Supongo que a estas alturas de la vida no voy a asimilar cómo es posible que dentro de Cuba una considerable cantidad de personas no acaben de entender la naturaleza del castrismo. Todavía para los que se fueron, que en su mayoría vivieron el régimen en carne propia, el hecho de olvidar progresivamente algunas aristas de esa realidad se puede entender por la huella que el tiempo borra en la memoria y las experiencias de otra vida que se acumulan transformando costumbres y hábitos: las malas vivencias, en muchas ocasiones, suelen ser olvidadas por una dinámica auto preservadora de la psiquis.
Pero aquellos que todos los días enfrentan la realidad desde que abren sus ojos en las mañanas y chocan con el factum de estar en un aquí y un ahora, viendo miseria, colas, escasez de todo, represión, policías como moscas en la calle, apagones, corrupción a todos los niveles, destrucción, suciedad, derrumbes, malos tratos, doble moral, hospitales de infierno, peste donde quiera, chivatos, inflación disparada, mentiras repetidas como mantras Goebbelianos por el régimen, desidia, viejos y vagabundos que aparecen en cualquier esquina como amargos recordatorios de pobreza desbordada en crisis social, más toda la necesidad que el azar suma al diario bregar del cubano en el gulag castro-estalinista, y aún así no se percatan del nivel de materialización de la realidad efectivamente existente, no sé cómo pueden soñar o hacerse la paja metafísica que este sistema de mierda va a cambiar por una "marcha pacífica", a menos que un meteorito impacte el comité central o una invasión alienígena (ya que americana no va a ser) sobrevenga en una plaga de bichos verdes de ojos grandes que le derritan el culo a cada miembro del partido comunista con rayos láser.
Cuba es el país donde lo real-cochambroso es tan descarnado, en comparación al mundillo fantasmagórico de las redes sociales, que te obliga a aterrizar los pies en tierra una y otra vez, seas quien seas y tengas el nivel que tengas. ¿Condición? No ser un idiota. Es como un agujero negro para una cabeza equilibrada. Lo que llaman horizonte de eventos en física teórica y se explica como el punto de no retorno en la hipótesis gravitacional de un acercamiento a la singularidad del agujero, es lo que todos los días absorbe al cubano de a pie, incluso al que no anda a pie, porque aquellos que tienen cierto nivel y gozan de prebendas X han de velar por no caer en desgracia con la nobleza feudal partidista o sus lacayos servidores. En ese horizonte de eventos vive inmerso el prisionero del gulag cubano: un punto de no retorno total.
Sin embargo, -y es curioso este fenómeno-, eso que llaman "prensa independiente" (de la oficialista ni hablar porque aquello es Alicia en la cochiquera de las maravillas) bombardea constantemente en redes un contenido basado en hechos que, lejos de ubicar en tiempo y espacio al nacional, que apenas le queda energía cerebral después de cuatro o cinco horas de colas o seis de apagón, le falsea esa realidad en un show edulcorado en sentimentalismos sensacionalistas de figuras fabricadas, héroes marginales de fábula, huelgas de hambre de fines de semana, súbitos mensajes de resistencia en prisioneros que hasta rapean y envían sus canciones y mensajes cuando a otros ni sus familiares los pueden ver, reportes sobre estúpidos problemas raciales o de género en una sociedad que piensa más en qué va a poner en la mesa para comer que en un trans o un discriminado, en tibias críticas al sistema por agentes que el mismo régimen permite operar en inexplicables espacios dentro de la dictadura y niegan llamarse opositores, en frenesís de marchas, cacerolazos, revoluciones de aplausos, llamamientos de unión a iniciativas animalistas, cuando las personas no tienen ni derechos. Esa prensa no cuestiona los móviles del castrismo, sus movimientos tras bastidores. No investiga por qué hay siempre una constante visibilidad sobre un pequeño grupo de oposición, que solo hace pantomima de ella en videos o fotos con carteles mientras otros apenas se conocen o pueden sacar la cabeza porque el régimen los reprime con contundencia….en fin, no tendría para cuando acabar si sigo. Esa prensa es variopinta porque va desde los clásicos chupa grants de toda la vida a los ya no tan nuevos dolarizados de la open society y varias ONG con agendas específicas de fragmentación identitaria: son tan independientes como el gusano del cadáver.
Toda esa mierda tiene que comerse el cubano promedio dentro del horizonte de eventos del castrismo, imbuido en lo real como condición esencial de supervivencia. Aun así y, teniendo en cuenta lo fáctico de la cotidianidad para no caer en un delirio quijotesco, los hay por cientos de miles que creen en cada cantamañanas potenciado por esa prensa que les hace un historia libertaria de plebiscito o cambio instantáneo, que suena más al clásico "cuento de la buena pipa" para cualquier cabeza medianamente amueblada que a una aceptación de la realidad cruda: paradoja posmoderna.
Lo más triste es que el régimen que los tiraniza, explotando la precariedad como condición y mecanismo de no perder el poder absoluto, tiene un sentido de lo real tan desarrollado que impera, no solo en el rebaño de esclavos a su disposición en ese reino de mediocridad que es Cuba, sino hasta en la comunidad exiliada, la diáspora, el destierro o como quieran llamarle a la otra manada de carneros escapados del corral. Que nadie se ofenda, por favor. No me dirijo a alguien en específico ni juzgo a justos por pecadores, pero sí aludo a esa otra masa de anormales que, sea por suerte, empeño, hastío, desesperación, riesgo o intereses turbios, han logrado escapar y, llegados a la Florida o España, principalmente, desde allí han seguido viviendo del lucrativo negocio de la libertad de Cuba, consumiendo o emitiendo contenido de esa prensa, creando en redes una especie de mundo fake paralelo al castrista y, por consiguiente, al del cubano que vive bajo su bota, en donde todo se puede, la libertad está a la vuelta de la esquina, los represores serán juzgados, los marginales son redentores culturales libertarios, los psicópatas tipos duros, los delincuentes patriotas redimidos en un ideal de "patria y vida" y los socialistas reformadores y solución del "tardo castrismo", como le gusta llamar a la banda mafiosa uno de los articulistas de CiberCuba. Como si el régimen tuviese etapas tardías en sus métodos de represión y en sus planes de supervivencia no evolucionara adaptándose a la nueva izquierda marxista americana sin renunciar a su carácter gansteril.
El 11J fue tan inesperado para la dictadura que tuvieron que mostrar al mundo su verdadera cara. Y cuando digo "mostrar" no es que pretenda insinuar que la tenían oculta. Ellos han estado a la cara desde los inicios de esa farsa llamada revolución, y han cometido actos de represión continua durante seis décadas, pero las jóvenes generaciones no habían conocido etapas como la ofensiva revolucionaria del sesenta y ocho, ni los masivos actos de repudio del ochenta, ni las brutales golpizas que daban los chivatos del Blas Roca en el noventa y cuatro….Pues bien, ya las conocieron.
Es cierto que el régimen no previó el estallido social, pero eso fue lo único que no calcularon porque lo que ha ido desarrollándose a partir de ahí es un fenómeno en el que ellos son maestros: el arte de adaptarse a la confrontación política con los Estados Unidos. Necesitados como están por una vuelta al Obamato y sus concesiones, precisan de una retórica que los sitúe en un contexto de confrontación diplomática que active el lobby de izquierda para presionar a la administración Biden. Ese lobby ya está más que activado. Lo que sucede es que los pimpollos que ellos han dejado emplumar con dinero de la Open Society y otras ONGs dentro de Cuba, y que al final son tan castristas como los de la vieja generación, pero redimidos en las aguas socialistas del marxismo cultural, están apropiándose de la narrativa del 11J para generar una expectativa tan dañina como ideal. A saber, que el régimen les permita una marcha pacífica con todo lo que ello implica en un pueblo hastiado de miseria y ganas de cambio. ¡No lo van a permitir!
No es de mi interés hacer cábalas porque no soy adivino, ni tengo capacidad extra de raciocinio que me haga ver los acontecimientos antes de sus desenlaces, pero de lo que sí estoy seguro es que al ególatra de Yunior Trébol lo están utilizando y está siendo víctima de su propia fantasía egocéntrica teatral, en el mejor de los casos. No en balde el régimen lo ha dejado correr al tiempo que esa "prensa independiente" lo encumbra y presenta como figura celebrity instantánea generadora de contenido sensacionalista.
El castrismo no va a ceder cuotas de poder a menos que todo el pueblo se tire a la calle y se genere una verdadera crisis que haga temblar los estamentos del sistema, pero eso ya pasó. No me explico cómo pueden olvidar las innumerables escenas de intifadas por tantos pueblos de Cuba, ni los chivatos de Canel corriendo, ni los policías bajo lluvias de piedras pisando el acelerador de sus Peugeots, escapando de esas calles de la Habana donde jóvenes y no tan jóvenes los enfrentaron a pedradas. ¿Hubo algún líder opositor de renombre que encausara esa enorme masa de Cubanos en las calles de toda la isla? ¡No! ¿Hubo alguna infraestructura comunicacional que respaldara el flujo de información al pueblo de Cuba durante los cortes de internet? ¡No! ¿Han creado alguna, a pesar que los políticos Cubano Americanos han vociferado que la van a implementar? ¡No! ¿De verdad alguien puede creer que una marcha anunciada a bombo y platillo pero, además, con la etiqueta de pacífica, va a ser tolerada por el régimen y asimilada como trigger de reformas? Me descojono de risa.
La Cuba de hoy es una sociedad amalgamada en la corrupción, el adoctrinamiento neomarxista, la doble moral, a la profunda necesidad económica que hace de cada habitante interno un ser incapaz de generar un movimiento civil con líderes de peso y con el respaldo económico suficiente para que el mismo pueblo, que sufre y se debate en la diaria subsistencia, los mire como iniciadores de un posible cambio auténtico. Por supuesto que detrás de eso está la mano del régimen, que sistemáticamente ha atomizado cualquier intento de oposición real y ha concentrado toda su estrategia en fabricar una a su medida, admitiéndola subrepticiamente como algo tolerable dentro de ese éter enrarecido que brota del departamento ideológico del PCC, del cual todos esos que hoy piden marcha pacífica salieron. ¿Casualidad? No, en el castrismo no hay casualidades políticas.
Por otro lado está la famosa comparsa de eso que el régimen llama "mafia miamense" Llegado a este punto no sé si reírme o dejar de escribir y mandar todo a la pinga. Exceptuando a miles de Cubanos que de verdad han hecho de ese país su lugar de oportunidad para lograr vivir lo que no pudieron en Cuba, el resto, -y con ello me refiero a una farándula politiquera en la que hay toda una fauna de mamatrancas, vividores y chivatos-, no tendría por dónde empezar para clasificar a cada uno. Es tal la madeja de intereses entrelazados con el castrismo por un lado, y el Deep State por otro, que tendría que dedicar un tratado a los eternos mantenedores de la dictadura disfrazados de libertarios demócratas.
Mientras llega el día quince todo se calienta y las pasiones se exacerban en ese mundo ideal paralelo que generan las redes y la "prensa independiente"¿Qué pasará? Es difícil pronosticar, pero lo que sí no sucederá será la réplica de un 11J. Los castristas están avisados y tienen chivatos,policía especializada y toda la infraestructura necesaria para reprimir sin piedad si así lo deciden, y lo harán de ser necesario. A ellos nunca les tembló la mano.