Transcurría febrero de 1984, en la ciudad de Baton Rouge, Luisiana, donde Vivian Jody Plauche, de 10 años, junto a su padre Leon Gary Plauche.
Ese mismo mes de Febrero, Jody es secuestrado por su instructor de karate, un hombre llamado Jeffrey Dowsett, de 25 años de edad, quien abusaba de él, desde hace por lo menos 1 año. Jeffrey lo llevo a un hotel de California donde agredió sexualmente y mantuvo cautivo a Jody.
Una semana después, Dowsett le permitió a Jody hacer una llamada a su madre desde el hotel.
Este sería el principio del fin para Dowsett
La policía de California rastreo la llamada y minutos después allano el lugar. Rescato a Jody y arresto a Dowsett sin mayores incidentes.
El 1 de marzo de 1984, Jody se reencontró con su familia en Luisiana.
El viernes 16 de marzo, Dowsett voló desde California al aeropuerto Metropolitano de Baton Rouge para enfrentar el juicio.
El agresor llego al aeropuerto esposado. Lo que nadie sabía, era que allí camuflado con una gorra de beisbol, anteojos oscuros y armado, lo estaba esperando Gary Plauche, el padre del Jody.
Gary, era amigo de varios oficiales de alto rango en el departamento de la policía de su ciudad. Si bien, muchas personas creían que esos contactos, fueron los que le dijeron donde y cuando llegaría Dowsett.
En realidad, fue un empleado del noticiero local, quien le dio la información al afligido padre.
Cuando Dowsett paso por adelante del equipo de noticias, que se encontraba grabando la escena, Plauche saco su arma, disparo un solo tiro a la cabeza de Dowsett y la bajo.
Los oficiales lo reconocieron de inmediato. Lo detuvieron y le preguntaron “Gary, ¿Por qué? ¿Por qué, Gary?”
Esta frase, 35 años después, sería el nombre que su hijo Jody elegiría para titular sus memorias.
Por aquel entonces, se planteo un gran debate en los medios de comunicación, entre los que estaban a favor de su accionar y de la justicia por mano propia, y los que creían que debía ser severamente reprendido por sus actos. Pero lo cierto, es que Plauche, recibió una sentencia en suspenso de 7 años. Además, debió cumplir 300 horas de servicio comunitario por el tiroteo. No fue condenado a prisión.
Jody, el niño abusado, de hoy unos 47 años, estudio filosofía, comunicación y psicología. Trabajo asesorando víctimas de violencia sexual.
El año pasado, publico su libro titulado ¿“Por qué, Gary, por qué?”. La primer pregunta que le realizo la policía a su padre antes de detenerlo. En nombre de Gary, que falleció en el 2014, su hijo responde los motivos que lo llevaron a cometer el asesinato.
En su obra, el autor intenta determinar que deberían hacer los padres para proteger a sus hijos, para que su propia historia, no se repita.
Tal vez, muchos digan que sus acciones no fueron medidas y que merece pagar por lo que hizo. De la misma manera, otro grupo de personas, dirán que hizo justicia por lo que Dowsett le ocasiono a su hijo.
Acá es muy importante estar en el lugar de Gary Plauche. Imagínense saber que su hijo fue maltratado y abusado por una persona. Es algo horripilante que a todos nos costaría mucho poder manejarlo. Los padres están para protegernos, nos aman de verdad. Un padre o madre, es capaz de todo por un hijo.
Tal vez Dowsett, no merecía morir así. Es decir, en mi opinión, hubiera preferido que se pudra en la cárcel, que su conciencia lo atormente día tras día y que el encierro lo vuelva loco. Pero no sé, como dije, debemos estar en el momento. No todos reaccionamos iguales.
Sin dudas, este es un caso que conmociono a todos los Estados Unidos y al mundo entero.
