Blanquito, cuando la violencia cambia la existencia
Bueno, está no es una historia agradable, ni con un final feliz, más bien diría que aún no llega el final o tal vez pronto llegará. La escribiré en Readcash, porque esta red social me parece que acepta muchos más temas diferentes, que por ejemplo Hive. La mayoría de mis escritos no encajan mucho por allá, en especial cuando veo que las publicaciones más exitosas, son de animales de raza u otros pariendo a diestra y siniestra, o gente que tiene animales silvestres de mascotas, algo que va totalmente en contra de mis creencias.
Supongo que una historia como la de Blanquito debe de contarse desde el principio.
Hace varios años solía ser voluntaria en una agrupación de rescate de animales callejeros, bueno las únicas integrantes que quedamos a cargo éramos mi hermana y yo. Un día nos avisaron que había un caso dónde un perro estaba siendo maltratado por su dueño.
Estas fueron las condiciones en las que nos entregaron a Blanquito, un animal víctima de torturas, lo amarraban para después apalearlo, acuchillarlo, intentaron cortar sus tetillas y obviamente tampoco lo alimentaban o le daban agua.
Su historia es parecida a la de muchos animales en diferentes rincones de nuestra sociedad, los que son vistos como cosas sin valor y sin emociones.
Nosotras lo bañamos, curamos sus heridas físicas e intentamos también curar las emocionales, fue un trabajo difícil pero logramos sacar adelante a Blanquito. Su recuperación fue increíble y poco a poco empezó a ser feliz.
Hubo varias familias que querían adoptarlo, 4 veces se fue de nuestro refugio y esas 4 veces fue abandonado en las calles ¿Por qué?...
Pues la gente que se supone que eran mucho más empáticas y responsables que su dueño anterior, decían que era un perro agresivo. En ese momento nos dimos cuenta de que el tenía un problema mental, actuaba de una manera distinta a sus pares, por tantos traumas que vivió en su vida.
Era comprensible que los adoptantes no lo quisieran, pero lo que era totalmente incomprensible, después de nosotras hablar con ellos sobre su historia de vida y pedirles encarecidamente que no lo lanzarán a la calle, que simplemente nos llamarán a nosotras para ir a buscarlo. De todas maneras lo hacían. 😒
Después de vivir muchos problemas que causaron que el refugio se disolviera, nosotras aún teníamos que velar por esos perros, pero sin un lugar físico dónde albergarlos. Fueron momentos terribles de impotencia e injusticia, no voy a entrar en detalles, solo diré que dimos todo por esos animales, en especial mi hermana y su novio Marcelino que adoraba a Blanquito. Pienso que este tuvo cambios positivos junto a Marcelino, pero lamentablemente el se fue de este mundo y nuevamente la vida de Blanco quedó inmersa en la soledad.
Pudimos encontrar adoptantes para varios perritos, otros se quedaron en casa de mi abuela, incluido Blanco. Mientras que el mayor y líder de la manada, fue albergado en la casa que arrendó mi hermana.
Luego de pronto, me imagino que por la vejez y su problema psicólogico, Blanquito comenzó a comportarse de una manera muy agresiva y ya no quería que nadie se acercará a él. Lo malo fue que ni tan siquiera podíamos cortar su pelo.
En la actualidad buscamos ayuda con varios veterinarios de la ciudad, para poder sedarlo de manera segura, ya que es un perro de 13 años y además agresivo. Nadie se atreve a ayudarnos, porque puede sufrir algún ataque cardíaco, pero la vida que lleva no es vida y nosotras intentamos cortar algo de su pelaje. Teniendo el cuidado necesario para que no nos mordiera, tampoco se le pudo administrar una dosis alta de tranquilizante porque comenzó a presentar problemas para respirar.
Tantos veterinarios vistos que no dan ninguna solución, tampoco pedimos caridad, ya sabemos que el dinero mueve el mundo. Por ello estábamos dispuestos a pagar, el dinero no abunda pero igual siempre con todos nuestros rescatados dejamos de lado nuestras propias necesidades por ellos.
Cuando los perros son agresivos y no aceptan ayuda, es imposible poder hacer algo. Recuerdo que un joven me contó la historia de un perro que era de su tío y que al morir este, ya nadie podía manejarlo, atacaba a todos en la casa, incluso no podían alimentarlo. La única solución de los veterinarios fue sacrificarlo lamentablemente, ya que en cualquier momento podía atacar a cualquiera gravemente.
En el caso de Blanquito, su salud ha empeorado, ya casi no mueve sus patas traseras, sus ojos están casi ciegos por cataratas, lo que es común en perros mayores. Larvas de moscas invadieron su cola, ya que tenía demasiado pelo, el que dificulta que el mismo se asee, claro que se le hicieron curaciones y pudo recuperarse, tarea para nada fácil pero se hace el intento.
Un ser víctima de la violencia humana, que cambio para siempre su existencia.
Wow es una gran labor la que realizas, espero que puedas seguir adelante y seguir desempeñando tu gran propósito y difundiendo tu mensaje en todos los rinconcitos del mundo