Paracos de Anime
Continuación y cierre capítulo I
Sigiloso colocó el morral en su espalda, con cuidado abrió la puerta de salida a la calle, el ruido al cerrarla created la duda si alguien había despertado, no miró atrás pero mientras sus oídos atentos estaban, su mirada iba fija dirigida a la carretera interestatal que pasaba diagonal a su casa, donde pediría su primer aventón para comenzar el camino de la incertidumbre y la aventura.
En casa de Doña Ana
Primera vez que viajaba solo, tenía fe en que pronto pasaría algún vehículo para pedir su primer aventón en ese largo viaje. Inicialmente se detuvo en el primer reductor de velocidad (policía acostao), pero estaba aún cerca de casa no quiso arriesgarse, en cuanto a la posibilidad de alguien percatado de su ausencia, saliera a buscarlo, por tal razón caminó rápido alejándose de casa en dirección al reductor que estaba a unos 200 metros hacia la bomba de gasolina.
Mientras se dirigía a ese punto puesto en marcha la carretera de tierra que conduce al liceo, cuando fue a estudiar allá primer año de bachillerato, esperaba encontrar a Bárbara, pero no fue así de hecho en los dos años siguientes nunca la vio, se comentaba que luego de la muerte del padre de Bárbara en “La Regata del Rio La Portuguesa” su familia completa se había mudado para la ciudad luego de vender la casa en el pueblo.
No había terminado de llegar cuando vio un vehículo venir, levantó su brazo derecho y parece que lo estaban buscando, porque al detenerse el chofer le preguntó:
-Santo ¿A dónde vas? ¡Sube qué esperas!
Eran dos hombres con cierto aire refinado, en un elegante Ford Conquistador color dorado y asientos de cuero blanco, el volante llevaba un forro rosado muy claro en tela de peluche, toda esa situación era algo nuevo para lo que estaba acostumbrado.
-Santo ¿Vas a San Fernando? Preguntó el chofer
¡Si!
-Santo. Eres algo joven para andar a estar horas por aquí ¿No te da miedo, vives aquí o en san Fernando?
-¡No!
-Tati. ¡Al parecer no hablas mucho! se escuchó entre bostezos al copiloto que estaba despertando o trataba de dormir.
-Tati. Nosotros venimos de Valencia, ¿la conoces?
-¡No!
-Tati. (Volteando y mirándolo de cerca) ¿siempre eres así de tímido, no parece porque salir a esta hora a esa carretera es muy arriesgado?
-¡Si!
- Tati. Ese guapo chofer es Santo, que bueno de eso no tiene mucho y yo, que a veces chofereo también, soy Tati
- Como te llamas
-Yo, ah
- No importa, sabes te pareces a Chayanne, te vamos a decir Chayanne
-Tati. Vamos a ver que otras palabras sabes.
-¡Su carro es muy bonito!
- (ambos) ¡Gracias respondieron en coro!
Así prosiguió la conversación entre bromas y picaras preguntas que le mostraban con claridad que eran dos dulces y especiales hombres no muy jóvenes.
- Tati. Mira él o ell… bueno no importa, todos le decimos Gloria
- ¿Gloria como la canción de Laura Branigan?
- Tati. ¡Vaya, chamo tu eres una caja de pandoras!
- Santo. Si, no creerás que soy un simple chofer, en el escenario, soy Laura, pero para ser un poco más original escogí el nombre de mi canción favorita, presta atención…
Gloria
Siempre estás huyendo ahora
Corriendo tras alguien
Tienes que atraparlo de alguna manera
Creo que tienes que frenar
Antes de que comiences a soplarlo
Creo que te diriges a un colapso
Así que ten cuidado de no mostrarlo
- (ambos en coro) A, ja, ja. A ja ja Gloria
- (aplaudiendo) Bravoooo cantas muy bien, debe ser muy emocionante cantar delante de mucha gente.
-Tati. Venimos a presentarnos en San Fernando este viernes y el sábado en Calabozo, vaya nombre, aunque me excita (risas)
-Santo ¿Te gusta la música?
- Si pero sobretodo la que puedo bailar. Te confieso que con esa canción yo estoy aprendiendo a dar mis primeros pasos
- (en coro Santo y Tati) ¡Cómo!
- Si, pero sólo son uno o dos pasos no sé nada más.
- Tati. Gloria distensión.
- Para que nos vamos a parar aquí en medio de la carretera
- Santo. No te preocupes joven estrella, ¿quién crees que baila mientras yo canto?
-Tati, (ya fuera del vehículo) ven Chayanne no me hagas esperar.
- ¿qué vamos hacer no entiendo?
- Tati. Sencillo muéstrame lo que sabes
- Así nada más sin música
- Tati. Por eso no hay problema. Gloria déjate escuchar
- Santo aun en el vehículo tenía lista una pista de Gloría para cantar
Tati ¡lucees, y músicaaa!
Chayanne bailó como si todo estaba ensayado, claro sólo eran dos pasos que repetiá una y otra vez
Tati (haciendo una señal a Santo para que detuviera la música le dijo) Vaya Vaya, menos mal que son sólo dos pasos porque con ese ritmo y oído que tienes, ya todos los bailarines estuviéramos sin trabajo, ¡Niñooo que talento natural tienes! ven voy a enseñarte un par de movimientos que están muy de moda hoy.
Estuvieron un rato en medio de la carretera como si de las tablas de una academia se tratara, sin ninguna preocupación a esa hora la carretera era muy solitaria.
Todavía no salía el sol, cuando llegaron a la ciudad. Lástima que eres tan chamo y no te van a dejar entrar a nuestro Show, pero toma, en esa tarjeta están nuestros números si algún día vas a Valencia visítanos, de seguro bailaremos mucho
Tal como les indicó lo llevaron hasta la estación de autobuses, allí esperó en una silla, mientras lo hacía un hombre con una gran maleta azul oscuro, se sentó cerca, estaba algo inquieto, a pocos minutos se dirigió a él y le pidió que cuidara su maleta, asintió ante el pedido de aquel extraño que características físicas le hacían pensar que se trataba de un hombre peruano o boliviano quizás.
Aunque el extraño le pidió con insistencia que cuidara su maleta, nunca más lo vio, estuvo allí sentado por más de dos horas y el extraño no volvió, en ese caso decidió dar un vistazo al interior de la maleta le preocupaba lo que pudiera haber en su interior, para ello fue al baño, la abrió y buscó minuciosamente en su interior sólo encontró ropa, calzado y unas sandalias usadas, ya estaba más tranquilo, porque llegando el caso podía dejarla en las oficinas de la línea sin ningún problema, eso hizo, fue hasta la oficina de la línea de autobuses que estaba frente a las sillas donde se topó con el extraño y les explicó lo sucedido, ellos accedieron a guardarla con la esperanza de que el dueño apareciera pronto.
Él se había sentado allí con el fin de esperar que saliera el sol para continuar su camino, se fue a pie hasta la alcabala de Puerto Miranda y allí consiguió una cola hasta San Juan de los Morros, habló con uno de los guardias y le dijo que necesitaba encontrarse con su familia pero no tenía dinero para viajar, ante ello el guardia detuvo un autobús y pidió la cola para aquel joven, con la advertencia
¡No te vayas para otro lado y ve derechito para tu casa!
(Muy agradecido respondió con una mentira piadosa) si señor así lo haré Dios le pague
La señora Ana es una amiga de la familia de hace varios años, en una ocasión uno de sus hijos se quedó bajo el cuidado de la madre de nuestro joven viajero, luego de 4 horas en carretera llegó a San Juan como a las 3 de la tarde, lo recibieron con mucho cariño, estaba hambriento, luego de reposar un rato fue a bañarse y mientras hacía esto escuchó una voz familiar en la sala de la casa y las exclamaciones de asombro de doña Ana y su familia. Fuertes golpes escuchó en la puerta del baño.
-¿Mira sal de ahí nos vamos para la casa?
Cuando terminó de bañarse salió y efectivamente era su hermano mayor
¿Qué es lo que te pasa a ti porque me metes en tus loqueras, dejando cartas para que me echen la culpa de todo?… ¡Recoge todo que nos vamos!
El permaneció en silencio sabía que cualquier respuesta sería motivo, para ser agredido como de costumbre, solo lo miraba y se dio cuenta que su única salvación del castigo era la presencia de aquella amable señora,
-¿Busca tus vainas que nos vamos?
-(Ella intervino) ¡No, ustedes hoy no pueden viajar, a esta hora no salen autobuses, es muy difícil conseguir una cola es de noche.
En la noche se quedaron en el mismo cuarto fue un largo rato de reclamos y amenazas, pero se mantuvo mudo esa era su mejor arma, porque además su mente estaba centrada en el nuevo plan para escaparse de aquel enojado hermano.
No durmió durante toda la noche, sabía lo que le esperaba en casa si volvía tan rápido y no aceptaría la victoria de un hermano que había cometido muchos atropellos contra él, se mantuvo despierto aun cuando estaba cansado, ya llevaba una noche de trasnocho, pero si se dormía sabía que pasaría de largo. Uno de los últimos reclamos de su hermano antes de caer rendido fue las veces que lo fue a buscar al rio Apure.
La verdad nuestro joven viajero era muy travieso y arriesgado en las preferencias que tenía para divertirse. Toda esa creatividad giraba en torno a uno de los ríos más caudalosos y peligrosos del país y tanto su padre como su hermano mayor desde los 10 años tenían que ir a buscarlo y realmente buscarlo, más no siempre era fructífera la búsqueda, ello sumado e lo grosero que era cuando lo encontraban, siempre resultaba en una buena tunda, por tal razón cambiaba con frecuencia los lugares, a la orilla del río, arriba de una chalana, una canoa, una curiara, en los corrales, terrenos de la empresa, o del hotel anegados por el río en periodo de invierno, son muchas aventuras al respecto que conoceremos a lo largo de esta historia.
Recordó la ocasión de aquel momento feliz porque toda la familia fueron de pesca a los módulos de Falcón, que son préstamos o lagunas artificiales, construidas para garantizar el agua a los sembradíos de arroz, ahí estaban pescando Boquinetis un pez de escamas parecido al Coporo pero tiene una línea negra horizontal de cabeza a cola y su boca tiene unos cartílagos laterales que permite una mayor abertura de la boca, por ello reciben su nombre.
Tenían poco tiempo de haber llegado cuando una discusión acalorada entre sus progenitores provocó la interrupción abrupta de aquel anhelado paseo que nunca se repetiría.
Ya estaba a punto de amanecer, cuando, casi lo vence el sueño, es el momento propicio, la verdad nunca guardo los detalles de cómo, salió sigiloso del cuarto, fue al baño porque no aguantaba las ganas y rápidamente salió de la casa y corriendo se alejó, al cambiar su carrera por un rápido caminar a la orilla de la misma carretera que pasa frente a su casa, pedía cola a todos los carros que pasaban y su mayor deseo es que se detuviera un vehículo muy rápido, como una señal de la providencia, una Ranchera Chevrolet se detuvo con una pareja de esposos de unos 60 años y le dijeron ¡nosotros vamos hasta Maracay! si señor gracias yo voy para allá también, debido a que él había corrido en sentido contrario a su destino, volvió a pasar cerca de la casa de la Sra. Ana y su hermano venía caminando no muy contento, más bien frustrado, desesperado, sintió empatía por su hermano porque sabía lo que le esperaba cuando llegara a casa con las manos vacías, pero también sabía que retractarse sería la peor decisión en todo caso, así que continuó.
La verdad el viaje de 2 horas y media hasta Maracay, fue un suspiro, el sueño lo venció y al llegar lo llamaron para preguntarle donde se quedaría, la verdad no tenía idea, pero casualmente pasaron cerca de una sede de la Marina, él una vez le dijo a su madre que le gustaría estudiar electrónica en la Marina, y les dijo, aquí me quedo, ellos sin preguntar nada y deseándole suerte así lo hicieron.
Pensó por un momento en tratar de entrar a la Academia Técnica Militar, para preguntar sobre los estudios en ese lugar pero, aun no soy bachiller pensó, y se fue caminando sin saber a dónde, si tener clara la noción del tiempo, comenzó a sentir sed y se enfocó en un lugar donde pudiera pedir agua. Una bomba de gasolina, ese puede ser el lugar, se dirigió hasta allá y cuando apenas estaba cerca de una de las islas un hombre bien vestido le preguntó
-¿tú eres el muchacho que viene a trabajar en la bomba?
-¡No pero si necesita alguien, yo quiero trabajar!
-¿Cuántos años tienes?
-16.
- ¡No puedo contratarte eres menor de edad!
Y se retiró a su oficina que estaba cerca, él se fue a beber agua y al baño poco tiempo llegó el joven que esperaban. Él se quedó un allí conversando ¿cuánto gana uno por echar gasolina a los carros?, así comenzó la conversación.
Pocos minutos más tarde le preguntó al bombero
- ¿Cuánto vale el pasaje para Caracas?
- doce Bolívares
- Po eso quería trabajar aunque sea un par de días para conseguir mi pasaje
- No tienes dinero
- No, ya gasté lo que tenía
- ¿llevas algo de valor?
- ¿cómo así?
- Bueno algo que puedas vender
- Bueno, no sabría decirte (recordó los casetes de Ray Connif y Fausto Papetti), ¡Si creo que sí espera!, mira estos son de música instrumental muy bonita.
-Bueno la verdad nunca los he escuchado
- Te va a gustar mi mamá los colocaba en la casa, además que están muy bien, no están dañados, te los vendo baratas dame 25 por los dos
- Bueno, yo no tengo mucha plata porque hace poco comencé a trabajar, pero puedo darte 20 para que te alcance de aquí al terminal y de allí a Caracas.
- Si está bien, eres una buena persona gracias por ayudarme, pero donde agarro la camioneta para llegar al terminal
- Estás cerca, mira allá cerca de esa hay una parada ahí la esperas todas las que digan terminal te llevan para allá.
La verdad fue muy fácil llegar hasta el terminal de Maracay y embarcar el autobús hasta Caracas, su edad no era un impedimento, su estatura siempre le favorecía.
Mientras esperaba la salida recordó a Édison, hijo de doña Petra, joven bachiller que él lo encontró en la Y de Uverito esperando el carro para San Fernando mientras iba a estudiar cine a la capital, Seguro lo veo allá pensó.
Ya sentado en la butaca del autobús listo para salir a Caracas, estaba absorto en sus pensamientos, cuando escuchó un sonido como el disparo de un arma de fuego, se incorporó de su lugar asustado, buscando donde había ocurrido aquello o si se trataba de fuegos artificiales o algo similar. El hecho estaba tan cerca que no podía verlo, hasta que se percató de una joven mujer tendida en un charco de sangre en el suelo, justo bajo su ventanilla, mientras escuchaba los comentarios de los pasajeros dentro del autobús, sobre el motivo de lo sucedido.
-¡Pobrecita vale, una mujer tan bonita!
- Si pero es que la gente no aprende, aquí no se puede cargar cosas de oro hay mucho arrebatadores de cadenas.
- Y lo peor es ponerse a forcejear con los ladrones ellos no tienen piedad
- Si yo vi que estaba pasando algo pero no pude reaccionar hasta que escuché el disparo
- Parece que le dio en el corazón
-Bueno en Caracas es peor porque no sólo hay robos a cada minuto, sino que luego venden cadenas haciéndote creer que son las robadas y resulta que son falsas
- Si es cierto los cotuferos y los tostoneros son los primeros hay que tener cuidado con ellos
Sin pedirlos, recibió los primeros consejos indirectos de aquellos extraños. Ya comenzaba a entender que la vida sería totalmente diferente, mientras el autobús salía a su destino y se comenzó a escuchar aquella vieja salsa de Héctor Lavoe…
La calle es una selva de cemento
y de fieras salvajes cómo no
ya no hay quien salga loco de contento
donde quiera te espera te espera lo peor
(Bis)
Juanito Alimaña con mucha maña
llega al mostrador…
Con esa música se dispuso a descansar otro rato, estaba a 2 horas de esa "Selva de Cemento"
La historia continúa.
Félix Díaz Durán
También pueden encontrarme en https://noise.cash/u/ElDiscursodelasManos
Imágenes bajadas de: