Enseñemos a pescar. Crianza de los hijos.
Hace mucho tiempo escuché esta frase atribuida a Confucio, y desde entonces marcó para bien no solo mi vida, sino también la de mis hijos.
"Dale un pescado a un hombre y comerá un día. Enséñale a pescar y comerá siempre."
¡Cuánta verdad encierra esta frase, que parece tan simple! ¡Cuánta complejidad conlleva hablar de este tema en la crianza de nuestros hijos! Y es que como padres, el amor hacia nuestros hijos nos insta primeramente a protegerlos ya siempre querer darles lo mejor. pero lo mejor para ellos no es que todo el tiempo le allanemos el camino y le demos todo.
Como padres hacemos mucho más por ellos cuando les enseñamos a vivir la vida, a valerse por sí mismos, a comprender que todo conlleva un esfuerzo, ¡porque lo lleva! y eso nadie lo puede negar.
Si constantemente estamos poniendo a su disposición todo cuanto necesiten, sin que tengan siquiera que mover un dedo para obtenerlo, sencillamente estamos errando en nuestra crianza y educación.
El amor primeramente debe motivarnos a educarlos y prepararlos para los desafíos de la vida. Mostrarles que nada es color de rosa, que existen matices que van desde el blanco hasta el negro, que si queremos lograr algo lo debemos intentar con esfuerzo propio: ahí está la clave.
Y esto se puede iniciar desde etapas tempranas, a modo de juego, sin sobrecargarlos ni exigirles de más, sin presionarlos; con paciencia y cariño, intentando que disfruten el momento.
En este ámbito el ejemplo desempeña un papel fundamental, y es que todos sabemos que "habla más que mil palabras" ¡Eso es un hecho! No menospreciemos nunca el aprendizaje de los pequeños, desde edades tempranas son capaces de absorber y nutrirse de todo cuanto le rodea, incluido lo malo; de ahí que debamos cuidarnos para no darles un mal ejemplo.
No olvidemos nunca que desgraciadamente no seremos eternos y por tanto, no estaremos siempre a su lado para ayudar o apoyarlos aunque sea. No hay por qué ponerles siempre el pescadito en su boca cuando ya tienen edad de aprender a pescar, ¡enseñémosle!
La cocina es una de las necesidades básicas primarias y elaborar nuestros propios alimentos no tiene por qué ser aburrido ni tedioso, por el contrario, puede ser divertido. Inculcar en ellos más que una necesidad un deseo, sin duda alguna le abrirá las puertas de un mejor futuro.
No hay que dejarse llevar por los prejuicios que aún la sociedad tiene a esta altura, esos donde el rol del hombre y la mujer son completamente distintos; esos que más que un alivio se vuelven una carga con el paso de los años. La cocina y el cuidado del hogar son para ambos, sin importar el sexo. Y no debe existir mayor logro para un hombre que el de poder valerse por sí mismo, sin ayuda de nadie, ni siquiera una mujer.
Claro, inculcar esto en nuestros hijos requiere de tiempo y esfuerzo, pero no es algo que tengamos que hacer únicamente a nosotros los padres. La ayuda de la familia es esencial y de seguro si la pedimos, podremos encontrarla en algún familiar o hasta buen amigo. Siempre hay alguien por ahí dispuesto a echar una mano cuando se necesita. Así que seamos humildes como para reconocer qué necesitamos ayuda y aceptarla.
Tengamos presente que la escuela forma a nuestros hijos, sí, pero en su mayoría en el ámbito académico, sin obviar que no todo podemos dejarlo en sus manos. La formación práctica y la preparación para la vida diaria depende en su mayoría de nosotros.
Sembrar en nuestros hijos la semilla de la independencia lejos de hacerle daño, los beneficiarios desde ahora y para siempre. Claro está, siempre con equilibrio y teniendo en cuenta su edad y sus capacidades físicas y emocionales. No le demos el pescado todo el tiempo, pongamos en sus manos la caña y animémoslos a pescar por sí solos. Eso también los hará crecer sanos y felices.
Hasta aquí este artículo, pero antes de cerrarlo quiero dejar en claro que los consejos que doy son únicamente eso, consejos. Para nada pretendo establecer reglas u obligaciones en la vida de nadie. Sencillamente son un compendio del día a día con mis hijos; una práctica que ha tenido una repercusión muy positiva en su crecimiento tanto físico como emocional y que además, vienen avaladas por el sello de los verdaderos especialistas en la materia.
Gracias por llegar hasta el final.
No se si fue lo correcto, supongo que al menos para mi funciono, pero mi viejo me inculco el gusto por el trabajo desde pequeño con pequeñas tareas que el me pagaba por realizarlas, nunca como una imposición, si no para conseguir unas moneditas extras para los dulces en el colegio, recuerdo que yo me ponía a lavar el carro los domingos casa de mi abuela cuando regresabamos de la playa casi religiosamente cada fin de semana, luego fue bolear sus zapatos dejandolos relucientes... Supongo que funciono porque cuando entre a la universidad pese a percibir una mesada de mi viejo, yo empece a dar preparadurias, comencé a transcribir trabajos en mi compu, era rápidisimo tecleando en aquel entonces, un buen negocio con el pocotón de flojos que no les gustaba hacerlo!!!jajajaja. También vendi videojuegos para PC, pero allí no me fue tan bien y deje de hacerlo al poco tiempo, pese a mi buen desempeño jugando barajas y ganando buen dinero con ello, no deje de dar las preparadurias y transcribir trabajos hasta que me gradúe.
Buen articulo mi #DulceDama.