¿Qué debería cambiar? Se preguntaba Karol todos los días cuando llegaban las 8:00 AM, hora en que Luis pedía su habitual desayuno en la cafetería que quedaba a dos calles de la escuela. Ella cada día con la misma rutina, apurada salía de la casa solo para verlo llegar.
Luis no reparaba en ella, ni siquiera sabía que estudiaban en la misma escuela, ah¡ pero ella sí soñaba con sus ojos negros y se montaba castillos en el aire con su príncipe azul.
Nada podría pasar entre ellos, imagínense él líder de los más populares del curso y ella pasaba desapercibida por su timidez. Como dice mi madre "solo un milagro salva a Roma" y ese día llegó.
Una de esas mañanas en las que Karol frente a la cafetería esperaba la llegada de Luis, percibió algo extraño. Un hombre con aspecto tosco y con la mirada perdida iba gritando a los cuatro vientos -¡Luis deja que te coja! -. Aquel parecía estar bastante enojado, venía con un bate en la mano y ella tenía que detenerlo. Se apresuro para alcanzar a Luis antes que el sujeto mientras iba sacando su celular para marcar a la policía.
-por favor es una emergencia- solícito la ayuda y enseguida vinieron a llevarse a aquel hombre justo cuando estaba frente a Luis.
Ella le contó al chico lo que había sucedido. Pero en ese momento el no le prestó atención. El hombre gritaba al subirse en el carro patrullero - es mi hijo - Pero Luis no confirmó que lo fuera.
Cuando todo se calmó Karol se volvió a acercar a su amado, le preguntó si era cierto lo que ese señor gritaba y el una vez más lo negó, le dio la espalda y se marchó.
Ese día no fue a la escuela, su amor propio estaba herido, se pasó horas caminando por el parque central pensando, pero no en Luis, sino haciéndose de nuevo esa pregunta ¿Qué debería cambiar?
El rechazo de aquel chico la hizo reaccionar. Lo que más le dolió fue que ni las gracias le dio.
Llegó un nuevo día y vinieron los cambios. Ya Karol no salía a prisa de casa. Se tomaba más tiempo para arreglarse e ir más guapa a la escuela, desayunaba en familia y sus padres la veían sonreír más. Se hizo de nuevos amigos y se olvidó un poco de Luis.
Dos días más tarde vio salir de la dirección aquel señor que gritaba desesperado el nombre de Luis. Esta vez estaba bien vestido y su mirada más que perdida parecia triste, daba pena verlo. Ella trató de esconderse pero enseguida la reconoció.
-¿Eres amiga de mi hijo? - Le preguntó con un nudo en la garganta. Entonces era cierto, el era el padre de Luis.
-Aquel día iba a buscarle para reclamarle el maltrato a su madre. El bate que traía conmigo era el arma que uso para acabar con nuestra familia. Yo solo quería preguntarle por qué lo hizo, por que mató a su madre? No fue al momento su muerte pero no duró mucho en el hospital. El lleva dos días desaparecido, si lo vez dile que yo siempre seré su padre.
En eso entraba un guardia y esposo al señor. Se caía de la mata que se había echado la culpa para tapar a su hijo.
Esta historia continuará ...