Esta es la historia real de mi hermano y San La Muerte
Mucho había escuchado sobre San La Muerte, sobre todo porque mi hermano Abel era tremendamente devoto tenía dos tatuajes y en casa varias imágenes de esqueletos con túnicas negras.
La historia empieza en 1987 yo tenía 7 años mi hermano cumplía los 18, en casa estaba todo mal con él, yo en ese momento no entendía qué pasaba porque era muy chico pero lo veía cada vez más violento; mis papás decían que se estaba drogando yo nunca lo vi, si podía notar que estaba cada vez menos tiempo en nuestra casa de Haedo.
Todavía recuerdo como si fuera hoy la noche en que nos avisaron lo que había pasado, estábamos en casa era viernes tipo nueve y media de la noche mis viejos eran fanáticos del programa de olmedo “no toca botón”, en casa se juntaban todos a verlo porque teníamos una tiene color que nos habían traído de EEUU, todavía recuerdo la secuencia, todos riendo con olmedo.
El teléfono que suena a mi mamá que se levanta con una sonrisa y a tiempo la cara se le dedujo los ojos le explotaron en lágrimas soltó el tubo y sin decir nada, pegó un grito desgarrador… en el otro lado de la línea la policía le decía que mi hermano había sido tiroteado en un confuso episodio y que estaba grave. El confuso episodio resultó ser un asalto mi hermano había entrado a robar a una casa de pilar y el dueño del lugar que estaba armado le disparó seis tiros, uno en la cara volándole el ojo y parte de la mandíbula derecha, dos en las piernas, uno en el pecho y otros dos tiros en sus manos que le habían estallado y tuvieron que amputarle a la altura de los codos. Recuerda la impresión que me dio cuando lo vi en la cama del hospital por primera vez, le faltaban los brazos las piernas las tenía deshechas y su rostro era algo aterrador, ya no era la cara de mi hermano, parecía sacado de una película de terror, los médicos no tenían muchas esperanzas.
Estaba en estado de coma y decían que le quedaban horas de vida pero se equivocaron. Pasaron los años y mi hermano seguían la terapia intensiva del hospital, no se recuperaba pero tampoco empeoraba.
Mis padres murieron, seguramente producto de la tristeza teníamos padres grandes, el primero en irse fue papá a los 80 años y mamá vivió dos años más y murió al cumplir los 72. Yo para esa altura ya tenía 20 años y mi hermano hacía 13 años que estaba en coma, sin embargo una noche de abril del año 2000 algo pasó.
Estaba solo en la casa en la misma casa de siempre cuando se cortó la luz, de pronto empecé a sentir pasos los pisos de pinotea rápidamente delataban cuando alguien caminaba por ahí. Mi perro ovejero alemán se puso como loco a ladrar en la escalera y ahí pude ver algo que hasta hoy no puedo explicar, una persona completamente vestida de negro como una especie de monje bajaba la escalera, sus pies eran de hueso bajó lentamente y se dirigió a la cocina donde estaba yo con mi perro no podía verle la cara porque tenía capucha se acercó a mí y lo primero que hizo fue tocar a mi perro en la cabeza, el animal se desmayó.
Yo estaba paralizado del miedo me oriné encima, esta figura aún se quitó la capucha y el lugar de cara tenía un cráneo pero tenía ojos detrás de los huesos, ojos celestes, del cráneo salían pelos largos canosos sin mover la boca por telepatía, me habló y me dijo: “tenés que ayudar a morir a tu hermano”. Se dio media vuelta camino hasta la puerta y se desvaneció, desapareció, era San La Muerte.
Me puse a investigar en foros de internet y varias personas la pudieron ver mi perro jamás despertó, el veterinario dijo que murió por una falla en su corazón pero al margen de eso, el aviso era claro tenía que ayudar a morir a mi hermano. Pero ¿Cómo? desde ese día me obsesione iba a todas las noches al hospital no me dejaban entrar la terapia más de 15 minutos cada seis horas, miraba a mi hermano, lo acariciabam le tocaba el pelo y esperaba que despierte pero nada.
Una noche mientras estaba ahí tuve otra aparición de San La Muerte, la veía parada en otra cama al lado de un anciano que había sufrido de un ACV. Vi como le tocaba la cabeza y escuché como se detenía su corazón los enfermeros me sacaron de la terapia y a las dos horas sacaron la camilla con el cuerpo tapado por una sábana celeste.
Volví a entrar y mientras acariciaba otra vez a mi hermano, noté una protuberancia sobre su clavícula izquierda, algo sobresalía, él estaba muy flaco era un esqueleto con piel, tanto le insistí a los médicos que los llevaron los sentaron y le sacaron una placa. Había un sobre hueso extraño ahí y finalmente firme y autorice a que lo abrieran.
Un hueso humano de 7 centímetros con una figura tallada estaba colocado entre su piel y el hueso de su clavícula, me lo entregaron y aún lo conservo, no llegaron a traerlo nuevamente a la terapia porque mi hermano murió repentinamente en el quirófano.
Hoy 17 años después, se que fue san la muerte la que se me apareció y confirmo que si existe su ritual. Mi hermano no iba a morir mientras tuviera ese hueso así funciona.
Yo no sé si seré un loco o un audaz pero insisto, aún hoy conservo ese hueso que le sacaron para no perderlo, lo llevo dos centímetros bajo mi piel, entre mi clavícula y el hombro. Por ahora me siguen cuidando, hay algo que aprendí…
La muerte es la hermana mayor de la vida, no trates de burlarte no te enamores de ella porque vivir sin poder morir es el infierno en la tierra.