Querida Lisi:
Muchas felicidades por tu cumpleaños. Te pido disculpas por el retraso de la carta, pero se debe a cuestiones ajenas a mí. Ya han pasado 15 primaveras desde que viste el mundo por primera vez. De seguro que ya eres una señorita, una damita llena de amor y de alegría interna. Quizás mires mi foto y me recuerdes vagamente en lo más profundo de tus recuerdos. Espero que no se te haya olvidado el beso que te daba cada noche en la frente antes de dormir, ni los días que solíamos correr por toda la casa, jugando al escondido y nuestra madre era el juez, ya que siempre querías ganar. De ahora en lo adelante, comienza una nueva vida, dejando completamente atrás la niñez y convirtiéndote en adolecente. Es en esta etapa donde los jóvenes cometen más errores, aunque de ellos aprendan, es bueno equivocarse, dicen que aquel que no se equivoca, hace muy poco en la vida, es verdad, si es bueno arriesgarse, mejor es oír consejos.
Lisi, la adolescencia es la etapa más linda, es el momento de descubrir, de experimentar, de correr, saltar, gritar, y gritar bien alto, para que mundo te escuche y te tome en cuenta. Mami me prometió que te iba a contar historias de mi, espero que te haya dicho entre ellas, que era el chico más atractivo del barrio :)
Querida hermanita. Yo a tu edad me enamoraba de todas las chicas lindas que veía a mí alrededor. Recibí por eso muchas bofetadas, pero muchos más besos. Creyéndome ser un ganador, en realidad era un Don Juan, vagando de un cuerpo a otro y experimentando con todas. Te digo que recibí bofetadas porque no me gustaban las menores que yo, ni las de mi edad, todo lo contrario, mientras más mayores, mejor. Un día conocí a una muchacha de la cual quedé completamente enamorado. Amor a primera vista. Después comprendí que tal cosa no existe, o al menos, no amor, sino “Atracción a primera vista”, ya que la palabra “amor” encierra muchas más cosas. Pues bueno, después de varias semanas, ella dejo de verme como un niño y nos acostamos. Esa noche ninguno de los dos llevaba condón. Ese es un error de los que cuestan, incluso la vida.
Una tarde de noviembre, llovía a cantaros afuera y dentro de la casa, debido a que después de varios análisis, había sido diagnosticado como portador del VIH. En ese entonces tenías 3 años. No estoy seguro si podrás recordar, pero te quedaste mirando fijamente, a mami y a mí, paradita en una esquina de la sala, buscando respuestas a tanto sufrimiento.
Tuve que aprender a vivir nuevamente, a amar mi vida, cosa que no hacía antes y a dedicarle mucho más tiempo, a las personas que amaba. Hice papel de padre y hermano al mismo tiempo, espero haberlo hecho lo mejor posible en el poco tiempo que estuve a tu lado. No sabes cuánto lamento haberme perdido tu juventud de forma física, pues mi alma y mi espíritu están a tu lado, dándote valor y fuerzas, ayudándote a ser mejor cada día.
Ahora de seguro entenderás que no estoy de viaje. Que todas las cartas que recibías de mi parte desde hace 6 años con todos los consejos para hacer de ti alguien especial, fueron escritas justo antes de partir. Esta es la última.
Perdona a nuestra madre por no contarte la verdad, ese fue mi último deseo.
Recibe un beso grande y eterno. Luis.
Créditos
Imagen de portada: Imagen de Michal Jarmoluk en Pixabay
Contenido: Contenido 100% original, comprobado con el programa de plagio: Dupli Checker
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