Creo que el esfuerzo es la medalla de bronce de cada uno de nosotros, es lo logrado, o lo que suma puntos para un próximo arranque, siempre me asombre, de cuando veía los juegos de futbol en los mundiales, cuando terminaban y el equipo perdedor, sea cual fuere, yo, siempre me sentía muy mal por ellos, sobre todo, cuando eran del continente Africano, me condolía muchísimo más, me los imaginaba llorando en los camerinos y al entrenador consolándolos y diciéndole la próxima será mejor, sin embargo, cuando salían en televisión me sorprendía al verlos y escucharlos, que lo mas importante es el próximo partido, ya este partido se jugó y ahora a pensar en el próximo compromiso.
Cada evento de nuestra vida requiere constancia, estrategia y un análisis, que nos permite calibrar las acciones a tomar sean las actuales o futuras y sobre esta constancia, la cantidad de esfuerzo que debemos aplicar para conseguir lo que buscamos.
En los exámenes de nuestra vida, debemos probarnos que estudiamos y pusimos en la tarea un 100% de nuestra concentración y esfuerzo total, en todo hay voluntad, y desde que somos pequeños, nuestros padres nos inculcaban el camino del sacrificio y de trabajar con más constancia y ahínco que los demás, era la llave del éxito, nos repetían siempre: “él no dejarnos vencer y mirar más allá”, pero la juventud, el medio ambiente, las malas decisiones y otras experiencias, buenas, malas y regulares, hicieron que no le diéramos la debida importancia.
Tenemos que ser más capaces de mejorarnos, reconozco que soy de las que me gusta todo, pero abandono rápido, y no quise inculcarle eso a mi hija, siempre le dije que tenía que terminar todo lo que comenzara, hasta en los alimentos era perseverante y la conminaba para que probara un bocado de comida, así no le gustara, el viejo truco de: ¿Cómo sabes que no te gusta, si no lo has probado?
El tema era, que si no le gustaba, yo, como madre, no hacía más esfuerzo para darle la vuelta y experimentar otra forma para convencerla, de por lo menos de probar nuevamente lo mismo, pero elaborada de forma diferente. Entonces se convirtió en nuestra dinámica, ella probaba un poquito y yo complacida hasta allí lo dejaba, craso error, debí, impulsarla hasta llegar a un sabor que le gustara o presentación agradable.
Traduciendo esta experiencia de la vida diaria, las veces que pruebes no la dictamina un número, como tal, si no, el gusto por hacer las cosas cada día mejor y no detenerse ante el fracaso. En otras palabras ser constantes.
Hay que relativizar los fracasos, y dedicarse a mejorar cada día más. Todo lo que hacemos con pasión, se vuelve energizante y nos estimulan a seguir en la vida, recuerdo que quería hacer una tesis de grado, que cambiara la forma de ver los Recursos Humanos y cuando comencé a hacerla, me fui decepcionando, porque los profesores me decían: ¿Cuántos libros has escrito tú? ¿Quién eres tú para dar tu opinión (es decir, doctora en qué)? ¿Sobre qué bases científicas apoyas lo que escribes? ¿Cuantas investigaciones has realizado, para apoyar tu comentario? Me desilusione mucho, y como quería graduarme, la hice según los parámetros de la Universidad. Entendí que tenían razón, y que mi investigación era el primer paso, para quitarme el sombrero ante otras luminarias de mi área y el esfuerzo radical que requiere el escribir un libro y que sea aceptado por la comunidad científica.
Lo que requiere años de estudio, dinero, dedicación exclusiva, apoyo empresarial para que los empleados puedan dar su punto de vista, ante la hipótesis planteada y tener registros interesantes que analizar.
Es todo un gran esfuerzo, no me quejo, solo quiero decir que aunque estoy a tiempo de revolucionar el mundo, en el buen sentido de la palabra, el requerir de un coach y alguien que te apoye, hace la diferencia en el esfuerzo para lograr la meta, sea el resultado que sea.
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Gracias a todos, por leerme, y esta lectura forma parte del reto propuesto por @SaraEscribe de 30 temas en 30 días, reciban caluroso abrazo. Saludos cordiales y especiales a Sara. Un abrazo.. y gracias por todo.
El esfuerzo de la vida debe ser de a pocos pero debe ser un empujón, siempre hacia adelante, como bien dices con constancia se hace habitual y con ese hábito vencemos. En una rutina de ejercicios, con nuestras dietas, en nuestro trabajo. En la vida en si misma. Siento que cada pasito que damos puede ser un esfuerzo más, un peldaño arriba ☝. Me haces recordar que debo mejorar mi constancia, mi esfuerzo con la comunicación con los míos