Año 1986.
Nos gobernaba Raúl Alfonsín
La inflación era un delirio y el Secretario de Comercio, Ricardo Mazzorin, decidió importar 38 mil toneladas de pollo, provenientes de Hungría, por un valor total de unos 38 millones de dólares.
El objetivo principal de su importación era contener un poco el precio del pollo y de la carne porque tenían algunos problemas con los productores avícolas.
Por supuesto, cuando los productores locales de pollo se enteraron de esta maniobra del gobierno de traer pollo de exterior se enojaron bastante.
Todo ese pollo se almacenó en frigoríficos privados que, por supuesto, se pagaron con el impuesto de la gente, así como también se pagaron los pollos que trajeron del exterior.
Un 80% se vendió perfectamente sin ningún tipo de problema, pero un 20% de todo ese cargamento total de pollo, se empezó a echar a perder por algunos problemas en estos frigoríficos y también porque de cierta manera como que se fueron olvidando que el pollo estaba ahí.
Unas 108 toneladas aproximadamente, se pudrieron por completo y era imposible volver a comercializarlas. Por lo tanto, se terminaron tirando a la basura en un lugar que era un basurero a cielo abierto y se llamaba cinturón ecológico. Para no creer.
Esa imagen de ver cómo eran tirados los pollos comprados por el gobierno con el dinero de la gente, era imperdonable.
Quienes estaban en contra del gobierno, puntualmente de Ricardo Mazzorin, vieron esto como una oportunidad increíble.
La gente estaba completamente indignada por esa cantidad de pollos que se había tirado.
Se comenzó a decir que Argentina, con esta importación perdió 50 millones de dólares. Se decía que el pollo podrido aún se vendía en diferentes carnicerías.
Incluso, se decía que había pollos que fueron comprados por Mazzorin que eran radiactivos porque venían de Chernóbil.
La gente, al saber esto, por miedo, dejó de comprar pollos por miedo de adquirir un pollo contaminado o infectado.
A pesar de esto, se seguía pagando a frigoríficos privados para que mantengan guardados estos pollos. SI, mantener guardados pollos podridos.
En junio de 1988, Mazzorin, fue interpelado en la Cámara de Diputados y hubo bastantes disturbios con los periodistas.
A fines de 1988, terminó renunciando y fue procesado.
Las toneladas de pollo que habían quedado en frigoríficos, que se habían comenzado a echarse a perder, fueron vendidas a Rusia, porque previó un proceso podrían ser aptos para el consumo humano.
Recién en 1995, unos casi 10 años después del inicio de todo este problema con los pollos, Mazzorin fue sobreseído, por completo de todas las causas.
La idea de Mazzorin de controlar los precios solo duro un par de meses. Lo que luego, derivo a una hiperinflación y se fue todo al carajo.
Esto fue un caso más de corrupción que la política argentina tiene en su historial, en el cual, de alguna manera, siempre se limpia las manos.