Lidiar con un secreto familiar
En toda familia hay secretos que no deben tocarse y mucho menos salir a la luz pública. Tal vez ni siquiera todos los miembros de dicha familia sepan la existencia de ese secreto. El que provoca emociones varias en quienes lo cargan acuesta, tristeza, impotencia, vergüenza etc.
Es difícil comprender para aquellos que no somos parte de dicha información, que es lo que sucede. Para evitar traumas los adultos prefieren obviar estás cuestiones y seguir viviendo como sí nada pasará. Ocultando bajo la alfombra sus secretos que por momentos desaparecerán, para luego renacer con más fuerza aún, causando mucho más dolor.
¿Qué puedo hacer?
Depende por supuesto de cada familia y las circunstancia en las que han sucedido estos hechos. Para lograr tomar una decisión, lo primero será comprender la magnitud del secreto y lo que este significa para el entorno familiar.
Porque por supuesto que existen secretos, todos los tenemos, el tema es que no todos ellos representan problemas familiares.
Ya cuando estés seguro de lo que está afectando tu vida, lo principal es buscar ayuda profesional. Un psicólogo te puede ayudar a comprender porque se ha llevado a cabo este secreto y el funcionamiento de este en el núcleo familiar.
Mi experiencia
Debo decir que no tengo una experiencia muy grata al respecto, ya que desde muy niña en mi familia mi madre no ha sabido comportarse como tal.
Bueno ella es una persona sin mucho sentimientos maternales hacía nosotros, en especial hacia mi, pero eso sí el cariño para ella significa apoyar económicamente.
Estoy segura que su falta de emoción es por lo que le sucedió con mi abuela, un secreto familiar del que no se habla jamás.
En su adolescencia mi abuela le hizo mucho daño a mi madre, hubieron abusos horribles. Que jamás nadie pensaría que una persona puede cometer contra su propia hija.
Yo me enteré años después y comprendí el rencor que ella le tiene a mi abuela. El hecho de ser víctima de esos abusos la obligaron a ser distinta y no poder dar apoyo emocional a sus hijos.
Por lo visto un círculo vicioso que dejó heridas emocionales tan grandes, que aún hoy repercuten en sus vidas.
Mamá un día me confesó que lo vivido la hizo no poder conectarse con sus propios sentimientos. Incluso ella era adolescente cuando falleció su padre y no supo sentir el dolor de perder a alguien que quería tanto.
Lo que hizo mi abuela es un delito, el cual debió pagar con cárcel, pero en esos tiempos y esas zonas rurales, eran como cosas que se dejaban a escondidas.
Lo más triste es que no solo mi mamá sufrió abusos, si no una de sus hermanas menores también, de lo cual me enteré hoy. Quizás no fue igual que lo vivido por mi madre pero una experiencia así te deja con muchos traumas.
En esos cimientos se creó mi familia, la cual ni tan siquiera me pudo entregar algo tan simple y reconfortante como un abrazo.
Déjenme decirles que a veces es un poco complicado hablar de estos temas tan profundos, aunque pienso que igual todos necesitamos sacarlos de nuestra alma para ser mucho más concientes de los dolores que hemos enfrentado durante nuestras vidas. De esa forma tal vez sanar esas heridas que se quedan en el tiempo y se transforman en grandes cicatrices si no le ponemos un atajo.
Por lo menos en mi caso particular concidero que lo mejor es buscar la ayuda de un buen psicólogo. Algo que no cambiará tú entorno familiar, pero ayudará a sanar tus propias emociones y a tener herramientas para enfrentar los problemas venideros. Ya que te aseguro que todo a la larga termina saliendo a flote y estalla como un volcán en erupción.
Hola querida amiga. Lamento lo de tu madre, espero que la vida les brinde consuelo y sea mejor cada día.