La política: Respeta opiniones ajenas.
Hoy quiero abordar un tema bastante controversial y/o polémico: La política. Pero solo lo haré desde mi perspectiva o punto de vista y claro está, también desde mi experiencia. Siendo sincera este tema para mí resulta bastante ajeno y poco atractivo, sin cuestionar a quienes lo disfrutan; porque la política como cualquier otra ciencia o actividad tiene sus adeptos. Pero mi idea no es precisamente adentrarme en sus aguas profundas y oscuras, que también las tiene, claro que sí.
No pretendo referirme a corrientes filosóficas, ni ideológicas, ni mucho menos compararlas. Mi idea es sencilla, resaltar únicamente aquellas personas que ven la política en todos los aspectos de su vida. Esas que no son capaces de entablar una conversación si no le ponen ese toque político, a veces hasta forzado, solo para caer en ese tema y dejar clara su postura e ideas.
Creo que todos tenemos un amigo así, quizás un familiar, o algún conocido. Ese tipo de socio-político sin podio y sin séquito que vive de sus ideas, pero que llegan a un punto de locura donde no solo la viven sino que además, buscan imponerla. Y eso es lo peor, porque a fin de cuentas, ¿Quién disfruta de una compañía como esa? Pocas personas, desde mi punto de vista.
Y es perfectamente comprensible que cada quien tenga sus preferencias culturales, religiosas y políticas, pero la cuestión está en ver cada cosa con un equilibrio, con una perfecta armonía. No podemos pretender que a todos nos gustará el chocolate solo porque a mí me fascina; lo mismo ocurre en este caso.
Se puede y lo que es más, se debe ser capaz de entablar conversaciones donde no haya que mencionar en absoluto si eres de derecha e izquierda, y por demás respetar la postura e idea de cada quien. No veo necesario sacar a colación siempre este tema, aunque no esté siquiera a tono con lo que estamos hablando; pero lo peor llega cuando se tiene la errónea intención de imponer nuestra ideología. Conozco personas que discuten todo el tiempo por estas tonterías, inclusive han llegado a pelearse con amigos o familiares por el simple hecho de que no coincidan en sus politideas (esto me lo acabo de inventar, quizás al RAE le guste XD)
Otros por el contrario, son capaces de mantener una conversación neutral y hasta agradable sin criticar ni agredir a su oyente, saben escuchar y a la vez sazonan sus palabras de manera tal que puedan expresar sus ideas sin molestar; al mismo tiempo que escuchan y comprenden la posición del contraparte. ¡Lástima que no todos son así!
Y es entonces cuando me pregunto: ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué se consigue con eso? Y mi respuesta es clara: ¡Nada! Además de peleas absurdas, incomodidades, discusiones, rencores y hasta enemistades. Aunado por supuesto de que hay quienes se van más allá del extremo y pasan de la agresión verbal a la física. Todo esto por una simple cuestión de ideas, y para rematar políticas; que reitero no tengo objeciones a ella, pero desde mi opinión deja un mal sabor de boca.
Llegados a este punto la reflexión se hace presente. Meditemos de manera concienzuda en cómo estamos pensando-actuando, hagámoslo con detenimiento y claridad, siendo realistas. Y si algo merece ser cambiado, actuemos en conformidad. De esa manera podremos estar seguros de que no seremos tildados como esos socio-políticos sin podio y sin séquito que viven de sus ideas, pero que llegan a un punto de locura donde no solo la viven sino que además, buscan imponerla; esos que les mencioné al inicio, esos que en su mayoría resultan detestables y de los que yo particularmente me alejo a como dé lugar.
Tengamos la madurez suficiente de respetar los puntos de vista de cada quien ante cualquier idea, principalmente las políticas. Logremos un equilibrio entre los demás y nosotros y por sobre todo seamos capaces de razonar, conversar, escuchar sin molestarnos ni mucho menos imponer nuestro criterio. Si así lo hacemos, sin lugar a dudas todos seremos ganadores.
Y para cerrar, dejo esta frase que complementa perfectamente con este tema. No cito su autor porque según Internet, está atribuida a distintas celebridades. Aún así, la esencia es lo verdaderamente importante.
Amiga querida en la política como en todos los campos de competitividad existen los apasionados, que no suelen ser muy objetivos, dando como resultado unos seres fanáticos, que no aceptan o entienden la opinión del resto del universo, tomando como válida solo su verdad , gracias por hacernos reflexionar.