A algunos les gusta la carne roja y jugosa, a otros un poco mas cocido, pero no cabe la menor duda para los argentinos que el asado es una de la comida típica del país. Es imposible no venir al país y no comer un buen asado argentino.
Según la historia, el asado no tuvo sus orígenes en Argentina. Era una práctica muy habitual cocinar carne al fuego en la prehistoria. Esta tradición surgió a mediados de 1556 cuando las primeras vacas llegaron al virreinato.
Con el pasar del tiempo, los gauchos empezaron a comer la carne a la parrilla. Hacían un hueco de unos 20cm en la tierra, en donde, luego prendían fuego para cocinar la carne.
Con el pasar del tiempo, aparecieron muchas formas de hacer asado, aplicando distintas técnicas, pero a pesar de eso, la esencia sigue siendo el mismo.
Para el argentino, comer un asado, no es solamente probar su sabor, sino que a su vez te reúnas con amigos o familiares para pasar un buen rato
El asado es una excusa para estar cerca de nuestros seres queridos.
Este ritual arranca temprano, prendiendo el fuego, acompañado por alguna copa de vino o alguna cerveza u otra bebida a gusto.
Colocar la leña, el carbón y esperar a que de inicio a las primeras chispas es espectacular. Luego de que el fuego esté listo y las brazas están listas, llega el momento de poner la carne en la parrilla.
En cada región de la Argentina, existen formas diferentes de preparar el asado, acompañándola con alguna salsa en particular.
Cada persona tiene su manera de preparar el asado. Llevar el fuego a una cierta temperatura, aplicar alguna receta familiar, etc.
El asado siempre va acompañado de un reencuentro entre amigos, cumpleaños o simplemente una reunión familiar. Tampoco hace falta que sea un día festivo para hacer una asado.
Nada se compara con el asado. Es un momento único para disfrutar con la familia y los amigos, un momento feliz donde te olvidas de todos los problemas.
AH! Y algo que me olvidaba es que nunca puede faltar un aplauso para el asador.
