Todos los niños por muy pequeños que sean necesitan que les guien sus actitudes y acciones.
Su hijo ha llegado quizás a esa edad en que es demasiado grande para hacer todo lo que se le ocurra y demasiado pequeño para seguir un razonamiento complejo. Digamos que tiene 15 meses, o una edad parecida, cuando todavía no sobrepasa el metro de estatura. Todo lo toca y lo tira. Se sube en todas partes. Y más tarda usted en recoger el objeto y bajarlo de esa silla peligrosa, cuando ya él lo ha tirado de nuevo y ha vuelto a subirse. No se desespere.
Hay maneras de lograr que ese diablito se incline a una conducta más civilizada. Y esas maneras no son, por cierto, echarle un sermón que él no entiende, y muchísimo menos castigarlo, puesto que es tan inocente como ese gatito desamparado que ayer usted rescató de la calle: todo instinto.
Lo primero que hay que hacer para llegar a controlar esas formas de conducta indeseables (que en algunos casos pueden incluir patear, escupir, etc.), es tratar de entender las motivaciones del pequeño.
Detrás de esas acciones "erráticas para nosotros existen: la curiosidad, el deseo de probarlo todo (para ver cómo las cosas saltan, se mueven, etc.), el deseo de llamar la atención, la frustración (de no poder alcanzar las cosas o moverse con la precisión requerida, puesto que no controlan bien sus brazos y piernas) y también alguna incomodidad física, como hambre, sueño, calor.
Tan pronto usted determine la causa del problema, ayude al niño a superar esa situación. Muchas veces basta con eliminar el obstáculo, para que el niño se comporte en forma más racional. No dé batallas por gusto. No sea usted también majadera, tratando de hacer de un simple niño un adulto refinado. Déjele margen para explorar, pero si hay cosas o lugares enteramente prohibidos, mantenga una actitud firme, consistente. Dé sus órdenes simples, como si estuviera enviando telegramas, en lugar de darle grandes explicaciones. Dígale: "No tocar", "No es bueno", "Caliente", y similares. Y si la prohibición conduce a una pataleta, sencillamente, ignórela: ya se le pasará.
El juego es la actividad más importante en el desarrollo corporal y psíquico del niño, juegue con ellos siempre que pueda, de acuerdo a su edad.
Hola! excelente escrito, de mucha ayuda, recuerdo cuando mi hija tenia esa edad, gracias a dios, fue una niña modelo, y cuando tenia que reprimirla por cualquier travesura, hablaba con ella y entendia, gracias a dios, ella nunca hizo pataletas. Pero si existen, y las madres debemos estar atentas, para tener la estrategia y saber como actuar. Un abrazo y gracias!