poesía abyecta
0
21
Llega simple a la vida,
como un terrón vencido en la lengua.
Emana un jugo de nostalgias,
Impávidas al río de los olvidos.
Muerte que no viene,
vida que no brilla,
espantan luces que poco fueron,
escondidas en el ostracismo de los deseos.
Ahora, firme como un adiós,
merezco verme al costado de mi sonrisa;
buscaré la antorcha que encienda al ojo,
que ya no es brújula del tibio sendero,
apenas un murmullo quedo, vacío de huellas.
Áspero, cortante e infinito,
así se puso el día por los recuerdos.
Me ausento un rato, que dura como el universo;
así, evadido, buscaré otra sangre para mi cuerpo.