El origen de los impuestos

En el origen de las sociedades, casi tan antiguo como el hombre pensante, existió el tributo.

Las personas hacían ofrendas y sacrificios a sus dioses dando de lo que tenían.

Esto dio origen a las clases sacerdotales y fueron los sacerdotes quienes vivían sin trabajar de las ofrendas de los creyentes. También, tras la victoria de una guerra entre distintos pueblos, los vencedores cobraban como tributo todo lo que el pueblo perdedor tenía, reclamando para sí mismos algo que no les pertenecía, de esta manera, el tributo era la manera en que los soberanos jefes o sacerdotes se autoproclamaban dueños de una parte de los bienes del pueblo y los redistribuían o los usaban para sus propios fines.

Al comienzo de la edad antigua incluso antes de la unión del imperio egipcio, ya existían tributos regulados que los ciudadanos de los reinos egipcios pagaban a sus soberanos.

En el 3100 A.C  en Egipto, el faraón hacía un viaje por el imperio cada dos años. Este viaje se llamaba “seguimiento de Horus”. Los egipcios creían que en este viaje el faraón, encarnaba el dios Horus  y durante el viaje se hacían pequeñas paradas para que los habitantes del imperio lo adoraran. En cada una de estas paradas, se hacía la ceremonia del recuento del ganado donde con total exactitud se registraban y se cobraban los tributos del pueblo hacia el faraón.

De esta manera, empezaron a tomar forma los impuestos. Estas leyes consistían en que los productores del campo y los artesanos daban un porcentaje de todo lo que tenían al faraón. Los militares, daban de los botines de guerra y entregaban a los ciudadanos de los pueblos conquistados como esclavos. Todas estas leyes fueron los primeros impuestos formales y regulados de la historia.

Los únicos exentos de pagar impuestos eran el faraón y los sacerdotes. Los escribas eran quienes recaudaban los impuestos, temidos y odiados por los ciudadanos ya que tenían la capacidad de castigar y torturar a los egipcios, a fin de conseguir que paguen los impuestos.

 Es necesario aclarar que los impuestos que cobraban no eran los mismos año tras año y para un habitante del Antiguo Egipcio, un saco más onza con menos de grano significaba la muerte de la familia por desnutrición.

Varios siglos más adelante, en la Antigua Grecia muy distinto al gobierno egipcio, veían que la libertad del pueblo era afectado por los impuestos. Temían abusar de ellos y convertirse en déspotas sobre su pueblo por lo que diferenciaron impuestos directos e indirectos. Los impuestos indirectos que se cobraban por adquisición de productos o servicios, se recolectaban sin ningún problema y los impuestos directos casi no existían, ya que los impuestos directos afectaban a cierta clase social por ejemplo: la liturgia era un impuesto sólo para los ricos los cuales se pagaban bajo consentimiento para financiar específicos gastos del gobierno.

En Atenas, existía el Metoikion. Un impuesto que sólo afectaba a los extranjeros.

Otro ejemplo también es el Eisphora. Un impuesto a todos los griegos que era requerido únicamente en tiempos guerra y una vez terminada la guerra el excedente de dinero no usado era reembolsado a los ciudadanos.

De esta manera los griegos se estimaban tanto la libertad de sus ciudadanos que los impuestos eran cuidadosamente ideados y aplicados.

El último imperio de la Edad Antigua fue quien más luz dio al sistema de impuestos.

En Roma,  existió un novedoso impuesto aduanero, por importación y exportación llamado Portoria.

Aparte de los otros impuestos clásicos, los impuestos servían para distintos fines que hoy podríamos definir como servicios públicos y exceptuando solamente la escuela estos eran: la distribución gratuita de grano; la policía urbana; las termas; los juegos y el abastecimiento de agua etc.

La mayoría del dinero recaudado con los impuestos era destinado a fines militares. En la época del Imperio Romano, Julio César impuso que el 1% de todas las ventas, se pagarían como impuestos y en tiempos de César Augusto este 1% aumentó a 4%. También virtualmente eliminó a los publicanos de su trabajo de cobrar impuestos, dando la responsabilidad a las ciudades de cobrar los impuestos de sus habitantes. También instituyó un 5% de impuesto a las herencias, a fin de proveer fondos para el retiro de los militares siendo esta una pseudo-jubilación.

Egipto, Grecia y Roma fueron los principales en la creación e innovación de los impuestos, conocimiento que heredaron los países nacientes de la Edad Media.

Con el pasar de los siglos, se siguieron creando diversos impuestos directos e indirectos de todas clases a fin de financiar a los gastos del gobierno y a las iglesias aliadas al monarca y así nacieron prematuros impuestos que hoy llamaríamos IVA, aranceles, renta etc.

En este punto, es lógico pensar que los impuestos se necesitan existir para el bienestar de un país y que si aumentan los impuestos aumentará la calidad de vida que nos puede ofrecer un país pero no es así.

Las reglas del juego cambiaron radicalmente a finales de la Edad Moderna y me refiero a la independencia de las 13 colonias británicas.

Lo que sucedió fue que entre los siglos 7 y 8 se fundaron 13 colonias en Norteamérica por colonos procedentes de Gran Bretaña de creencias protestantes y de habla inglesa. Posterior a esto, entre 1756 y 1763, se desarrollaron una serie de conflictos internacionales para establecer el control sobre Silesia y por la supremacía colonial en América del Norte y la India.

A este conflicto bélico se les llama la Guerra de los Siete años. Gran Bretaña tuvo una gran parte de este conflicto en especial contra Francia. Al terminar la guerra, Gran Bretaña había prevalecido como ganador. Sin embargo, esta victoria le causó un daño enorme a su economía y desesperados por los problemas económicos, la corona de Gran Bretaña, aumentó los impuestos e impuso exageradas cargas positivas sobre las 13 colonias.

Los gobiernos del mundo,  se crean, se regulan o se eliminan impuestos.

Los impuestos sólo benefician a los gobernantes y a veces a sacerdotes corruptos solo a ellos a nadie más.

Es cierto que con el dinero de los impuestos el gobierno puede proporcionar bienes servicios y trabajo para el pueblo pero el sector privado también puede hacerlo y puede hacerlo mejor

Los impuestos no son elegidos. Son impuestos. Son leyes que cumplirás sí o sí, sin opción. Un impuesto quita mucha libertad.

Tú como habitante de un país, pagaras impuestos lo quieras o no.

Sin embargo, tu gobernante si tendrá la libertad de usar como le plazca el dinero recaudado con los impuestos.