La Restructuración del Bufete del Gobierno
Venezuela, con la elección de los diputados y diputadas a la Asamblea Nacional en el año 2020, empezó una ola de cambios legislativos que favorecen en todo sentido a un gobierno que si bien está asediado por potencias que no simpatizan con los ideales del gobierno de Maduro no es menos cierto que estos ideales han menoscabado los derechos civiles y económicos del grueso de nuestra población, lo que ha producido una emigración de más de 5 millones de venezolanos. La decisión de no participar de un grueso de la oposición venezolana agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática, que ni está unida ni mucho menos ha sido democrática, ha traído que lo anterior sea un hecho de gran facilidad para la bancada del madurismo que se apoderó de más del 90% de los curules del Poder Federal Legislativo.
Solo una pequeña porción de una oposición más moderada queda en la Asamblea Nacional Venezolana y que ha pactado de algún modo con el partido de gobierno para tener un mínimo de convivencia en el hemiciclo, por lo que han sido tildados de traidores por el ala más radical y que decidió no participar por razones que un año después se les derrumbaba, cómo lo era que no se podía votar en dictadura, o que el Poder Electoral Venezolano carece de credibilidad, pero un año después deciden participar, ganando en 4 de las 20 entidades del país, y que por inmadurez política y falta de coherencia pudo haber logrado más de la mitad de las gobernaciones del país, pero decidieron no apoyar ni aceptar el apoyo de esa fracción opositora que la lía en el Palacio Federal Legislativo como única minoría en ese poder.
Ahora bien, luego de ver cómo han aprobado leyes netamente a favor de las políticas neoliberales de Nicolás Maduro, haciéndole el quite a la extinta Asamblea Nacional Constituyente que feneció gracias a la vida, sin hacer ninguna modificación al texto constitucional, pero con la creación ilegal de leyes con carácter constitucional (fenómeno digno de estudios), cómo la Ley Constitucional Derogatoria de la Ley de Ilícitos Cambiarios que desde su momento permitió la dolarización ya no de facto de la economía venezolana, permitiendo la fijación de precios en dólares en la más mínima tienda de alimentos (bodegas) hasta en las más grandes cadenas de hipermercados del país y con ella la pululación de Bodegones que expenden alimentos y bebidas solo al alcance de un pequeño grupo de privilegiados del país.
Así es como también está Asamblea Nacional ha modificado leyes como la Ley Orgánica de Registros y Notarías, imponiendo como referencia el token inventado del estado llamado Petro, que de manera centralizada se nos impone como base imponible a las tasas y aranceles a pagar por cualquier trámite a autenticar o protocolizar, yendo esto en detrimento del pueblo emprendedor, ya que el verdadero valor de la pseudo-criptomoneda de Maduro es equivalente a 60 dólares estadounidenses o más, en relación al precio del barril de petróleo.
Recientemente ya lo decía en otro post, se aprobó en segunda discusión la reforma a la ley de impuestos a las Grandes Transacciones, que no es más que imponer un gravamen súper alto a las transacciones comerciales que se hagan usando dólares, euros o criptomonedas que no sea el tristemente célebre Petro de Maduro, y así obligar a la población a usar el Bolívar.
Ahora en cuanto a la reforma de la Ley del Tribunal Supremo de Justicia, se publicitó a priori que lo que buscan es darle una renovación a la estructura de las salas del máximo tribunal del país, reduciendo de 32 a 20 el número de los magistrados que representan este Órgano del Poder Público, que desde mi humilde óptica no ha sido sino la columna que ha sostenido a un gobierno autoritario que se erige en bases contrarias a su obrar, que promulgan un socialismo dónde los trabajadores no controlan medios de producción y que más bien son cada día más esclavos de un estado y sus socios empresarios que antes de la llamada cuarta república, y eso que tiene un presidente que se autopromueve obrero.
Ese mismo TSJ que no da respuesta a las demandas de la ciudadanía que clama por qué se cumpla la Constitución y las leyes por parte de ese mismo estado violador que por ejemplo incumple con el artículo 91 de la carta magna, cuando un trabajador que solo gana 2$ al mes no posee un salario digno consagrado en el mencionado precepto constitucional. Ese mismo TSJ que permitió que le quitarán a Barinas el triunfo del candidato que limpiamente eligió el pasado 21 de noviembre y que con una decisión sesgada mando al CNE a qué se realizará una nueva elección. Ese mismo TSJ que solo emite sentencia a favor del gobierno y que me huele que a parte de que a finales de este año un grueso de sus integrantes cesarían en funciones, lo que quieren es renovarlo asegurando más simpatizantes y militantes del Psuv en su estructura, y peor aún renovar a sus cabezas más emblemáticas como su actual presidente.
Lo cierto es que lamentablemente nada bueno traerá esta reforma, estoy más que seguro que lo que se viene es una restructuración del Bufete del Gobierno, ese que se erige en la Baralt y que ha legitimado cuánto decreto político se le ocurra al gobierno por perpetuarse en el poder. Mientras tanto la oposición cada día más fraccionada a placer de quienes nos gobiernan.
@JimmyJQB (Jame5)