Un día ella se levantó, y fue a hacer sus cosas matutinas. Ese día, su marido también se levantó temprano, y se puso a hacer ejercicios, el resto de la familia dormía. Ella se percató que el contenedor de agua no tenía hielo, por lo que se dispuso a recargarlo, para que así su esposo al estar sediento disfrutara de una refrescante agüita, y cuando su hija y suegra se levantaran, también disfrutaran de agua fría y sabrosa .
Pero todo se convirtió en un caos, el recargar el envase de hielo, inevitablemente hizo un poco de ruido, y su marido se molestó mucho, pues le reclamó el hecho de estar haciendo bulla, de estar irrespetando el sueño de quienes dormían ... Ella, apenada, le explicado que sólo quería recargar hielo para que hubiera agua fría, él por su parte estaba muy enfadado, y siguió recriminándole, ella volvió a explicarle que simplemente quería que hubiera agua fría, para el consumo de él y de todos; entonces él oírla le preguntó -¿Me estás diciendo que es mi culpa? ¿Que es por mí que has hecho todo este ruido? A lo que ella respondió -No te estoy culpando, entiende que sólo estaba recargando el hielo porque ya no agua fría.
Él por su parte y en un tono nefasto le respondió. - ¿Eres estúpida o comes mierda?
Enseguida los ojos de ella saltaron, y de inmediato le respond, -No soy lo uno ni lo otro.
Él finalizó sus ejercicios, se cambió de ropa y salió al parque a terminar de entrenar.
Ella, se quedó en casa, terminando sus quehaceres, preparando el desayuno y organizando lo que tenía pendiente, mientras lloraba, dolida, porque ya no quería recibir ese trato; estaba en una especie de confusión, y se preguntaba .., -¿Será que merezco que metrate así, tan grave ha sido el error? ...
Estuvo triste, decaída ...
Decidió ducharse, se llevó la máquina de afeitar, unas tijeras, un aceite corporal y un rico gel de baño, se encerró y comenzó a cortar un poco su cabello, se aplicó aceite, en el rostro, acariciando sus ojeras, sus párpados caídos, todas las imperfecciones de su rostro, continuó por su cuello, tenso, sus hombros desgarbados, sus pequeños pechos flácidos su abdomen agrietado por las estrías del embarazo, sus piernas y finalmente sus pies, se miró detenidamente en el espejo quebrado, reflexionó un poco y con dolor aceptó que ya no era una jovencita, que la edad se le notaba, no era una "vieja" pero tampoco contaba con la juventud que alguna vez tuvo, sin embargo se sonrío, porque pudo redescubrir su encanto, un opaco brillo en sus ojos. Se besó las manos, los hombros y los brazos, se acarició y con amor pronunció palabras lindas y dulces para sí, esas palabras que querían oír de él, tuvo que decírselas ella misma ... Procedió a entrar a la ducha. Al sentir el agua refrescante lo disfrutó, frotó su piel con jabón y se dedicó a depilar sus piernas llenas de vellos, a hacerlo con cuidado de no cortarse, seguidamente afeitó su pubis, cargado de lana espesa, continue duchándose, para limpiar un poco su dolor y tristeza, meditó bajo ese grifo, e imaginó que el agua lavaba sus heridas. Lavó su cabello, cepillo sus dientes, salió fresca, renovada ... se había hecho el amor, se había amado y sonrío. a hacerlo con cuidado de no cortarse, seguidamente afeitó su pubis, cargado de lana espesa, continue duchándose, para clean un poco su dolor y tristeza, meditó bajo ese grifo, e imaginó que el agua lavaba sus heridas. Lavó su cabello, cepillo sus dientes, salió fresca, renovada ... se había hecho el amor, se había amado y sonrío. a hacerlo con cuidado de no cortarse, seguidamente afeitó su pubis, cargado de lana espesa, continue duchándose, para clean un poco su dolor y tristeza, meditó bajo ese grifo, e imaginó que el agua lavaba sus heridas. Lavó su cabello, cepillo sus dientes, salió fresca, renovada ... se había hecho el amor, se había amado y sonrío.
¿Alguna vez una ducha te ha renovado?
Gracias por leer.
Hasta la próxima EcrituraKatarsis