La contaminación es un problema no visualizado en el pasado, la era industrial trajo sobre el planeta un problema no conocido y sin embargo se consideró como parte o consecuencia del desarrollo de las sociedades. Las grandes maquinas a vapor y el desarrollo armamentístico fueron escalando a nieves inconcebibles y nunca se consideró el manejo ambiental.
Cuando se trata de lograr un salto económico, industrial o económico poco se toma en cuenta las variables de repercusión sobre el ambiente, hay negocios tan rentables como la tala de árboles, la minería a gran escala, la extracción de petróleo y otras tantas actividades que van en detrimento de nuestro planeta; en estos casos son pocos quienes se lucran y somos todos quienes a corto o largo plazo nos veremos perjudicados.
Pero también es importante hablar de nuestra responsabilidad individual; vivimos en la época del consumismo desmesurado, la producción en masa de miles de productos, la necesidad de estar a la moda, las posibilidades de endeudamiento y la idea de necesitar tantas cosas que finalmente no utilizaremos y por ende a futuro serán basura, dentro de nuestros hogares tampoco se tiene en cuenta la cultura del reciclaje. Los gobiernos gradualmente han tomado medidas en cuanto al manejo de las bolsas y otro tipo de materiales reciclables, mediante impuestos o manejo de otras alternativas, lo cierto es que el cambio cultural es tan individual y requiere el compromiso de cada persona.
Los problemas ambientales han sido por largo tiempo parte de la agenda mundial, los gobiernos año tras año se comprometen a la disminución de la huella de carbono en sus respectivos países, se busca un compromiso férreo y constante de las naciones para lograr un avance ambiental provechoso para darle mayor viabilidad al planeta. pero que tanto de ello se logra? Realmente la cifras a considerar se mantiene estables y en otros casos el problema se agudiza.
La realidad puede considerarse tan lamentable como el futuro, si hablamos del presente todos conocemos las devastaciones del planeta; el aumento drástico de la temperatura, el deshielo polar, las migraciones de algunos pueblos a causa de la devastación ambiental, el crecimiento de zonas áridas, el crecimiento de los niveles de agua en los océanos. Podríamos mencionar otras tantas consecuencias y todas tan graves para el contexto global.
Hablar de zonas altamente boscosas como el Darién y las amazonas se ha convertido en una noticia actual y no por la belleza y exuberancia de estos lugares, sino por la tala indiscriminada y los incendios que se presentan de manera continua, esta situación a largo plazo será un problema de gran envergadura para el planeta. Y si miramos un poco más lejos el áfrica cada día aumenta de manera acelerada las áreas áridas y la explotación minera, sin decir que hoy en día áfrica se está convirtiendo en el basurero tecnológico, miles toneladas de estos desechos llegan a ese continente. Y si vamos un poco más lejos a las islas del pacifico o al sur de la india donde sufren los rigores del aumento de los niveles de agua en el océano. ¿Qué tan lejos estamos nosotros de empezar a sentir las consecuencias rigurosas del deterioro ambiental? Tal vez estamos más cerca de lo que imaginamos.
El cambio climático cada vez más impactante, un planeta que a fuerza se mantiene vivo, la pandemia ha sido un respiro agonizante, pero ello no cambiara el curso de tanto desastre.
Los países de primer mundo se preparan para hacer frente a tantos inconvenientes a futuro, lo cierto es que el planeta funciona en términos globales, la tierra es todo un sistema complejo y entrelazado y necesita de todo y de todos, se necesita de una responsabilidad personal y general para darle viabilidad y cambios profundos al planeta.
