Puede ser que durmamos, pero no estemos descansando. Nuestro cuerpo se
repara por la noche, y si no se produce este descanso, no conseguimos
una regeneración optima de nuestros órganos, y el sistema inmunológico
decae, despertándonos cansados y con síntomas no muy agradables para
nuestro cuerpo y para afrontar el nuevo día.
Siempre se habla de la mayor o mayor calidad de nuestro sueño, pero
muy poco de la postura que adoptamos al dormir. "La posición fetal es
nuestra posición natural y la que más relaja nuestros músculos".
Pero esa no es, ni mucho menos, la que más adoptamos al dormir. ¿Te
incorporas demasiado? "Pues debes saber que esa postura permite tener
menos reflujo gástrico y ayuda a algunas personas a roncar menos. Si
duermes así, es probable que tengas apnea, que no estés haciendo bien
las digestiones o incluso que tu habitación no esté lo suficientemente
aireada.
Cuando no puedes dormir si no es con una almohada hiperdura en la
cabeza, eso significa que tu cuello o tu hombro tienen problemas,
aunque también puede ser que puntualmente te hayas hecho una
contractura.
Si necesitas dormir encogida, casi siempre es por estrés o porque
estás preocupada o decaída. Quizá también tengas problemas de bruxismo
(rechinar de dientes) y debas ponerte una férula.
Si duermes habitualmente con las muñecas flexionadas, es porque te
duelen esas articulaciones. Según especialistas del Instituto Nacional
de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados
Unidos, la mayoría de las personas que empiezan a sufrir el síndrome
del túnel carpiano duerme de esta manera.
Estas son las lesiones más comunes que nos podemos producir por una
mala postura al dormir:
Lesión de hombro. Este caso es muy habitual ya que ocurre al poner el
brazo por debajo de tu cabeza o tu almohada mientras duermes. Esa
posición mantiene una presión fija durante horas en la articulación
«bloqueando» la zona, lo cual hace que por la mañana sea muy doloroso
cualquier movimiento del hombro. Este dolor mantenido en el tiempo
puede acabar en una tendinitis más o menos crónica.
Lesiones de codo. Ocurren cuando duermes con el codo apoyado justo en
el borde de la cama, dejando el antebrazo extendido en el aire. Es muy
típico si duermes boca arriba y abres tus brazos hacia los lados.
Aunque no se produce una hiperextensión porque no hay ningún peso que
tire de tu brazo, una vez más son las horas en dicha posición las que
suponen mucha tensión acumulada para tu codo.
Dolores de espalda. Junto al dolor de cuello, puede que sea el más
extendido. En casi todos los casos se deben a dormir en una posición
en la que tu espina dorsal no está alineada, normalmente en posturas
retorcidas o curvadas. En este caso concreto el colchón juega un papel
muy importante, porque incluso con una buena postura, si el colchón de
hunde o su superficie es irregular, tu espalda no se mantendrá
alineada al dormir.
Dolores de cadera. Quienes acostumbran a dormir de lado puede que no
tengan este problema, pero no es raro que aparezcan ciertas molestias
de cadera entre personas que están intentando cambiar su postura -boca
arriba o boca abajo- a dormir de lado.
Dolor de cuello. En este caso interactúan tanto tu postura como tu
almohada. Posiblemente dormir boca abajo es lo menos recomendable para
tu cuello ya que acabará torcido en un ángulo raro. Si duermes sobre
tu espalda, una almohada demasiado alta provocará una curvatura
forzada de tus cervicales y los músculos de tu cuello. Si duermes de
lado, una almohada demasiado fina hará que tu cabeza esté «colgando»
en una posición nada recomendable.ára