanos depende de aprender a hacer lo mejor con lo que tenemos, eso incluye tomar lo mejor de nuestras experiencias del pasado para mejorar nuestro presente, con miras a proyectarnos al futuro.
No podemos negar nuestro pasado, en el nos forjamos, en el se gesto la persona que somos ahora. Sin embargo no podemos tener la conciencia puesta en el, pues no lograremos vivir con la mente en nuestra realidad, mucho menos podremos mejorarla.
Si llegaste hasta aquí, te agradezco de corazón. Espero que te haya gustado.
Gracias a @SaraEscribe por esta dinámica.