A veces tenemos recuerdos de nuestra infancia, los que nos llenan de nostalgia y añoranza. Existen momentos de alegría, experiencias gratificantes que fueron parte importante de nuestro pasado.
Los expertos dicen que cuando un adulto recuerda excesivamente su infancia es porque quiere volver a ser un niño y es símbolo de inmadurez. Ya que está siendo incapaz de manejar problemas que se presentan en la vida cotidiana.
Esto conlleva a sentir que para resolver algún problema puntual necesitamos algún factor ajeno que lo resuelva rápidamente. Sin tener que nosotros mismos intervenir y quedamos con esa sensación de querer escondernos bajo las cobijas como en nuestra infancia.
¿Desequilibrio Emocional?
La verdad es que no tengo idea si soy una desequilibrada ni tampoco sí lo son ustedes, mejor no meterse en esos terrenos sombríos. Yo diría que tendríamos que juntar mucho BCH de Readcash, también de Noise y pagar un buen psicólogo para llegar a esa conclusión ja, ja, ja
Pero yo hoy quiero hablarles de algo mucho más simple y como estamos en épocas Navideñas no pude evitar pensar en esos regalos que siempre quise tener de niña. Estoy segura de que en varias ocasiones ustedes han pensado en ello también.
Bueno ya mencioné en mi publicación anterior que en mi infancia no era común celebrar la Navidad. Por ende mucho menos me llegaban regalos ¡¡Mi padre era y sigue siendo un Grinch!!.
Sin embargo, una tía paterna que casualmente tiene el mismo nombre que yo, siempre nos regalaba alguna cosa a mi hermano y a mí. Aunque nosotros siempre quedábamos con la sensación de querer mucho más. Sentíamos que solo nos regalaban las sobras, porque al mirar los juguetes de los nietos de mi tía quedábamos sorprendidos y enojados.
Recuerdo que en una ocasión mi hermano recibió un par de calcetines y ropa interior, Yo me preguntó ¿cómo le regalas eso a un niño de 9 años en Navidad?
Mi hermano se enfadó tanto que cuando se fue mi tía tomo el regalo y lo lanzó al suelo, acto siguiente comenzó a pisotear diciendo palabras inadecuadas para un niño de esa edad.
Por eso ahora de adulto él se ha comprado juguetes que deseaba tener en su infancia.
Los juguetes deseados por mí.
Tenía gustos bastantes extraños de niña (bueno ahora también) no me gustaba para nada lo "normal" para esa época, ya saben las muñecas tipo Barbie que todas deseaban y por ser niñas debíamos tener.
Yo era tipo Lisa Simpson en contra de la Stacy Malibu, re densa ja, ja, ja.
Por eso mi tía no sabía que regalarme, solo me hubiesen preguntado y ya 🤦🏻♀️
1- Figuras de los "Motorratones de Marte"
Era fanática de los dibujos animados Swat Kats, pero jamás llegaron figuras de ellos a mi país, pero si había de mi segunda animación favorita" Los Motorratones de Marte" eran re violentos y medio pervertidos.
Yo deseaba tenerlos y nadie me los compró porque eran caros, por primera vez a los 11 años les puedo decir que sentí odio profundo. Me decía a mi misma que nadie me quería lo suficiente para gastar ese dinero. No como a mis primos.
2- Máquina de juguete para hacer helado.
Solo imaginen por unos segundos que significa este regalo para una niña. Helados que saldrán de nuestro propio juguete, no tengo nada más que agregar o tal vez sí... Nadie me lo compró :(
3- Mascota
Los animales no son juguetes y mucho menos regalos para los niños, eso lo aprendí con el tiempo. Bueno lo aprendí a los 14 no me demore mucho en entender que si algún niño quiere una mascota, son los padres que deben enseñarles a ser responsables y hacerle comprender que es un ser que siente y sufre, por ello debe de protegerlo.
Pero antes yo quería tener un animalito en casa y no cualquier animalito sino que algún perro que necesitara que lo adoptarán. Yo intentaba salvar a los gatos de mis vecinos según mis posibilidades infantiles claro, me daba tristeza que los abandonaran a su suerte.
Hasta aquí llega mi publicación media extraña, no tiene el espíritu Navideño "Normal" aunque no muchos me leen les diré que yo me he topado en Readcash con cosas ¡¡Uf!!, mejor ni les cuento.
Imagen de portada, banner y separador creado en Canva.
Yo quedé con ganas de la heladería Kreysel y un carro Nikko jajaja pero no me quejo a mis 31 años mis papás siempre buscan la manera de sorprendernos a mi hermano y a mía, sea de niño Jesús o Reyes Magos