Tocororo (Priotelus temnurus). Es un ave trepadora, endémica de Cuba, en género y especie. En su vistoso plumaje se localizan con facilidad el rojo, azul y blanco, los colores de la bandera cubana, por ello es considerado el Ave Nacional.
El Tocororo es seleccionado como el Ave Nacional de Cuba por dos motivos: su espléndido plumaje de vivos colores y por su resistencia al cautiverio. Es considerado el ave más bella del país ya que parte de su plumaje en verde recuerda los campos cubanos; su pecho de plumas blancas, su vientre de plumaje rojo y las plumas azules de su cabeza reproducen los colores de la bandera nacional.
Existen dos formas ligeramente distintas, la que vive en la Isla de Cuba y cayos adyacentes (P. temnurus temnurus), y la que vive en la Isla de la Juventud o de Pinos (P. temnurus vescus). Su nombre científico es Priotelus Temnurus, del orden Trogoniformes y pertenece a la familia Trogodinae.
Es el único en la isla de esta familia, a la que pertenece el Quetzal, ave nacional de Guatemala. Es llamado por los aborígenes cubanos como guatiní nombre que continúa dándosele en algunas de las provincias orientales. En inglés se le conoce como Cuban trogon.
El Tocororo macho mide unos 28 cm de longitud, la envergadura de sus alas es entre 39 y 39,5 cm. La cola mide 14,3 – 14,8 cm aproximadamente, mientras que su compañera lo aventaja en medio centímetro. También la cola y la envergadura de las hembras son mayores en varios milímetros. Fuera de esto, la pareja no presenta dimorfismo sexual. Se alternan además en las tareas de incubar los huevos y alimentar luego a los recién nacidos.
No se caracteriza por su gran movilidad y suele reposar por largo tiempo con su pescuezo encogido. Permanece así como extasiada ante el paisaje, y sólo abandona esa posición para procurarse alimentos. En ese momento, sus movimientos son rápidos y precisos, aunque a muy corta distancia. Lo vemos con facilidad en los bosques tupidos con altos árboles de variadas especies, como el soplillo, el almácigo y la yagruma. Es un ave pacífica, que permite que nos acerquemos a ella sin huir.
Anida de Abril a Julio en los huecos de pájaros carpinteros recién abandonados. La hembra pone 3 ó 4 huevos. Ambos sexos incuban y alimentan a sus pichones.
Habita los campos desde hace miles de años y se localiza fundamentalmente en la Sierra de los Órganos, Ciénaga de Zapata, el Escambray, complejo montañoso de la Sierra Maestra, e Isla de la Juventud. Raras veces se ha criado en cautiverio, su libertad es vital para sobrevivir.
Prefiere los bosques de todo tipo, y también pinares. Las montañas orientales deben de albergar millares de tocororos. En la Ciénaga de Zapata y en las cordilleras de Pinar del Río, en el centro y el occidente del país, también puede escuchársele por cientos, lanzando al éter su "to-co-ro-ro, to-co-ro-ro".
Se nutre de insectos, frutas y flores que toma al vuelo.
En tanto especie de la fauna silvestre, no se permite la caza o captura del Tocororo según la Resolución No. 81 de 1982, dictada por el Ministerio de la Agricultura y existe un instrumento legal para sancionar a los enemigos del Tocororo. Se trata del Decreto-Ley 200, de fecha 22 de diciembre de 1999, que establece las Contravenciones en materia de Medio ambiente.
Pero más allá de la connotación legal, la protección de esta pequeña maravilla del reino animal tiene incluso connotaciones morales. A ningún cubano se le ocurre dañar una bandera cubana, por todo lo que significa esta. Por esa misma razón, el Tocororo es respetado, no sólo por ser una maravilla de la biodiversidad, sino también porque es el Ave Nacional. Su colorido y amor por la libertad son, no sólo símbolos de la inigualable naturaleza cubana, sino parte indisoluble de esta nacionalidad. Protegerlos, significa también defender la identidad cubana.
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