El comienzo

Cuando las sombras se alargaban en el crepúsculo y la oscuridad envolvía la tierra, la oscuridad cobraba vida. ¿Pero qué eran las sombras? Las sombras eran mucho más que la simple ausencia de luz, eran entidades misteriosas, portadoras de importantes secretos ancestrales e insondables poderes ocultos. En el corazón de la oscuridad, las sombras se movían y se retorcían, tomando formas inquietantes y susurrando antiguos enigmas a aquellos que estaban dispuestos a escucharlas. Para algunos, las sombras eran solo una ilusión, pero para otros, como el pequeño Alex, las sombras eran algo mucho más profundo y significativo.

En un lugar oscuro, hace 250 años atrás, en un rincón olvidado de la historia, las sombras cobraron vida y los susurros misteriosos llenaron el aire:

—¿Quién osa perturbar mi reino de sombras? —dijo Nocturnia, con una voz sibilante y fría.

—Él lo sabrá, me oíste. El elegido se acerca —respondió una voz misteriosa, con tono profundo y resonante.

—¿El elegido? ¿El portador de luz o el destructor de mundos? —agregó Nocturnia, con un toque de malicia.

El destino no está escrito, Nocturnia. El equilibrio se tambalea y el elegido decidirá el rumbo de los tiempos venideros —expresó la voz misteriosa: (con un susurro inquietante).

¿Y qué hay de ti? ¿Acaso eres un aliado o un enemigo en la penumbra? — replicó Nocturnia, con tono burlón.

—Mi lealtad no se revela en la oscuridad, pero el elegido necesitará guía en su viaje hacia la luz o la oscuridad —sonó la voz misteriosa en un eco siniestro.

—Entonces, ¿prepararás el camino para su ascenso o sembrarás la semilla de la destrucción? —insistió Nocturnia en un susurro amenazante.

-El futuro es incierto, Nocturnia. El elegido deberá enfrentar sus temores y desafiar su destino. La batalla se avecina, y las sombras se alzarán para decidir su papel en la eternidad —concluyó la voz misteriosa, enigmática.

El susurro de las sombras se desvaneció en la oscuridad y dejó un aura de enigma y temor en el aire, mientras el destino del elegido cobraba forma en la penumbra. En la oscuridad, un murmullo inquietante se deslizaba entre las sombras, envolvía el espacio en una brisa de intriga y miedo. Las sombras danzaban y se retorcían, como si estuvieran susurrando secretos olvidados y profecías enterradas en el tiempo.