La Complementariedad del Xoloitzcuinlte variedad con pelo y sin pelo | Xolos Ramirez
Sentados en la escalera, Diego Rivera y Frida Kahlo, miran hacia la cámara. En la imagen plasmada se ve, en los brazos de la pintora, un perro pelón y a la espalda del muralista, un pequeño Xolo de pelo negro. Diferentes pero complementarios se ha dicho de la pareja pero la frase también puede aplicarse a los dos Xoloitzcuintles.
Para muchos puede resultar extraño que en cada camada de perros xoloitzcuintles nazcan con pelo y sin pelo, sin embargo, esta es una de las características de los Xolos. Durante la primera mitad del siglo XX se pensó que era una anomalía y una gran cantidad de cachorros fue sacrificada por sus criadores en búsqueda de la pureza. El tiempo y las investigaciones científicas, desarrolladas en los últimos decenios del siglo pasado, demostraron la dualidad de xolo. Dualidad que no había pasado desapercibida para la mentalidad de los pueblos mesoamericanos que emplearon al xoloitzcuintle en algunos rituales asociados a la fertilidad y la lluvia.
Si bien, la dualidad del xoloitzcuintle ha sido comprobada por la ciencia, todavía en este siglo XXI siguen repitiéndose prácticas antiguas: hay criadores que no quieren aceptar la evidencia y no sólo eso, sigue el sacrificio de los cachorros con pelo esgrimiendo toda una serie de pretextos: “la madre los agrede”, “no los quiere la perra”, “quitan alimento a los pelones”, “nacieron débiles y murieron”, “nadie los quiere” o de plano negando su existencia: “yo tengo puros pelones” , “en mi línea nacen únicamente sin pelo”.
Y aún hay más, los mismos que apoyarán sin reserva al xoloitzcuintle por su valor cultural, son los mismos que, desde sus puestos directivos, han obstaculizado el que se dé una mayor difusión al xoloitzcuintle con pelo, mismos que le han negado participación junto a sus hermanos pelones en pistas, aplicando un nuevo estándar y poniendo trabas en el registro de los xolos peludos, quitándoles así un derecho y poniendo en tela de juicio el trabajo de los criadores.
En una de las fotografías encontradas en la Casa Azul de Coyoacán, Matilde Calderón, madre de Frida, aparece en el patio con un delantal y un plato de comida, a su alrededor varios xoloitzcuintles y un perro con pelo, un poco más grande que los demás. Todos a la espera, menos el peludo que ha ido a los hechos y lame plácidamente el plato con la complacencia de la mujer.
Esto es lo que queremos que suceda con nuestros peludos xoloitzcuintles, que vivan y convivan con los mexicanos, como lo hacían sus ancestros en otros tiempos, cuando aún no eran discriminados por la presencia de pelo en el cuerpo, cuando todos comían de un mismo plato.
La pareja de artistas fueron de los primeros en tener xoloitzcuintles en esta gran ciudad que es la Ciudad de México, con ellos convivieron las dos variedades, ¿por qué no seguir su ejemplo?