Tengo un par de días replantando unas ixoras que ya están bastante creciditas y he cuidado mucho de no hacerles daño al sacarlas del lugar donde estaban sembradas, he contemplado sus raíces, hasta he hablado con ellas para que no se marchiten al cambiarlas de lugar. Creerán que estoy loca pero son seres vivos que también reaccionan a los cambios y no quiero que mueran. Todo eso me ha hecho recordar la experiencia de la emigración.
Nadie puede saber con certeza lo que es una emigración si no la ha vivido, y es que actualmente estamos llenos de noticias de este tipo. En muchas partes del mundo se vive o se vivió esta realidad, que nos sensibiliza a muchos, afectando directa o indirectamente las almas de incontables personas. A continuación cito algunas de ellas:
En la República Árabe Siria, el Yemen, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo y Sudán del Sur a raíz de diversos conflictos fueron empujados a buscar mejores condiciones de vida en los diferentes países vecinos.
En Birmania el grupo étnico musulmán (los rohinyás o ruaingás) que desde 2017 fue objeto, según la ONU, de una limpieza étnica por parte de las autoridades birmanas que obligó a la mayoría de sus integrantes a refugiarse en la vecina Bangladés.
En Mozambique, Filipinas, China, la India por variados factores y causas.
En Haití por desastres naturales e inestabilidad económica, política y social.
En Cuba debido a la dictadura a la que se encuentran sometidos hace tantos años.
En México, Honduras, Guatemala, El Salvador causada por la falta de oportunidades, la pobreza y la extrema violencia.
En Venezuela originadas por una grave inestabilidad económica, política y social.
Cada caso tiene su complejidad y características particulares, pero todos son importantes porque dentro de cada situación están envueltas las vidas de numerosas personas que andan en la búsqueda de estabilidad, de paz, de una mejor calidad de vida, de poder ayudar a los que aman.
El caso de la Tierra de Gracia: Venezuela
Venezuela fue por mucho tiempo un país acogedor y lleno de oportunidades que albergó emigrantes de todas partes del mundo: españoles, portugueses, italianos, chinos, árabes, chilenos, peruanos,… entre tantos y tantos que terminaron quedándose y amando nuestra tierra, nuestra gente. Para los que nacimos en ella era impensable años atrás, creer que nos veríamos en la necesidad de salir de nuestro país como emigrantes. En una época lo que podíamos imaginar e inclusive realizar era visitar y conocer otros países como turista, pero tener que llegar a otro país como emigrante jamás se nos cruzó por la mente. Y ¡vaya que no es lo mismo ser turista que emigrante!
Actualmente para nadie es un secreto la difícil situación económica, social y política que atraviesa Venezuela al tener en el poder a un grupo de corruptos, narcotraficantes, inhumanos que no les duele ni su tierra, ni su gente, cuya finalidad es mantenerse en el poder la mayor cantidad de tiempo posible para su propio beneficio y no para el servicio de los ciudadanos, escondiendo con mentiras e hipocresía la realidad del deterioro y destrucción de un hermoso país. Y ni hablar de una oposición que muchas veces se ha prestado para seguirles el juego sucio o que simplemente ha pensado solamente en sus intereses propios y no en el pueblo que es el que mas se ha visto afectado.
Me encantaría decir que la emigración en mi país cesó o por lo menos que está disminuyendo, pero lamentablemente continúa y mientras la situación en el país no cambie, seguirá aumentando la diáspora venezolana en el mundo. Esperemos ver un día en paz y libre de tanta injusticia a la tierra de gracia, llena de tanto potencial en recursos humanos y naturales.
Diversidad de Situaciones:
Para cada quien es diferente la experiencia de la emigración, depende de muchos factores, pero en líneas generales la gran mayoría de los emigrantes se enfrentan a las diversas luchas que a continuación expongo:
Tener un lugar donde dormir y que comer:
Como seres humanos que tenemos necesidades, se debe procurar satisfacer las más básicas inicialmente. Muchos cuentan con el apoyo de familiares y amigos en el lugar al que llegan, algunos llevan una cantidad de dinero que establecen para cubrir las necesidades de los primeros meses mientras se estabilizan, pero muchos otros se arriesgan a la emigración sin definir, ni planear en qué lugar dormirán o como comerán, y las situaciones más duras se presentan cuando hay niños de por medio.
Legalidad en el país:
Las políticas y leyes migratorias son diferentes en cada país, por lo que el proceso dependerá del país al que se llega y de lo preparado a nivel legal que el emigrante salga de su país (si logra salir con documentos de identidad, documentos que avalen su educación, formación, trabajos realizados, si cuenta con las visas que actualmente están solicitando los países). En muchos casos las personas se aventuran a vivir y trabajar fuera de la legalidad por la necesidad, la falta de dinero para pagar los procesos y el tiempo que se lleva. Otros consiguen con esfuerzo la legalidad dentro de algún tiempo y solo unos pocos no tendrán problema con esto, porque quizá son hijos de extranjeros que les dan automáticamente su nacionalidad o tendrán recursos para acelerar los procesos, existen diferentes situaciones.
Aprender el idioma:
Esto sólo ocurre en el caso en que no se maneje el idioma del país al que se llega, y el proceso suele ser diferente para cada persona también. Para algunos es más sencillo mientras que para otros toma mucho tiempo y resulta complicado, todo depende de cada individuo.
Encontrar un buen trabajo:
Es una búsqueda que está determinada por muchos factores (del lugar al que lleguen, de cada persona que emigra, de los contactos, amigos, organizaciones benéficas, instituciones,…) y no siempre es muy sencillo. Para algunos tomara mucho tiempo para otros será mucho más rápido encontrar como sustentarse. Inclusive hay casos en donde las personas que emigran ya cuentan con una oferta de trabajo que consiguen antes de emigrar, no es lo más común pero existen esos casos.
Estar lejos de su familia y de los que ama:
La mayoría de las personas dejan atrás a muchos seres queridos cuando emigran y es una constante para el emigrante extrañarlos, pensarles, preocuparse por ellos, querer ayudarlos. En Brasil no existe el verbo extrañar pero existe un vocablo que utilizan para definir ese sentimiento de nostalgia, melancolía, añoranza que nos embarga cuando nos separamos de algo o alguien que amamos, es Saudade. El emigrante entiende muy bien lo que es tener y vivir con saudade.
Adaptarse a la cultura y costumbres de la nueva tierra:
Generalmente los cambios traen reacciones en cada persona, en algunos casos de rechazo por lo nuevo, lo diferente, porque se adquieren unas costumbres y una cotidianidad en el lugar donde se vive, que al ser transformado, se requiere de un proceso de adaptación que toma diferentes tiempos para cada individuo. Es como el ejemplo de la planta con el que inicié, al ser cambiada de lugar ella reaccionará al nuevo ambiente, tal vez se le caigan algunas hojas, pero si logra adaptarse y es bien cuidada muy probablemente florecerá nuevamente en otro lugar.
Discriminación:
Muchos emigrantes son sometidos a humillaciones, burlas, malos tratos simplemente por ser extranjeros, por parte de personas que carecen de empatía, sensibilidad e inclusive humanidad. Claro, también influirá el comportamiento de los emigrantes en una tierra que no es de ellos. Es un tema bastante delicado, en el que no debemos esconder que existe mucha injusticia.
Es cierto que existen otras luchas que quizás no estén reflejadas allí, como por ejemplo que se sufra con la espantosa experiencia de la trata de personas. Hoy en día hay organizaciones criminales que se aprovechan de las necesidades de muchos seres humanos y algunas almas que buscaban mejorar sus vidas son víctimas de seres inhumanos que los utilizan y los venden como si fueran mercancía. Son heridas y situaciones mucho más fuertes, pero existen lamentablemente.
Pero debo enfatizar que el camino de la emigración no solo lleva luchas, heridas, dolor, tristeza, resiliencia, sufrimiento, también podemos encontrar transformaciones, aprendizajes, adaptación, satisfacción, superación, crecimiento, alegrías, ángeles en el camino: personas llenas de bondad que ayudan, organizaciones e instituciones benéficas que son como un oasis en el desierto, con las que el mundo resulta más humano, a todos ellos ¡GRACIAS!. No puedo dejar de mencionar una de ellas y es Cáritas una organización perteneciente a la iglesia católica que realiza una labor maravillosa con los emigrantes en Brasil y muchas partes del mundo. Doy fe del esfuerzo que ponen y la ayuda que brindan en Rio de Janeiro, Dios les bendiga.
Llevo un tiempo diciendo que con todas las historias de los emigrantes venezolanos podríamos hacer un libro o varios libros y ahora pensando en todos los emigrantes del mundo creo que no alcanzarían las páginas de los libros, por eso les animo a escribir en la comunidad Salir de tu Tierra, con el fin de que haya un espacio lleno de cada una de esas situaciones superadas, alegrías y tristezas vividas, metas logradas, lecciones aprendidas, momentos pasados, anécdotas, historias interesantes de personas que han sido tocadas por la emigración directa o indirectamente, hasta ideas creativas. ¡Ojo!, la intención es la retroalimentación y si es posible que aprendamos unos de otros con la experiencia de cada uno. Es un espacio para la esperanza, fe, caridad, empatía e inclusive para el humor.
Ahora quiero preguntarte:
¿Has vivido la experiencia de la emigración? ¿Ayudaste a algún emigrante? ¿Juzgas a los emigrantes sin ponerte en sus zapatos? ¿Te has encontrado con algún ángel en el camino? ¿Conoces a alguien que ayude a los emigrantes? ¿Te ha tocado de alguna forma la emigración? ¿Estás pensando en salir de tu tierra?....Me encantaría leerles.
Referencias: