La Bruja Silver
Sin siquiera dudarlo, al momento de escuchar la palabra Bruja, todo el mundo tiembla lleno de terror, esperando su final.
A lo largo de la historia personas que han mostrado un talento más allá del entendimiento de los humanos terminan señalados, siendo estos castigados por salirse de la normal. Haciendo ver como si la conexión que estas personas tienen con la naturaleza más allá de lo que el humano promedio puede hacerlo, sea un completo pecado.
El humano le tiene miedo a lo desconocido.
Muchas personas que simplemente tienen una conexión más allá de lo que se puede pensar con la naturaleza, han sido señaladas y asesinadas por ese tipo de pensamiento cerrado. Sin darse cuenta que estas personas simplemente estaba demasiado avanzado para aquel tiempo en el que nacieron. Teniendo una inteligencia para comprender su alrededor superior a todos los demás, aun de aquellos que se hacían llamar estudiosos.
Así mismo le pasó a una joven por allá en los años 1300 en el Imperio Bizantino. Al momento de nacer, su madre pudo darse cuenta que su hija no era como los demás niños, así que solo tuvo dos opciones en aquel tiempo en donde ella no tenía voz. Así es como decide dejar vivir a su pobre hija sin que los demás supieran de su existencia.
La niña duro mucho tiempo ocultar en aquella pequeña habitación de paredes de piedra, ya que la madre siempre le negó dejar aquellos cuatro altos muros, pero como cualquier niña sentía curiosidad por aquello fuera de las murallas que la encerraban. Un día logro salir sin que su madre se diera cuenta, por suerte para ella, cerca del horrible lugar donde vivía había un bosque que le permitía estar afuera sin ser vista.
Mientras se cubriera el rostro, estaría a salvo. Al menos ese fue su pensamiento inocente.
El lugar que durante un tiempo paseo sin preocuparse, estaba bastante desértico porque para ese tiempo, el imperio carecía de la economía necesaria para mantenerse adecuadamente. Uno de esos tantos días que se escapaba de aquella pequeña casa, se cruzó con un par de niños más, al ser niños, estos no dudaron en invitarla a jugar todos juntos.
Finalmente conocía lo que era el interactuar con otros, pero la niña jamás se esperó que ese fuera el primer día en que pisaría los confines del infierno.
Mientras jugaba, terminó tropezándose y cayendo al suelo, haciendo que lo que ocultaba su rostro se le soltara, dejando en evidencia algo que dejó en silencio a todos. Un cabello plateado como la luna hacia relucir en aquel día tan brillando, para cuando la niña vino a darse cuenta, escuchó un grito a lo lejos.
-¡Es un aberración!
No se hicieron esperar las miradas juzgadoras luego de aquel grito soltado al aire.
Pronto todas las miradas estuvieron en la niña de cabello plateada, que no terminaba de entender el motivo de aquel grito, ella se consideraba completamente normal y cuando iba a defenderse, sintió como algo golpeo su cara, sacándole sangre. Una piedra había sido lanzada a su cara lastimándola.
Miró perpleja su sangre, antes de sentir como más piedras eran lanzadas hacia ella. Trato de protegerse con sus brazos, pero la acción estaba siendo completamente inútil ante duras y grandes piedras que le lanzaban todos sin dudar, hasta los niños que hasta hace minutos jugaban con ellas. De pronto, dejó de sentir las piedras, notando como su madre se había atravesado para defenderla.
-¡Por favor perdonen a mi hija!
Esa sería la primera y única vez que escuchó gritar a su madre, mientras suplicaba.
Tristemente la mujer no fue perdonada por el pecado de haber ocultado a un ser inhumado. La pobre niña tuvo que presenciar como los del pueblo arrastraban a su madre del cabello hasta el centro del pueblo donde le cortaron la cabeza sin ni siquiera dudarlo. Mientras el cuerpo de su madre se hallaba sin vida, pudo ver como todos los demás celebraban en silencio la muerte de un pecador.
Para cuando vino a darse cuenta, los de aquel pequeño pueblo las habían arrastrado hasta lo que parecía un precipicio.
-No permitiremos que manches esta tierra.
Fueron las últimas palabras que escuchó antes de ser empujada.
La pobre niña terminó cayendo por aquel lugar, sintiendo como se golpeaba con trozos de piedra puntiagudas sobresalientes antes de finalmente dar contra el suelo. Cualquiera en su situación habría muerte, pero aun con los huesos rotos y sin poder moverse, la niña continuaba respirando con algo de dificultad. Mientras estaba tirada en el suelo sintiendo lo caliente de la sangre, se preguntaba el motivo para merecer ese tipo de trato.
Cuando casi estaba perdiendo cualquier esperanza y dejarse morir en aquel abandonado lugar, pudo observar un sombrero puntiagudo.
Ese sería el primer encuentro con aquella persona que se convirtió en su maestro para aprender el arte de la brujería. Aunque esa persona jamás se refirió a lo que hacía de tal manera, siempre decía que aquello más que ser un pecado debía verse como una bendición, que se le había otorgado a ellos para traer gloría a la tierra.
Tristemente los humanos no lo vieron como una bendición, sino una maldición.
Después de un tiempo, la niña logro controlar y aprender todo lo que necesitaba, así que tomó la decisión de emprender un viaje.
Así es como comienza la historia de un amor desgarrador.
En el proceso también llego a conocer a otras personas iguales a ella, con poderes más allá del entendimiento humano. Se llegó a dar cuenta, que aunque a todos los habían tratado mal, ninguno de ellos tenían planes de atacar a aquellos seres que hicieron su vida un infierno. Preferían mantenerse alejado para estar a salvo. Se trataba de una pequeña comunidad donde se cuidaban unos a otros, personas muy amable que de alguna forma la joven consideraba personas importantes, ya que muchos de ellos le enseñaron diferentes cosas al respecto del mundo.
Tomando la decisión de viajar por el mundo para poder ayudar a todo aquel que estuviera pasando por una situación parecida a la que alguno de esas personas vivió, partió.
Entre los brujos y brujas había una ley y es que estos no se podían enamorar, sobre todo de un mortal. Ella ya se había percatado de que su tiempo no era igual al de cualquier otro humano, por eso es que entre todos hicieron esa regla que se debía de cumplir, pero a las cuestiones del corazón muy difícilmente se pueden controlar.
En uno de los tantos lugares lo conoció.
Un mocoso de cabello negro como la noche y una mirada penetrante, evidentemente la diferencia de edad era demasiada, porque para esas alturas la no tan pequeña niña tendría cincuenta años con una apariencia de quince. El niño todo el tiempo fue impertinente, pero no sería de menos si fue tratado por los del pueblo donde vivía como una basura por no tener padres que lo cuidaran.
La joven sentía lastima por el niño, porque su situación se solapo con la de aquel niño, igualmente, no se trataba de alguien de su clase, así que decidió simplemente ignorarlo.
Aun así el niño se enfrascó con ella, sobre todo cuando descubrió que fácilmente podía cambiar de apariencia. Antes de poder darse cuenta, tenía a ese mocoso siguiéndola a donde iba. No se podía quejar completamente, porque le parecía agradable viajar en compañía, aunque muchas veces tuvo que hacerse pasar por la madre del mocoso. Decidió simplemente dejarlo ser, igualmente el mocoso moriría antes de que se diera cuenta, ya que la vida humana era muy corta.
Así pasaron los años y el mocoso se convirtió en un hombre mucho más alto que ella.
Fue inevitable para ambos que entre ellos llegara a surgir algo a la que no le podían dar nombre, porque sabía que de dárselo, tendría que eliminar al hombre que la acompañaba, pero este se negaba a que siguiera haciéndose de la vista gorda. Le llevo un par de años más al muchacho convencer a la bruja de aceptar su amor.
Comenzaron a vivir juntos, estableciéndose en un lugar donde pudieran vivir tranquilamente. Fueron años agradables para la mujer, quien finalmente aprendió el significado del amor, pero tristemente la historia de su amor no tuvo un final feliz.
El lugar donde decidieron establecerse se enteró de la existencia de las brujas, así que el rey decidió proclamar que aquel que le trajera a una bruja le cedería la corona. Así inició la batalla de los herederos por hallar una bruja para poder obtener la corona y el poder. Inició con eso la primera caza de brujas y brujos, muriendo muchos de sus compañeros en el proceso y aunque la dejaban triste, ella no podía dejarse descubrir, no cuando en ese tiempo tenía una familia de verdad.
Con el hombre que amaba tuvo una pequeña hija a la cual llamó Anabel, la unión de su nombre original que perdió hace mucho y del nombre que fue su maestro.
La sangre comenzó a correr, siendo señalado personas inocentes como brujas, quedándose sin su cabeza. Los herederos estaban desesperados por obtener el poder, además de que los rumores comenzaron a torcerse en un punto, haciendo entender como si el obtener la sangre de una bruja podría volver inmortal a la persona que la bebiera, puesto que muchos relacionaban el poder con la deseada inmortalidad.
Tuvo que huir con su familia para poder mantenerse a salvo de la masacre que se estaba dando por todos lados.
Se les dio diferentes nombres a esa masacre donde murió un sinfín de inocentes, siendo señalados para justificar sus muertes. Con todo eso, la mujer recordó la crueldad de la humanidad, que no duda en eliminar aquello que desconoce, porque si se sale de la normal impuesta, no puede mantenerse.
Entre huir y huir, finalmente llegó el momento en que el infierno tocaría su puerta.
Fueron acorralados y para lograr salvarse, no le quedó más que usar de su talento, dejando en evidencia que se trataba de una bruja. Trato de mantenerse a salvo a ella y su familia, pero entre tantas cosas que ocurrieron, no pudo hacerlo.
Nuevamente tuvo que presenciar cómo alguien que le importaba mucho perdía la cabeza delante de ella, pues su amada hija en mitad de toda la pelea, terminó siendo atacada. Luego de ese primer impacto, el hombre del que se enamoró terminó con una estaca en la cabeza. Mientras presenciaba como terminaban de descuartizar a las dos personas que más amaba en su pequeño mundo, sentía que algo dentro de ella se terminaba de quebrar como un cristal.
De todos, ella fue la única que quedó con viva, porque tenía que ser llevada delante del hombre que inició con aquel derramamiento de sangre.
Al estar delante del hombre y ver como se regocijaba por lo que había hecho, sintió como el odio comenzaba a invadir completamente su cuerpo. Hasta ese momento había mantenido otra regla entre los pocos brujos hasta el momento que decidieron mantenerse ocultos y es que no podía seguir defendiendo esa promesa luego de todo lo sucedido. Por primera vez desde su nacimiento, la mujer atacó a los mortales.
De ahí fue que obtuvo el título de BRUJA SILVER, porque el cabello plateado como la luna fue lo que más quedó en la mente de todos.
A partir de ese momento la bruja Silver decidió levantar la prohibición de no atacar a los mortales, levantándose con otros brujos y brujas que se encontraban cansados de huir constantemente. Muchos de estos formaron parte de diferentes sucesos que se iban dando en la historia. La bruja Silver fue uno de ellos, ayudando a los jenízaros para traer la caída del Imperio Bizantino, destronando a Constantino XI, para el año 1453.
Desde ese momento, la BRUJA SILVER fue conocida por su locura, la cual maldecía todo a su paso.
A partir de ese año, la bruja no dudaba en tomar mortales al azar para experimentar con ellos, con la esperanza de que pudiera traer de vuelta a su amado e hija.
Experimento y experimento, acabando con la vida de muchos humanos, pero hasta para seres como ellos, traer personas de la muerte estaba siendo complicado, lo más cercano que se podía llegar fue a la creación de un nuevo ser. Al menos eso fue lo que se enteró la bruja Silver mientras iba por el mundo acabando con la vida de inocentes para poder traer de regreso a su amado. Tristemente todos los humanos que pasaron por sus manos terminaban convertidos en monstros sin raciocinio, que comían todo a su paso.
Cuando tachaba un intento como fracaso, terminaba con la vida del pobre inmortal y cualquier testigo.
Fue así como en 1459 en algún lugar de PRUSIA mientras se desataba una Guerra de los trece años. En uno de esos poblados alejado de las constantes batallas llenas de sangre se encontró con una pequeña… Misma a la quien le dio el nombre de su fallecida hija.
Primero había pensado en acabar con su corta vida, pero al notar que la suerte parecía estar de su lado al no haberse visto metida en todo ese desastre que antes causo a esa pobre familia, decidió mantenerla con vida. De todos los niños que hasta ahora había tomado para probar sus intentos fallidos a esa niña fue la única que le dio una parte de sí misma. No solo le había dado el nombre de Anabel, sino que también le entrego una parte de su cuerpo: sus ojos.
Para alguien como ella que ya tenía un manejo de aquel talento que muchos llamaban brujería, no sería difícil recuperar los ojos que le dio a Anabel.
De tal manera, fue que inició la historia de la bruja Silver y Anabel.
Por muchos años estuvo atosigando a los niños que secuestraba para volverlos sus ratas de laboratorio, pero muchos de ellos murieron. Todos menos a la única que le dio el nombre de su hija fallecida.
El día que la inquisición apareció en la puerta de su hogar para pedir su cabeza, se encontraba en una pequeña habitación junto a Anabel. Por muy extraño que pareciera, se encontraban una frente a la otra bebiendo una taza de té, ya que una cosa que Anabel nunca contó a nadie es sobre esas pequeñas sesiones que tenía con la bruja, porque le parecían por demás extrañas. No le hacía nada en esas ocasiones, solo se sentaban a comer algo delicioso, podía jurar que mientras hacían todo aquel raro ritual, la bruja la miraba como algo diferente a una rata de laboratorio.
-¿Esta delicioso Anabel?
Siempre usaba un tono diferente al que mostraba delante de los demás niños, haciendo que la pobre Anabel se confundiera.
Aquella mujer… ¿De verdad estaba siendo la misma que acabo con su familia?
No le quedaba más que seguirle el juego a la mujer, porque sabía que si la desobedecía, sufriría las consecuencias. Tensó sus hombros cuando la bruja se levantó de su asiento para caminar a donde se encontraba Anabel, cuando estuvo cerca, no dudo en llevar ambas manos a las mejillas de la más joven.
Cada que se encontraba con los ojos de la bruja, Anabel sentía como la desesperación la invadía.
-Anabel… ¿Me odias?
Nunca sabía la respuesta para esa pregunta. Si le contestaba afirmativamente, sentía que su cabeza dejaría su cuerpo, pero no podía decir una respuesta negativa, ya que si la odiaba por todo lo que hizo.
» Está bien, puedes odiarme todo lo que quieras… Después de todo, el odio es lo que mantiene con vida a los mortales.
De nuevo le invadía un sentimiento acomplejado.
Pronto se escuchó el ruido que después descubrió se trataba de la inquisición que venía por la cabeza de la bruja Silver. A pesar de todo el desastre que se estaba formando, la bruja no se veía nada preocupada por lo que estaba ocurriendo, más bien se veía ajena a todo el caos que ocurría a las afuera de aquella habitación.
Estuvo tentada a preguntar, pero antes de poder hacerlo, pudo notar como le sonreía mientras la veía directamente.
-¿No estas asustada por la muerte?
La bruja dejó escapar una ligera risa.
-¿Asustada? ¿De verdad piensas que este es el final?
Anabel quiso al menos creer que era así, porque había sufrido lo suficiente estando con esa mujer como para querer continuar con ella durante más tiempo, pero la risa de la bruja se acentuó cada vez más.
» Mi pequeña Anabel… Nosotras estaremos juntas para siempre.
Abrió la boca para decir algo, pero a Anabel no le salían las palabras de la boca.
» Al fin y al cabo… Tú te volverás la nueva BRUJA SILVER.
Esas fueron indudablemente las últimas palabras de la bruja, antes de que la inquisición finalmente tumbara la puerta que los dividía. Al final la BRUJA SILVER terminó muriendo a manos de la inquisición, por haber cometido un sin número de pecados contra la humanidad. Anabel a pesar de no haberse sentido mal por la muerte de la bruja, no pudo borrar de su memoria sus palabras, junto a la última risa que soltó la mujer antes de que fuese atravesada por una espada santa de la inquisición.
Evidentemente Anabel no creyó ni una sola palabra de parte de la bruja, decidiendo olvidar por completo todo lo ocurrido.
Fue triste que años después de esa conversación, Anabel se encontrara perdiendo de nuevo a personas que le importaban. En ese instante donde vio por última vez a las personas que llamó familia, recordó las palabras dejadas atrás por la bruja que la mantuvo cautiva. Tal vez ese cabello y apariencia se trataba de una especie de maldición de parte de la bruja. Por un momento Anabel se preguntó si ella sería una maldición andante.
Desde ese momento, Anabel decidió que si se trataba de una maldición de la bruja Silver, entonces maldeciría a todo aquello que destruyo todo lo que quería.
Con eso en mente fue que inicio su plan contra las brujas y los vampiros.
Como una maldición, decidió acabar con todo lo que le rodeaba.
Destruiría cada grupo, dejando un baño de sangre detrás de su andar. No permitiría que alguien se escapara de ese plan de aniquilación.
Anabel… Anabel… ¿Una vampiresa o una bruja?
FIN
Yo llegue hasta aqui despues de leer tu último artículo. Muy buena historia y muy bien redactada, yo que tengo afición por las relatos de misterios y terror me encanta leer este tipo de historias.