Con el pasar del tiempo, luego de muchas experiencias a lo largo de la vida, nos damos cuenta el mejor estado de la vida es estar tranquilos. Ese momento en donde encontramos un punto de equilibrio en la vida, donde nada sobra y nada falta, todo es lo justo y necesario. Es ahí donde sentimos una satisfacción total.
Recuerdo cuando me encontraba en la búsqueda de una persona que pueda darme esa tranquilidad que buscaba. Buscar a la pareja perfecta.
En ese trayecto, me di cuenta, que al fin y al cabo, termine auto-conociendome a mí mismo.
Nos las pasamos todo el tiempo buscando a alguien para que nos haga feliz, y no nos damos cuenta que la felicidad, está en nosotros mismos.
No nos tomamos el tiempo en conocernos a nosotros mismo. En saber qué es lo que nos gusta y lo que no nos gusta.
Algo que siempre les digo a mis amigos o las personas que son jóvenes es “aprendan a convivir con ustedes mismos”, “aprendan a ser felices solos”. Solo así, encontraras el significado de la vida. A encontrar la paz que tanto anhelamos. La tranquilidad que tanto deseamos.
No pasar por esta faceta, nos lleva a elegir a compañeros que son simplemente para un viaje corto. Créanme, lo viví y es horrible. No se imaginan lo horrible que se siente levantarse y ver que la persona con quien comparten la cama, no les produce nada. No les da esa seguridad, confianza y paz.
Vivimos bajo una cultura en donde nos presionan para que salgamos a buscar a un novio/a como si fuera que nuestra vida dependiera de ella para que seamos felices.
La tranquilidad es ese estado en donde todo está en armonía, donde no sentís vacíos.
Encontrar la tranquilidad, a veces lleva mucho tiempo. Conlleva todo un proceso en el cual, debemos replantearnos nuestros objetivos, reorganizarlos, tener en claro que es lo que buscamos y hacia donde queremos ir.