Encender una vela
Encender una vela. Una por cada alma cercana que hemos perdido. Una por cada corazón que latió, sonrió, sufrió, se alegró y dió vida a cada novio, novia, amigo, amiga o pariente cercano que hemos perdido. Encenderla para recordar esos momentos, porque mientras el fuego viva y la vela siga en pie la luz continuará dándole vida a nuestras esperanzas.
Encender una vela. Encenderla para que no exista el olvido. Para proteger nuestra historia. Encenderla como manifestación de que todavía somos capaces de encontrar algo de aquella persona que nos ha dado tanto, con la que tantas cosas hemos compartido y que tristemente nos ha dicho adiós porque era su momento de partir. Algún dia también partiremos nosotros.
Encender una vela. Iluminar la habitación con el precioso fuego que ayer nos acompañaba y hoy nos abriga, haciéndole frente a una avalancha de sentimientos y sensaciones tan intensos como abrumadores … Una vela por cada uno, una vela por cada uno … y son tantas velas las que iluminan esta noche q ue quizás podamos combatir la oscuridad … Una vela por cada uno.
Encender una vela. Porque vale la pena encender una vida para iluminar tantas otras, mientras vemos miles de mariposas volar libremente festejando la inmensa alegría de estar respirando vida y sabiendo además que así como el sol hoy se ocultó, mañana saldrá y nacerá un niño y con él una nueva esperanza alimentando el fuego de otra hermosa vela.
Para todos aquellos a quienes hemos perdido demasiado pronto.